Para romper monopolio norteamericano:
En construcción propuesta social para defensa y seguridad de A. Latina
Las organizaciones sociales que participan en la Cumbre Social por la Integración de los Pueblos en Cochabamba pretenden esclarecer el verdadero concepto del terrorismo, hoy manipulado por la gran prensa y el gobierno norteamericano, y al mismo tiempo definir su propia concepción de seguridad regional.
El movimiento popular comenzó a discutir en la mesa de Militarización, una de las 13 sesiones temáticas de la cumbre, varias propuestas vinculadas a la seguridad y la defensa en América Latina que serán presentadas a los gobiernos de la Comunidad Sudamericana de Naciones.
El psicólogo argentino Juan Domingo Roque, vicepresidente del Movimiento por la Paz, la soberanía y la solidaridad entre los Pueblos (Mopassol), anticipa que las propuestas que presentarán los movimientos sociales a la delegación oficial pretenden “elevar el piso” de los acuerdos y consensos ya existentes entre los gobiernos.
“Buscaremos que esos acuerdos se amplíen con coherencia: si todos los gobiernos concluyen que en la región no existe terrorismo, entonces ya no será necesario mantener esquemas antiterroristas, al menos en la acepción estadounidense del término”, agrega.
En una reciente conferencia de ministros de defensa de la región, la mayor parte de los participantes reconoció que América Latina es una “excepción mundial” en temas de militarización, pues no existen conflictos bélicos, nadie tiene armas de destrucción masiva, no hay carrera armamentista y no existe el problema del terrorismo.
El activista argentino opina que es “imprescindible” que todos los países sudamericanos –hasta ahora solamente cinco lo han hecho- comiencen a “trasparentar” sus esquemas de seguridad.
Doble moral
En la reunión se condenó el doble rasero de la administración estadounidense en su lucha antiterrorista, pues también es un acto terrorista el bloqueo económico, comercial y financiero durante más de 46 años a Cuba o los nuevos planes secretos de agresión armada.
Los cubanos Lidia Guevara y José Esquivel explicaron que mientras la Casa Blanca ordena guerras en otros países en una supuesta cruzada contra el terrorismo, cobija en su país a criminales como Luis Posada Carriles, autor confeso del atentado contra una nave aérea cubana con 73 personas a bordo, en 1976, y de una cadena de atentados con bombas en 1997 en La Habana.
Los pueblos de América Latina tienen que definir su propia hipótesis de seguridad en contra de la posición del Pentágono que ha inventado el concepto de los estados fallidos para intervenir nuestros pueblos comenta Camilla Chalmers, delegado de Haití.
El delegado haitiano explicó la situación de pobreza que vive su país fruto de la aplicación de medidas de liberalización de su economía, pero hizo especial énfasis en la situación de intervención militar fruto de la aplicación del concepto de estado fallido promovido por la Central de Inteligencia Americana (CIA) y la administración de Washington.
Según Chalmers, Estados Unidos monopoliza el concepto de seguridad y de democracia en base a sus intereses. En el campo de la seguridad ha definido espacios potenciales de intervención como los llamados territorios sin gobierno y “las fronteras porosas”.
Una fuerza militar extranjera comandada por militares de Francia, Canadá e Italia ocupa Haití. Los 10 mil efectivos pertenecen a los ejércitos de Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Guatemala y le cuestan a este pequeño país 520 millones de dólares anuales.
“La presencia de esta fuerza militar multinacional es un fracaso”, dice Chalmers, pues actualmente los niveles de inseguridad se han incrementado, el desempleo llega al 70 por ciento y un 92 por ciento de la población económicamente activa está dedicado a la informalidad.
En la línea de Washington
En la VII Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, que se realizó en octubre en Nicaragua, los ministros sudamericanos “intentaron diferenciarse” de los lineamientos de los funcionarios centroamericanos y norteamericanos, lo que significó el principal “gesto político” de la Conferencia. “Pero en los hechos, todos trabajaron en base a la agenda que presentó Estados Unidos, lo que genera una contradicción, ya que los gestos de independencia quedaron relegados a un segundo planto”, comenta Roque.
Las discusiones en Nicaragua se basaron en tres pilares: la defensa de la democracia, la seguridad hemisférica y la “oportunidad de negocios”. El vicepresidente de Mopassol cuestionó que los ministros latinoamericanos hayan aceptado discutir a partir de esa última premisa –propuesta por los representantes estadounidenses-, que contempla la “mercantilización” de la defensa y la seguridad. “¿Qué tiene que ver la oportunidad de negocios con una reunión de ministros de Defensa y Seguridad?; ¿Negocios para quién?”, pregunta Roque.
- Con información de ABI/PL/ Mundo Real/Integracionsolidaria