¡El agua es un derecho humano¡
Con la asistencia de líderes y representantes de diversas organizaciones de países de América del Sur se desarrolló la reunión sobre el agua, la misma que se realiza bajo el marco de la Cumbre de la Integración de los Pueblos.
Al unísono los asistentes acordamos defender los usos y costumbres y la diversidad de sus culturas en la construcción de un sistema de agua potable y riego. Las organizaciones deben de construir sus propias propuestas, no debemos de esperanzarnos en gobiernos que no reflejan la identidad de sus pueblos.
Son los indicados a desempeñar esta tarea, las comunidades que se encuentran cerca de las fuentes de agua, deteniendo a los gobiernos que arbitrariamente y sin consulta de la población, entregan mediante concesión las fuentes de agua. El agua es un recurso de vida para las comunidades y las familias.
Las amenazas y acciones que afectan el recurso hídrico son la deforestación para poder obtener grandes espacios para el cultivo de soya y los transgénicos. Al llevarse un árbol de nuestros campos no están quitando la posibilidad de completar el ciclo del agua, el mismo que garantiza la continuidad de este recurso y la instalación de mega proyectos mineros en las cabeceras de cuenca, de donde toman grandes cantidades de agua y a donde vierten los deshechos de sus operaciones.
La lucha por el agua es también la lucha por el territorio pues sin este elemento cómo podemos irrigar nuestro cultivo, cómo podemos alimentar a nuestro ganado, cómo asegurar el sustento de nuestras familias y próximas generaciones. Para esta lucha es necesario el intercambio de experiencias que nos fortalezcan para garantizar el acceso y el fin de la muerte del agua.
El agua también está inmersa en los tratados de libre comercio, como un bien comercial, un bien negociable y así lo ven las grandes trasnacionales, para rebatir esto los gobiernos ofrecen los famosos subsidios, que en la práctica rompen la frontera semántica con la palabra suicidio, pues estos subsidios no son mas que los suicidios lentos y masivos de las poblaciones.
La propuesta de las organizaciones está en contra del modelo neoliberal, nuestro modelo está basado en los usos y costumbres, diversidad ancestral que se tiene en la gestión del agua. Actualmente son pocos los gobiernos que apoyan y que proponen el agua como derecho humano, son las comunidades y los pueblos quienes deben de tomar las decisiones de uso y distribución de las aguas. El agua debe verse como un bien público, un bien común. Una de las acciones inmediatas es realizar el próximo año, la Convención Sudamericana del Agua como instrumento para exigir a todos los estados la declaración del agua como un derecho humano imposible de negociar.