Brasil

Campaña contra violencia doméstica y por paternidad responsable

2000-09-04 00:00:00

¡Hay que ser muy hombre para enfrentar a esta lucha!
Manifiesto de Campaña-Brasil

"... podemos escribir el futuro basándonos en la auto-ayuda y
el respeto. Podemos escribir el futuro basándonos en cuanto
tenemos que crecer. Podemos escribir el futuro lleno de
fuerza, paz, prosperidad y amor. Es todo lo que tenemos que
hacer, y precisamente ahora..."

Iyana Vazant, Acts of Faith - Daily Meditations for People of
Color Fireside, NY, 1993

La violencia en contra de las mujeres es construida histórica y
culturalmente, a través de actitudes que representan
instrumentos de poder para mantener las desigualdades. Ella es
totalmente "democrática", afectando sin distinción a mujeres de
todas las clases y niveles sociales; pero la idea de que las
mujeres son un grupo homogéneo y, por lo tanto, sufren la
violencia de la misma forma, es equivocada y debe ser cambiada.

Las mujeres tienen diferentes experiencias de vida, por el
hecho de pertenecer a diferentes clases sociales, etnias y
edades. La naturaleza de la violencia que afecta a las mujeres
varía de acuerdo con la mayor o menor exclusión de las
garantías sociales evidente en su condición económica, étnica,
educacional, familiar, etc. Para las mujeres negras, la
conjugación de sexismo y racismo ha sido una constante en su
historia.

Desde que fueron sacadas de Africa, pasaron por toda clase de
violencia: fueron explotadas por sus amos; sus cuerpos, usados
para producir otros esclavos; impedidas de criar a sus
hijos/as; acusadas, además, de ser la encarnación de un
exagerado erotismo, cercanas al animalismo. La violencia de la
esclavitud hacia las mujeres negras les causaba un sufrimiento
adicional por el hecho de ser mujeres.

Sin embargo, la historia de la vida de esas mujeres no estaba
cargada de sumisión, ya que siempre sacaban fuerza de la
ancestralidad, siempre se aferraban a su religiosidad, y
buscaban, aún en condiciones adversas, crear formas de una
estructura familiar.

A pesar de toda la violencia, podían contar con el amparo, el
cariño, el afecto y la complicidad del hombre negro, porque
ambos creían en la posibilidad de otro tipo de vida, sin
discriminación u opresión. Creían en la libertad y luchaban,
juntos, por ella.

Otros tipos de violencia

Ahora que han pasado 110 años desde la abolición de la
esclavitud, y en el umbral del nuevo milenio, la mujer negra
continúa viviendo los mismos tipos de violencias, sólo que
apenas han cambiado de cara. En la actualidad, ella sigue
siendo explotada por el patrón, la patrona y sus hijos/as,
dueñoas/as de una casa grande y moderna. Su cuerpo continúa
siendo utilizado en los laboratorios, para experimentos pseudo-
científicos, e incluso mutilada por esterilizaciones
involuntarias; no puede cuidar a sus hijos/as, porque tiene que
trabajar arduamente para alimentarlos, y su sexualidad ha sido
transportada a una política de turismo sexual y tráfico de
mujeres y niñas.

¿Y el hombre negro?

A pesar de que enfrentaron juntos la violencia del racismo, el
hombre negro asimiló el machismo estructural de la sociedad y
la práctica de la violencia en contra de la mujer, permitiendo
que la familia negra fuera perdiendo el vínculo mutuo con las
figuras materna y paterna. El hombre negro se vio cada vez más
frágil, por haber perdido el lazo de identidad con su cultura
africana y su vivencia ancestral, siendo masacrado por una
modernidad que obvia a aquello que representa.

Pese a que conocemos que el hombre negro es sometido a una
política perversa, muchas veces víctima del desempleo, de la
violencia policial, atrapado en el mundo de las drogas, del
alcoholismo y de la desesperación, eso no puede justificar la
práctica de la violencia doméstica y el abandono de sus
hijos/as. Sin embargo, la indignación y la lucha
reivindicativa que exigen éstas prácticas, tienen que estar
dirigidas contra esa estructura que destruye la posibilidad de
una vida armoniosa en la que todos/as tengamos el derecho de
vivir con dignidad.

La cuestión de la fragmentación de la estructura familiar,
debido a la ausencia del padre, marido o compañero, impone una
sobrecarga de responsabilidad sobre la mujer negra. Esto
significa que muchas mujeres que son jefas de familia,
respondan a los papeles de padre y madre; y esta situación
tiende a agravarse a consecuencia del neoliberalismo que
provoca el desempleo masivo y socava a las familias
trabajadoras, llevándolas hacía la marginalidad.

La paternidad responsable es fundamental para revertir todo lo
mencionado anteriormente. Nos interesa desarrollar una
política de género capaz de fortalecer la idea de la maternidad
y la paternidad responsables, como asunto de carácter social y
no privado, principalmente cuando estos papeles, en el interior
de la familia, afectan a los niveles de violencia físico o
mental.

Nos interesa una política de género que combata la violencia
doméstica en sus manifestaciones micro y macro, o sea, tanto en
su faceta construida por las relaciones afectivas como en
aquella que es exacerbada por el empobrecimiento.

Lucha conjunta

Vamos a luchar, junt@s, por una perspectiva que estimule el
compañerismo en la manutención y socialización de los recursos
alimentarios y educacionales de la niñez, la división de los
quehaceres y trabajos domésticos, la responsabilidad en la
anticoncepción, y en la prevención de SIDA y las Enfermedades
de Transmisión Sexual, ETS.

El objetivo es combinar la lucha contra la violencia doméstica
con una paternidad responsable, y a la vez fortalecer las
relaciones de género, ampliar la conciencia del ser masculino y
construir relaciones basadas en respeto, afecto y solidaridad,
pués solo de esa manera seremos capaces de construir una nueva
sociedad.

Por esta razón, nosotr@s, hombres y mujeres negr@s,
pertenecientes a diferentes organizaciones que integran a la
Coordinación Nacional de Entidades Negras -CONEN - invitamos a
hombres y mujeres comprometid@s con la democracia a integrarse
a esta campaña.

Estamos en contra de:
? El uso comercial de la sexualidad de la mujer negra, que
viene afectando a las niñas y adolescentes a través de la
expansión del turismo sexual y del tráfico de mujeres;
? La fragmentación de la estructura familiar por la ausencia
del padre, marido, compañero, que impone a la mujer negra
una sobrecarga de trabajo y responsabilidades;
? La violencia policial que viene cometiendo un verdadero
genocidio contra los hombres negros.
? La diferenciación de los papeles sexuales que obligan a las
niñas asumir las tareas domésticas, mientras a los niños se
les estimulan a actividades de la calle.
? La violencia doméstica y sexual, desde aquel comportamiento
que agrede físicamente y llega muchas veces al asesinato,
hasta aquel tratamiento que se manifiesta a través de
maltratos, amenazas, abuso sexual, desprecio para el trabajo
doméstico, agresiones verbales, y presión moral y
psicológica.

Creemos que la pobreza, el racismo y el machismo son factores
que impiden acceder a la plena ciudadanía de las mujeres
negras, a pesar de constituir el 44% de la población femenina
del país. La eliminación de estas aflicciones depende de una
acción colectiva enérgica y urgente.

Coordinación Nacional de Entidades Negras -CONEN- ,Foro de
Entidades Negras de SP, Soweto - Organización Negra, Geledés -
Instituto de la Mujer Negra, Unegro, Raíces de Africa, Frente
Negra de Santos, FECONEZU, Articulación Popular Sindical de
Mujeres Negras.

Se reciben adhesiones y contribuciones al fax (011) 231-2347, o
el correo electrónico: geledes@ax.apc.org

* Publicado en el Boletín Cimarronas No. 3, abril de 1998