Derechos sexuales y reproductivos
La situación política y económica en la Región hacen más evidentes los problemas que por años hemos
vivido las mujeres negras. Las políticas de reducción del Estado, la globalización, la feminización y
etnización de la pobreza, nos ahogan cada vez más y nos obligan a buscar formas de solucionar lo
inmediato para la sobrevivencia. Estamos en una lucha continua entre la vida y la muerte, con el pasar de
los años, los problemas sustantivos de salud, vivienda, educación y trabajo se acrecientan como bola de
nieve.
En ese marco, el Movimiento de Mujeres Negras en América Latina y el Caribe inicia una etapa de
consolidación, en donde se elaboran agendas con prioridades, que contribuyen con el proceso de
empoderamiento, teniendo como resultado la discusión de propuestas y políticas encaminadas a la solución
de los problemas que limitan nuestra realización como personas.
La construcción de esta agenda política, que contempla como eje prioritario, conocer, divulgar y poner en
el tapete de discusión regional la situación, realidad y propuestas de la mujeres negras, plantea alianzas
entre diversos sectores y movimientos sociales.
Nuestra Agenda contempla que el primer territorio del que tenemos que apropiarnos las mujeres negras es
el territorio de nuestros cuerpos. Pues la salud de las mujeres negras y de sus comunidades, no ha sido una
preocupación de los gobiernos, sin embargo, cuando en la década de los setenta, el cuerpo de las mujeres se
puso en el centro del debate debido a la "necesidad" de limitar el crecimiento poblacional, se
implementaron programas de planificación con características etnocidas dirigido a mujeres negras e
indígenas pobres.
En ese momento, no existió una organización que denunciara tales violaciones y atropellos a los cuerpos de
las mujeres negras. De allí que el nacimiento del movimiento de mujeres negras es el resultado de un
proceso autónomo para responder a las necesidades propias, pues las luchas del movimiento de mujeres no
nos abarcaban, del mismo modo nuestras necesidades de género se diluían dentro del movimiento negro.
Asimismo, en el marco de las discusiones internacionales sobre las mujeres, no es sino hasta la Conferencia
de Beijing (95) donde su Declaración de Principios plantea que la situación de discriminación se agudiza en
algunas mujeres. Siendo la pertenencia a grupos étnicos "no blancos" y la situación de clase, causas
fundamentales que han dificultado la plena participación de las mujeres negras de las sociedades en que
vivimos.
A las mujeres negras, cuando son contempladas en programas y proyectos oficiales, se les considera
receptoras de políticas, se les niega, mucho más que al resto de las mujeres latina-mestizas, la posibilidad
de acceder a la información y a los medios mínimos para tomar decisiones.
La exclusión permanente de las prioridades y necesidades de las mujeres negras de los planes nacionales
gubernamentales y no gubernamentales, antes y después de Nairobi, antes y después de la Conferencia de
Derechos Humanos, antes y después de la Conferencia Mundial de la Población y Desarrollo y antes y
después de Beijing, les ha obligado a incorporar, desde sus comunidades y organizaciones políticas, el tema
de la salud, para resistir a la visión que las ha convertido, antes y ahora, en objetos de experimentación y
casi nunca en destinatarias de políticas.
Por eso, para hablar del ejercicio efectivo de los derechos reproductivos es imprescindible abordar la
realidad de pobreza y discriminación cotidiana que imposibilitan la ciudadanía efectiva a las mujeres
negras.
Sexualidad e identidad
Desde el Primer Encuentro de Mujeres Negras que realizamos en República Dominicana en 1992 iniciamos
la discusión regional sobre "Mujeres Negras y Sexualidad". No se logró ahondar mucho en aspectos
teóricos, pero fue el primer acercamiento en cuanto a experiencias concretas y posibilidades de reivindicar
nuestros derechos al erotismo y el derecho de acercarnos y apropiarnos de nuestros cuerpos.
Es más bien a partir de las discusiones sobre la sexualidad y la opción sexual que se define que la mujeres
afrocaribeñas y afrolatinoamericanas lucharemos contra todas las discriminaciones: racismo, homofobia,
heterosexismo, clasismo etc., y que nuestra identidad es la de un movimiento diverso, heterogéneo, político
y amplio.
No obstante lo anterior, la sexualidad de las mujeres negras sigue siendo producto de estereotipos contra los
cuales tenemos que luchar, para fortalecer nuestra autoestima y reivindicar el derecho al pleno goce y las
decisiones sobre la sexualidad.
Desde nuestra identidad de mujeres negras nuestra lucha en cuanto a derechos sexuales y reproductivos
estará encauzada a:
- Defender nuestra vida y nuestra identidad cultural.
- Luchar contra todo tipo de discriminación étnica y de género.
- Defender el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo.
- Ejercer los derechos reproductivos según las amplias definiciones aprobadas internacionalmente.
- Ejercer el derecho a la autonomía de decidir sobre nuestros cuerpos sin que prevalezca prejuicios étnicos,
religiosos, políticos o morales.
- Optar libremente por las diferentes formas de vivir nuestra sexualidad.
- Garantizar condiciones sociales y económicas (salud, educación, empleo, vivienda, etc.) que nos permitan
acceder a todos los servicios de salud para que efectivamente, podamos ejercer nuestros derechos
reproductivos y sexuales.
Extracto de la ponencia presentada por Epsy Campbell en la VII Conferencia Internacional Mujer y Salud
* Publicado en el Boletín Cimarronas No. 1, septiembre de 1997