El movimiento en defensa del agua llama a los gobiernos a actuar para implementar el derecho humano al agua
Marsella, Marzo 2012
Como miembros del movimiento en defensa del agua reunidos en Marsella, Francia, para la movilización contra el 6o Foro Mundial del Agua, emitimos esta declaración que también contiene las voces de muchos grupos e individuos activistas de alrededor del mundo que no han venido a Marsella. Estamos aquí para dar voz a la agenda positiva de los movimientos en defensa del agua.
Estamos aquí para oponernos a la campana corporativa del Foro Mundial del Agua, que plantea una plataforma de participación múltiple con incidencia directa en las políticas mundiales del agua.
El contexto de Marsella
La elección de Marsella como ciudad sede para el 6o Foro Mundial del Agua es significativa. Marsella es sede del Consejo Mundial del Agua, el think tank corporativo y el grupo de presión que convoca el Foro Mundial del Agua. Entre sus fundadores se encuentran las empresas multinacionales del agua, Suez y Veolia, así como el Banco Mundial. Marsella ha sido un partidario financiero del Consejo y Francia es considerada por muchos, como la cuna de la
privatización del agua.
Mientras se reúnen en Marsella, Veolia, Suez y SAUR, tres de las mayores corporaciones del agua, se encuentran bajo investigación de la agencia reguladora anti-trust de la Unión Europea, debido a que operan como un cartel que fija el precio de los servicios de agua y de aguas residuales en Francia. En conjunto, las tres multinacionales controlan 69% de los sistemas de distribución de agua de Francia y 55% de los sistemas de tratamiento de agua.
Debido a este tipo de escándalos muchas municipalidades francesas, desde Paris hasta Grenoble, se han unido a las olas de comunidades alrededor del mundo en favor de la re municipalización de sus sistemas de agua y de aguas residuales.
¿Quiénes somos?
Somos organizaciones de justicia social, pueblos indígenas, sindicatos, organizaciones ambientalistas, agricultores, escritores, académicos, defensores de derechos humanos, activistas comunitarios, redes y confluencias que comparten una visión común acerca del agua como un derecho humano y como un bien común, y no como una mercancía. Hemos encabezado luchas alrededor del mundo en defensa del agua y del territorio para proteger los bienes comunes.
Nuestros principios
Reafirmamos y fortalecemos todos los principios y compromisos expresados en las declaraciones de los foros alternativos del año 2006, en la Ciudad de México y del año 2009 en Estambul: reconocemos el agua como esencial para toda la vida en el planeta. Defendemos el agua y la saneamiento como derechos humanos fundamentales e inalienables; insistimos en la solidaridad entre las generaciones presentes y futuras; rechazamos todas las formas de privatización y, declaramos que la gestión y el control del agua deben ser públicos o comunitarios, sociales, cooperativos, participativos, equitativos y no lucrativos; hacemos un llamado a la gestión democrática y sostenible de los ecosistemas y para preservar la integridad del ciclo del agua, a través de la protección y el manejo adecuado de las cuencas y del ambiente. Nos oponemos al modelo económico y financiero dominante que recomienda la privatización, la comercialización y la mercantilización de los servicios públicos de agua y saneamiento.
Algunos de nuestros logros incluyen: recuperar sistemas públicos que habían sido privatizados; promover e implementar asocios entre organismos públicos y entre organismos públicos y comunitarios; provocar la pérdida de ingresos en la industria del agua embotellada y llevar a cabo actividades colectivas de manera simultánea durante el Octubre Azul(i).
A pesar de que todavía hay muchos desafíos por superar en la implementación de este derecho, celebramos el reconocimiento del agua y al saneamiento como derechos humanos por parte de las Naciones Unidas, así como la adopción de este derecho en diversas constituciones y leyes alrededor del mundo.
Nuestras demandas
Un foro acerca del derecho humano al agua y el saneamiento en octubre de 2014
A lo largo de quince anos, cinco Foros Mundiales del Agua no han aportado soluciones. Encabezado por el Consejo Mundial del Agua, el Foro ha promovido estrategias para corporaciones que buscan mayores ganancias derivadas de la crisis mundial del agua.
El reconocimiento del agua y el saneamiento como derechos humanos dentro de las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (Resolución 64/292) y las resoluciones subsecuentes del Consejo de los Derechos Humanos están devolviendo las cosas a donde pertenecen, es decir, a los gobiernos. Es tiempo de que las Naciones Unidas y sus Estados miembros asuman el liderazgo para asegurar la progresiva implementación de este derecho.
Exigimos que la Asamblea General de la ONU organice un foro global del agua en Octubre de 2014 (ii). Como convocante legitimo de foros multilaterales, llamamos a las Naciones Unidas y a sus miembros a comprometerse a la organización de un foro del agua que rinda cuentas a la comunidad global y que este vinculado a la obligación de los Estados con respecto al derecho humano al agua y al saneamiento. Este fórum debe permitir discusiones significativas y abiertas con comunidades afectadas, trabajadores, pueblos indígenas y con la sociedad civil.
Demandamos a los Estados miembros a acatar las resoluciones de las Naciones Unidas y a reformar las leyes locales para reconocer que toda la gente tiene derecho al agua y al saneamiento. Los Gobiernos deben de comprometerse a producir planes de acción nacional describiendo la forma en la que cumplirán con sus obligaciones para respetar, cumplir y proteger este derecho. Llamamos a todas las organizaciones y gobiernos en este 6o Foro Mundial del Agua, a retirar su apoyo al foro del agua controlado de manera corporativa.
La 6a Declaración Ministerial del Foro Mundial del Agua
El borrador de la declaración ministerial del Foro Mundial del Agua no es un documento de carácter legal y el Foro no es un espacio legitimo para la discusión de políticas con respecto al agua. Como tal, la declaración es tanto inadecuada en comparación con los compromisos que los países necesitan para llevar a cabo el derecho humano al agua, como perjudicial en el sentido de que puede moldearse inapropiadamente y dañar compromisos legales hechos en otros foros.
En términos de contenido, la declaración tiene varias debilidades clave. El borrador de la declaración ignora el fracaso de la privatización para garantizar el acceso al agua para todos. La declaración fomenta la inversión en agua como un capital natural.
Este modelo ha conducido a esquemas que han privado a las comunidades de sus derechos al agua y a la tierra. El agua es un bien común y rechazamos cualquier intento de utilizar financieramente nuestra agua y por lo tanto, quitar la gobernanza del agua de las manos de la gente para depositarlos en salas de juntas corporativas.
Instituciones financieras internacionales, incluyendo el Grupo del Banco Mundial, están exacerbando las debilidades del sector publico brindando apoyo directo al sector privado y fomentando una mayor delegación de responsabilidades y capacidades publicas fundamentales.
Llamamos a los Ministros a preparar y a adoptar una declaración alternativa que desafíe la autoridad del Foro Mundial del Agua como espacio para desarrollar una buena gobernanza y desarrollo de políticas del agua, así como a afirmar la importancia de la gobernanza democrática del agua.
La crisis ecológica y la Cumbre de la Tierra
Somos representantes de movimientos en favor del agua, la tierra, la alimentación y el clima, trabajando para hacer frente a la privatización y a la mercantilización de la naturaleza promovida bajo el estandarte de la llamada “economía verde”, que sienta las bases para la discusión en la Cumbre de la Tierra Rio +20 en junio de 2012.
Como activistas en defensa del agua, estamos preocupados porque el agua sea promovida en Marsella como el motor de la economía verde. Dentro de este contexto, el 6o Foro Mundial del Agua y la agenda corporativa de la Cumbre Rio+20 están determinados a pavimentar el camino para una mayor privatización de los servicios del agua en nombre de una innovación verde y de la eficiencia del sector privado; la promoción de grandes proyectos de infraestructura y agro negocios en el nombre de la energía verde, que impedirán que las comunidades protejan sus recursos hídricos y; modelos de mercado para la asignación del agua y la gobernanza, incluyendo mercados del agua y pagos por servicios ambientales, que resultaran en la pérdida del control local y permitirá a las empresas multinacionales un mayor acceso a los recursos naturales en el Sur Global.
La conexión básica entre el agua y el cambio climatico, cuyo impacto han sentido principalmente y de manera más profunda las comunidades marginadas del planeta, ha sido reconocido por la comunidad científica y subrayada también por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climatico. Por tal motivo, no debemos aceptar soluciones falsas a la crisis ambiental que sean promovidas bajo la rúbrica de la “economía verde”, tales como presas, plantas nucleares y plantaciones de agro combustibles que ponen en peligro la cantidad y la calidad del agua.
Las presas han desplazado un estimado de 40 a 80 millones de personas, empobrecido a otros tantos millones y convertido el agua dulce en el ecosistema más afectado por la pérdida de la biodiversidad. Grandes proyectos centralizados de energía hidráulica han favorecido tradicionalmente la demanda de las industrias extractivas y de los centros urbanos, por encima de las necesidades básicas de las y los pobres.
La industria constructora de presas, el Banco Mundial, el G20 y otros actores, promueven actualmente la expansión de proyectos de energía hidráulica. La industria constructora de presas trata de mostrar la cara verde de sus proyectos a través del Protocolo de Evaluación de la Sostenibilidad de la Energía Hidráulica, una tarjeta de puntuación voluntaria controlada por la industria y que no incluye ninguno de los requisitos sociales o ambientales mínimos para proyectos de energía hidráulica.
Llamamos a los gobiernos y a las financiadoras a dar prioridad a las necesidades de agua y energía de las y los pobres, por encima de las demandas del mercado global. Pedimos que todas las necesidades y opciones sean evaluadas en un proceso equilibrado y participativo antes de que se aprueben nuevos proyectos de agua y energía. Llamamos a todos los actores a seguir las recomendaciones de la Comisión Mundial sobre Presas en caso de que un proceso identifique una presa como la opción más adecuada.
Llamamos a los gobiernos y a otros actores a no refrendar el enfoque voluntario del Protocolo de Evaluación de Sostenibilidad de la Energía Hidráulica.
Además, el modelo de agricultura industrial intensiva de monocultivo contamina y destruye los recursos hidráulicos, introduce nuevas especies no nativas a los ecosistemas, monopoliza la biodiversidad y afecta negativamente la soberanía y la seguridad alimentaria de las comunidades locales e indígenas, que continúan alimentando al 7