Los países desarrollados deben asumir su responsabilidad, sostiene la Vía Campesina
Demandan fondos públicos contra el calentamiento global
Durban, Sudáfrica, 4 de diciembre.- La Vía Campesina emitió su Declaración de Durban en la que define su posición ante la crisis climática y las negociaciones de los gobiernos representados en la XVII Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP17) reunida en esta ciudad.
Todos los fondos destinados a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero deben ser públicos y libres del control del Banco Mundial y de las corporaciones trasnacionales, demandó la organización internacional con presencia en más de 70 países de todos los continentes e integrada por campesinos, pequeños y medianos productores, indígenas, mujeres rurales, agricultores familiares, labradores sin tierra, pescadores y trabajadores agrícolas en general, entre otros.
Los fondos provendrían de los países desarrollados que deben pagar su deuda climática con el resto del mundo aportando por lo menos un 6 por ciento de su producto interno bruto. Dichos países asimismo deberán comprometerse a reducir sus emisiones un 50 por ciento sobre los niveles de 1990 para que el calentamiento de la atmósfera no rebase un grado centígrado al terminar la década. De lo contrario, los daños al ambiente serán irreversibles.
La Vía Campesina rechaza los mecanismos de mercado REDD y REDD++ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación) porque no representan una verdadera disminución de emisiones y son patentes para que las grandes corporaciones continúen contaminando (te pago para que me dejes seguir calentando el planeta).
Constituyen además una forma aprovechada por gobiernos y trasnacionales para obtener el control de territorios pertenecientes principalmente a pueblos indígenas.
Específicamente, la Vía Campesina se opone a que la agricultura sea incluida en las negociaciones de los mercados de carbono, al contrario, la organización de productores rurales afirma que la producción campesina sostenible y agroecológica es la verdadera solución en el campo a la crisis climática porque sus prácticas fijan carbono en los suelos y contribuyen a enfriar el planeta.
Y replanteó la exigencia de que sea instrumentado el Acuerdo de los Pueblos signado en Cochabamba, Bolivia, el año pasado.
El futuro de la Tierra y de la humanidad está en peligro —advierte— porque los responsables del calentamiento global, reunidos en la COP17, están intentando eludir su responsabilidad y borrar su historia de explotación de pueblos y expoliación de los recursos naturales.
Ya basta de que los representantes de los gobiernos en la conferencia de la ONU sigan intentando salvar el capitalismo a costa de todos los seres humanos, reclama, tratando una vez más que los pueblos, incluidos los pequeños productores rurales, paguen por las crisis financieras y económicas que han profundizado la pobreza y el hambre en el mundo.