Es necesario cambiar el paradigma de desarrollo
Participante del Foro Alternativo sobre Cambio Climático, que se realizó este fin de semana en Panamá, Carolina Amaya, integrante de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), vino desde El Salvador para hablar sobre ‘Cambios climáticos: Respuestas desde el Poder y Alternativas de los movimientos sociales’, además, criticó el hecho de que los gobernantes insisten en llevar adelante una política que provoca la crisis climática y dijo que el desafío de los movimientos sociales es deconstruir el falso paradigma de desarrollo que desencadenó las crisis económicas y ambientales y que pone en riesgo la vida de la civilización.
Afirmó que la actual crisis que el planeta está viviendo fue provocada por la sociedad desarrollista y alertó que los límites de la naturaleza y del planeta ya fueron sobrepasados. En la entidad en la que actúa, Carolina hace un trabajo de ‘alfabetización climática’ para lograr que las personas entiendan los procesos de cambio que están ocurriendo a nivel global.
El Foro Alternativo sobre Cambio Climático tuvo lugar los días 1 y 2 de octubre como una respuesta de los movimientos sociales, organizaciones campesinas, ecológicas e indígenas frente a la Reunión Preparatoria de la Cumbre de Durban sobre Cambio Climático, que reúne del 1 al 7 de octubre, a dirigentes de casi 200 países en la capital panameña. La principal reivindicación de los movimientos de base es que puedan participar en las tomas de decisión en las políticas de los gobiernos, ya que muchas de esas comunidades son las más afectadas por los impactos de las crisis ambientales.
Lea la entrevista.
Periodista– En su opinión, ¿cuáles son los puntos más divergentes entre los presentados por los gobiernos y las demandas de las comunidades en esta cuestión del cambio climático?
Carolina Amaya – Bueno, primero que hay un abismo entre la visión y el caminar de los Estados y la visión y el caminar de la gente. Los Estados, a pesar de que hay una clara evidencia teórica, científica y vivencial de que este modelo económico es insustentable, y de que es incompatible con la capacidad, con los límites que tiene la naturaleza, en lugar de reorientar, en lugar de transformar aquello que ha llevado adelante junto con este paradigma de desarrollo que ha llevado a esta crisis climática, se sigue avanzando en la misma ruta. Los Estados siguen insistiendo en darle ahora un maquillaje verde, que la economía sea una economía más amigable con la naturaleza y toda la propuesta de hecho de cara a Rio+20. Esto es toda una infraestructura global en torno de la economía verde. Es decir, este modelo, este sistema ha fracasado, es un modelo económico que ha llevado a este caos climático, y sin embargo los Estados continúan por la misma ruta que ha llevado a esta crisis.
Desde los movimientos sociales se ven otras expectativas. En los movimientos sociales planteamos: primero, hay que reconocer que esta crisis que estamos viviendo es diferente de otras; diferente de otros cambios climáticos que ha habido en la historia, que han sido más de origen natural y han sido distribuidos de manera proporcional en el tiempo y en el espacio, ¿verdad?, y el tiempo es necesario para irse adaptando a ese cambio. Éste que estamos viviendo ahora no es un cambio natural sino que es un cambio más antrópico, construido por la sociedad, principalmente por la sociedad desarrollista.
Segundo punto, a pesar de que se tiene toda esta información de que el cambio climático es antrópico, que el cambio climático es creado socialmente, se niegan que esta crisis sea una crisis provocada socialmente. De hecho, hay planteamientos importantes de parte de los movimientos sociales en cuanto a ver este modelo de desarrollo, ¿verdad? Y a reestructurarlo de manera tal que sea compatible con la naturaleza, nosotros a esto lo llamamos sustentabilidad social.
¿De dónde parte la sustentabilidad socioambiental y dónde nos alejamos nosotros de los planteamientos de los Estados? Primero que nosotros reconocemos que esta crisis viene asociada con otras crisis adicionales. Primeramente decir que siempre ha habido la crisis económica, siempre ha habido cambio climático, pero que ahora se juntan todas las crisis, se junta la crisis alimentaria, se junta la crisis climática, se junta la crisis financiera.
Nosotros, como movimientos sociales, diferenciamos esta crisis de otras crisis sociales y que esta crisis tiene un componente que no podemos pasarlo desapercibido, que es un componente de capacidad, de reconocer la capacidad de carga que tiene el planeta. ¿Qué decimos nosotros? Primero, que hay que deconstruir como lo hacen los movimientos sociales ese falso paradigma de desarrollo porque la sociedad es rica y no quieren renunciar a él, y las sociedades del Sur aspiramos a él, a este desarrollo que lleva al cambio climático. El primer desafío a los movimientos es justamente deconstruir ese falso paradigma de desarrollo que nos ha llevado a este caos climático que pone en riesgo la civilización.
Segundo, que necesitamos reorientar la forma de vida. Necesitamos reestructurar nuestro nivel de vida, de acuerdo a las capacidades de carga que tiene la naturaleza. Nuestro ecosistema es finito, tiene capacidad de carga limitada y lo que ha llevado a este caos es que hemos sobrepasado la capacidad de carga, la capacidad límite que tiene el planeta.
Ese factor es el desafío que tenemos que enfrentar. Partir de que tiene límites y reconocer que vivimos en un ecosistema, en un planeta vivo que tiene límites, que tiene capacidad de carga limitada. Éste es nuestro desafío porque muchos de nosotros vimos a la naturaleza también como infinita, pero ahora la vemos como un organismo vivo, y que nosotros somos parte de él, y no seguirlo viendo como mercancía, para seguirle sacando al planeta. Este factor es el desafío que los movimientos tenemos que trascender.
Periodista– ¿Cuáles son las alternativas presentadas por los movimientos como solución a la crisis?
Carolina –A mí, personalmente, quiero decir que los pueblos originarios nos dan lecciones de vida, con palabras sabias y con experiencias de vida que son alternativas que nos conllevan a revalorar la tierra, la relación con la tierra. Si tenemos comida, si tenemos agua, tenemos donde producir, es decir, se sustenta la base necesaria para la vida.
Periodista – ¿Cuáles son sus expectativas con la realización de este Foro en el sentido de que los gobiernos escuchen a las comunidades?
Carolina –Bueno, dijiste que nosotros seguimos creyendo que otro mundo es posible. Seguimos creyendo en el poder de la resistencia y en la lucha de nuestro pueblo. En este sentido, nos juntamos aquí como El Salvador para unificar las fuerzas con los compañeros de Panamá y de otras regiones, de otros participantes que vengan del mundo para debatir hacia donde avanzar en esta lucha de los movimientos sociales y yo esperaría aquí que podamos establecer mejores mecanismos de coordinación y más efectivos, por ejemplo, con los compañeros de Panamá, que vengo de El Salvador y nos quedan muy cerca.
Venimos aquí porque creemos que otro mundo es posible, porque creemos que es necesario fortalecer y articular una alianza frente a esta crisis social y ambiental, y tercero porque los gobiernos que vienen aquí con planteamientos oficiales, con planteamientos de país, que estén atentos de que hay ojos ciudadanos, que hay ojos de comunidad, que hay ojos de organizaciones, que están monitoreando y vigilando a lo que ellos se comprometen y nos comprometen.
Periodista – ¿Cómo se desarrollan las actividades de la UNES?
Carolina – Nosotros somos parte de la Red de la Campaña mesoamericana de Justicia Climática. Nos hemos articulado para hacer sentir nuestra voz en función de las demandas que hemos planteado anteriormente. En este sentido hay un trabajo de alfabetización climática, porque ese tema tiene que salir del lenguaje científico y ser más colectivo, a partir de la vivencia de la gente. Entonces, la alfabetización climática es sensibilizar sobre los cambios que estamos viviendo. Estos no son cambios naturales sino que son cambios construidos socialmente que tienen una dimensión económica, social, política, etc.
Segundo, un tema de incidencias en políticas públicas, independientemente de las negociaciones oficiales es un espacio que avanza muy lentamente y a veces retrocede o se estanca. Y mucho de lo que ahí se discute son los acuerdos que no benefician al pueblo. Te puedo mencionar muy claramente el acuerdo de Cancún. Entonces, nuestros gobiernos necesitan institucionalizar y asegurar planes de políticas y programas que hagan que las comunidades, que los pueblos, que los territorios tengan mejor capacidad para enfrentar los impactos.
Es preciso un poco de incidencia a nivel gubernamental en tomas de decisión y que los gobiernos transmitan la verdad a nuestro pueblo, porque siempre ha sido así: las posiciones están lejos de beneficiar a todos aquellos y aquellas que son débiles, que son frágiles frente a estas grandes catástrofes que se pronostican.