Estos son tiempos difíciles para todos
Para los Embera, que vemos todos los días caer nuestros líderes como hojas
secas. Para los U`wa que resistimos la herida que nos hace con odio la
industria petrolera para sacar nuestra sangre y luego venderla para que los
carros de Nueva York se muevan no mas un mes. Para los Nasas y Guambianos,
que recibimos en el pecho el fuego asesino de quienes no quieren aceptar que
somos capaces de mandar en nuestra casa. Para los IKA, los Wiwa, los Koggi y
los Kankuamu, que somos asesinados en grupos de a diez, como moscas mientras
el ejército mira para otro lado o se hace el sordo. Para los Yukpas, que no
tenemos dónde sembrar una mata de maíz, cuando al lado hay unos que tienen
toda la tierra del mundo. Para los Pastos, que por defender nuestros
territorios hemos tenido que ver a los taitas asesinados, a los líderes
desaparecidos y a las comunidades amenazadas. Para los pueblos indígenas de
la Amazonia, que vemos llegar la guerra a nuestros ríos y selvas, que vemos
la llegada de cientos de desplazados buscando dónde sembrar coca o sacar
madera o extraer oro, que somos invadidos por gentes armadas que quieren
controlar nuestros territorios a nombre del Estado o de una nueva sociedad
donde no parece que quepamos nosotros. Para los pueblos indígenas, a quienes
nos llueve el veneno del Cielo como una maldición desde aviones manejados por
gente que cobra por cada niño muerto o por cada metro de maíz quemado. En
fin, para todos los pueblos que habitamos en las costas, serranías, en la
zona andina, en la amazonía y en las fronteras... para los pueblos que
estamos luchando por sobrevivir.
Son tiempos difíciles para los colombianos, sin derecho a ir a una escuela y
sin poder trabajar para ganarse el pan. Con los hospitales cerrados mientras
los bancos se llevan la riqueza. Atrapados en los papeles que firma el
gobierno entregando el territorio a las multinacionales y al Fondo Monetario
Internacional. Matados en los sindicatos y en las universidades por querer
vivir mejor. Lejos de sus pueblos porque a unos cobardes con motosierra se
les ocurrió que sobraban. Pagando por tomar agua y bañarse diariamente y por
andar entre los parques, tratados como si en el planeta Tierra sobrara gente
cuando lo cierto es que falta comida y justicia.
Son tiempos muy complicados para todos. Los que mandan sólo hacen caso al
dinero y a los que tienen dinero. Son groseros con nosotros y sumisos con los
poderosos. Somos un estorbo para su idea de vender la vida y el yagé en los
mercados mundiales, de comerciar con la salud de todos. Les parece que
tenemos muchos derechos, mucha Constitución y demasiadas pretensiones. Los
guerrilleros parece que solo le hacen caso al fusil, como si fuera un objeto
sagrado al que hay que rendirle culto; pero nosotros tenemos nuestros propios
dioses, que no matan si uno no está de acuerdo sino que acompaña para que
todos pensemos bien.
Los que hoy mandan no van a construir la paz. No la necesitan ni la quieren ,
sin la guerra no pueden sacarnos de los territorios, ni quitarnos las
riquezas para regalarlas, ni aterrorizar a los trabajadores y campesinos que
andan por ahí buscando cambiar las cosas o hacerlas de nuevo.
La paz tenemos que hacerla nosotros, los indígenas, los negros, los
campesinos, las trabajadoras, la gente que trabaja por la paz. La paz hay que
hacerla contra los que mandan, ya que ellos hacen la guerra contra los
mandados.
- Llamamos a todos los pueblos indígenas para que desde ya discutamos la
temática propuesta. En los mambeaderos, en los kankuruas , en los
tambos, en el territorio de convivencia, dialogo y negociación de La
María, en las rancherías, tenemos que sentarnos todos a preparar este
congreso. Para que la palabra que llegue sea la de muy adentro, la de
nuestros pueblos y nuestros abuelos y abuelas.
- Llamamos a todas las autoridades y organizaciones alisten desde ahora
el cuerpo y el espíritu. Recojan maíz y frijol, plátano y sal porque
estaremos todos.
Ninguna autoridad, ningún dirigente puede dejar de asistir
- Llamamos a los campesinos, a las comunidades negras, a los trabajadores
y trabajadoras, a las organizaciones amigas de la dignidad y la
justicia, para que nos acompañen, para que miremos entre todos los
problemas, para que el sueño sea lo más grande que se pueda.
- Llamamos a los amigos de todo el mundo, a las organizaciones solidarias
de Europa y América, a los amigos del sur, a los indígenas desde Canadá
hasta la Patagonia, para que vengan, para que nos ayudemos en la tarea
de ordenar el pensamiento y el mundo.
- Llamamos a los pueblos indígenas a venir a Bogotá. a pie, en canoa, en
mula, en bus escalera. Busquen el modo de estar aquí porque es nuestra
dignidad, nuestra vida, nuestro territorio, lo que está en juego. Por
que es la vida de los colombianos. Porque es la dignidad de todos la
que tenemos que defender.
- o -
Organización Nacional Indígena de Colombia ONIC y Autoridades Indígenas de
Colombia AICO han decidido convocar del 25 al 30 de noviembre de 2001 al:
Congreso de los Pueblos Indigenas de Colombia
No es solo un encuentro para nosotros para resolver nuestros problemas.
Hemos dicho que si no hay paz para todos los colombianos no la habrá
para los pueblos indígenas, y que si no hay paz para nosotros no habrá
paz para nadie. no queremos la paz y la justicia solo para nosotros,
mientras el resto de la gente anda por ahí muriéndose de hambre en las
calles al lado de los bancos. Y pues es lógico que no queremos una paz
en donde nosotros tengamos que desaparecer. Queremos conversar y
decidir, todas las autoridades y organizaciones de los pueblos
indígenas sobre las temáticas:
El Estado, los territorios y los pueblos indígenas.
El conflicto armado, la búsqueda de la paz y la forma de participación de los
pueblos indígenas en este proceso.
El modelo de desarrollo que los pueblos indígenas le proponen a todos los
colombianos para el desarrollo de un nuevo país.