Líderes de EE.UU. dicen que un fracaso de la OEA prolongaría la crisis hasta 2010

2009-10-08 00:00:00

Washington, 8 oct (EFE).- La legisladora demócrata Janice Schakowsky y líderes de los sectores político y académico advirtieron hoy que un fracaso del diálogo que fomenta la OEA en Honduras sólo prolongaría la crisis y el aislamiento de ese país.
 
Durante una conferencia de prensa, tanto Schakowsky como los expertos coincidieron además en que el reciente viaje de líderes de la oposición para respaldar al Gobierno de facto sólo entorpece la búsqueda de una solución consensuada a la crisis desatada tras el golpe del pasado 28 de junio.
 
En días recientes, los congresistas republicanos James DeMint e Ileana Ros-Lehtinen encabezaron sendas delegaciones a Honduras, donde manifestaron su apoyo al Gobierno de facto.
DeMint, de hecho, ha bloqueado la confirmación de Tom Shannon como próximo embajador de EE.UU. en Brasil y de Arturo Valenzuela como subsecretario de Estado para América Latina, en protesta por la postura de Washington en el conflicto de Honduras.
 
"Cuando la posición oficial de nuestro país es claramente llamar a esto un golpe, un golpe ilegal, y apoya el Acuerdo de San José, que un miembro de la minoría del Congreso salga del país y apoye una posición distinta... no sólo es altamente inusual sino que es extremadamente inapropiado", afirmó Schakowsky.
 
Schakowsky y otros cinco demócratas enviaron el viernes pasado una carta al presidente del Congreso hondureño, José Ángel Saavedra, en la que indicaron que si el Gobierno no resuelve la crisis, pedirán que EE.UU. no reconozca los resultados de los comicios del próximo 29 de noviembre.
 
Schakowsky volvió a criticar hoy el reciente viaje del senador DeMint y de otros líderes de la oposición que expresaron públicamente en Honduras su apoyo al presidente de facto Roberto Micheletti.
Esos viajes representan un "intento deliberado" de la oposición de "crear la impresión de que verdaderamente hay diferencias de opinión y eso es falso", señaló.
La legisladora alabó los esfuerzos de la Organización de Estados Americanos (OEA) por resolver la crisis y reiteró su llamamiento al diálogo.
 
También pidió que el Gobierno de facto suscriba el Acuerdo de San José, gestionado por el presidente costarricense, Óscar Arias, para que el depuesto presidente Manuel Zelaya regrese al poder y termine su mandato hasta enero de 2010.
 
En el encuentro, organizado por el Centro para la Democracia en las Américas, otros analistas advirtieron de las repercusiones si fracasa la misión de cancilleres de la OEA en Honduras.
Pese a la injerencia republicana, "hay razón para esperar que ahora (el Gobierno hondureño) está bajo presión y eso puede conducir a una solución, porque las elecciones están programadas para el próximo 29 de noviembre", dijo Doug Cassel, director del Centro para Derechos Civiles y Humanos de la Facultad de Leyes de Notre Dame.
 
Pero si fracasa el diálogo, "lo más probable es que continúen las sanciones o se fortalezcan incluso y que las elecciones del 29 de noviembre, si se realizan, no serán reconocidas... y Honduras simplemente prolongará la crisis hasta la siguiente administración o el siguiente período electoral", vaticinó el experto.
 
"El principal perdedor en todo esto será el pueblo de Honduras, que continuará sufriendo las severas sanciones económicas que han sido impuestas y podría continuar afrontando las severas represiones" del Gobierno, advirtió Cassel.
 
Steve Clemmons, analista de la Fundación Nueva América, desestimó las comparaciones con el embargo de EE.UU. contra Cuba porque, en todo caso, Honduras sí tiene un sector empresarial significativo que "es quizá el sector más poderoso en Honduras" y afrontaría un gran impacto si continúan las sanciones.
 
Cassel agregó que Cuba tuvo un gran respaldo de la ahora desaparecida Unión Soviética y tuvo relaciones comerciales con otros países que no suscribieron las sanciones unilaterales estadounidenses.
Si la crisis no se resuelva, Honduras afrontaría un aislamiento completo en su hemisferio "porque muchas naciones latinoamericanos tampoco se inclinan a reconocer (al Gobierno) y eso es una posición insostenible".No tiene, como tuvo Cuba, "un principal protector a gran escala que esté dispuesto a apoyarlo", puntualizó Cassel.
 
Zelaya fue detenido y expulsado del país por militares el pasado 28 de junio, y horas más tarde el Congreso nombró en su reemplazo a Micheletti, hasta entonces presidente del Legislativo y cuyo Gobierno no reconoce la comunidad internacional. El pasado 21 de septiembre, el destituido mandatario regresó clandestinamente a Tegucigalpa y está refugiado en la embajada de Brasil.