Trigésimo quinto día de lucha combativa por todo el territorio nacional
A estas alturas de la lucha diaria en las Marchas Pacíficas, hemos comprendido por los compañeros caídos, que los `policías y militares no son nuestros amigos, mucho menos nuestros hermanos; porque san máquinas de muerte, entrenadas para matar, hacer daño y reprimir a diestra y siniestra a las masas quienes piden libertad y Democracia. Ya no cabe aquél cándido lema que dice: “Policía amigo el pleito no es contigo” ni el otro que dice: “Militar hermano, démonos las manos”. La verdad que en las luchas callejeras sólo sobrevive el más fuerte y el más inteligente, y ese debe ser el pueblo por la constancia demostrada en las luchas.
Los perros de la guerra ya los soltaron en nuestra contra y debemos tener mucho cuidado, eso lo notamos en el rostro de los militares y policías, en los dedos y manos cuando acarician los gatillos de sus armas y las bombas lacrimógenas. No lo olvidemos por un instante, ellos son aparatos represivos del Estado Gorileti y tienen todas las intenciones perversas, de mandarnos al otro mundo con boleto de ida.
La represión anda suelta en la calle, hogares y todo lugar imaginable. Agentes infiltrados, asesinos a sueldo para aniquilarnos en el acto, militares en retiro que han sido llamados a filas y se creen los salvadores de Honduras.
Esperemos nuevas oleadas de represiones en contra nuestra, pero no debemos tener miedo, pues la razón y la justicia nos asiste.
La situación está clara, seguidores de Mel, dirigentes e intelectuales opositores al Golpe de Estado, son los primeros candidatos a entrenar “La Cárcel de la Crisis”, que no es más que una cárcel de torturas y asesinatos al estilo Pinochet, y las cuales estarán a servicio completo las 24 horas.
Entendamos que esta lucha, no es algo romántico con un bello final para nuestras vidas, caeremos muchos, pero lo haremos con honor, como dice nuestro Himno Nacional. Esta realidad que enfrentamos es algo real, objetivo, en la que nos jugamos la vida en franca desventaja, pues ellos tienen las armas y nosotros el pecho abierto y la cabeza para detener las balas.
Vamos a tener más bajas, eso no lo dudemos, los que han caído no son los últimos, simplemente son eslabones en la cadena de asesinatos que nos esperan en las Marchas Pacíficas, las cuales no se detienen ni se detendrán a pesar de los caídos y otros que vendrán.
¿Cuánto más vamos a soportar esto y lamentarnos por nuestros muertos? ¿Qué esperan los organismos internacionales para intervenir enérgicamente? ¿O vendrán, cuando ya no quede un solo hondureño en pie y sólo vengan a levantar muertos?
Pero antes que suceda esto, queda para constancia de la historia, que el pueblo hondureño oprimido, ya colmó su paciencia, y prefiere morir de pie que vivir la vida bajo el yugo de la tiranía fascista Gorileti.
¡La lucha sigue, el ideal morazánico está más vivo que nunca!
UNIÓN DE ESCRITORES Y ARTISTAS DE HONDURAS (UEAH), MIEMBRO DEL FRENTE NACIONAL CONTRA EL GOLPE DE ESTADO.