Soneto a Honduras
Han golpeado en el centro con saña al lumpen
de la América reumática y exánime
exprimida por las ansias y vorágine
del imperio que eximias garras hunde.
Atribuciones, el violento inicuo funge,
que avergüenzan la esencia de lo humano
choque cruento que desplaza al soberano
e instaura a quien la fuerza unge.
La ignorante ambición cual ruin herrumbre
carcome la conciencia y la desvía
del sendero que las mayorías
se han trazado como meta cumbre.
La miseria es humana y no le incumbe
al animal que la acepción ha señalado
y al primate universal ha degradado
al compararlo con semejante podredumbre.
La ignorancia induce a quien por leal confunde
y obnubila frente al ogro su conciencia
la madre excelsa de todas las lumbres.
La fuerza obliga y al débil infunde
el miedo que osa cambiar su razón
noria nefasta que arrolla y sucumbe