Resolución del Grupo de Trabajo del FSP
El Grupo de Trabajo del FSP, reunido el día 18 de julio en Managua, aprueba la siguiente resolución:
1. Reafirma la condena del Foro de Sao Paulo y de todos los partidos que lo integran, al golpe de Estado contra el gobierno constitucional de Honduras.
2. Destaca el repudio generalizado al golpe, tanto por todos los gobiernos latinoamericanos como por los organismos internacionales y continentales (ONU, OEA, Grupo de Río, ALBA, entre otros).
3. Expresa su solidaridad con el pueblo hondureño y en particular, con las fuerzas progresistas y de izquierda, los movimientos sociales y el partido Unificación Democrática (integrante de este Foro), por su valiente resistencia al golpe.
4. Señala que el golpe confirma la vocación dictatorial de los sectores de derecha de los Poderes Legislativo y Judicial, y de las Fuerzas Armadas hondureñas; que se ha confirmado la conducta antidemocrática de ciertos medios de comunicación en Honduras y otros países, que estimularon y apoyaron el golpe; y que no debe pasar inadvertido el apoyo solapado al golpe por el gobierno de Estados Unidos, que estaba informado de los planes golpistas e involucrado en el mismo, quedando en evidencia su actitud al condenar el golpe mientras por otra parte, se niega a tomar medidas efectivas contra los golpistas y por el contrario, promueve su legitimación.
5. Exhorta a los gobiernos y organismos que se pronunciaron contra el golpe, a continuar la presión a favor del cumplimiento de los acuerdos favorables al retorno incondicional del Presidente Zelaya y al restablecimiento del orden constitucional en Honduras, a lo que agrega la necesidad de no permitir la impunidad de los golpistas y defender el derecho soberano que el pueblo hondureño tiene a darse el régimen político que considere mejor, ejerciendo su derecho a tener la Constitución Política que emane de su soberanía como el más elemental principio de la democracia.
6. Constata la necesidad de un análisis profundo de los acontecimientos que revelan la estrategia de la derecha, la cual consiste en atacar allí donde consideró que había mejores condiciones para imponer su voluntad en contra de las transformaciones socioeconómicas y políticas que los sectores populares demandan en todo el continente, lo cual se expresa en la existencia creciente de gobiernos comprometidos con tales demandas sociales.
7. Alerta a la izquierda y a los gobiernos de América Latina y el Caribe, ante la evidencia de que las fuerzas más retrógradas que en el pasado fueron protagonistas de regímenes dictatoriales promotores de múltiples crímenes, de la más brutal represión contra el movimiento popular y la más funesta negación de los más elementales derechos de los ciudadanos, aún tiene posibilidades de actuar; no siendo suficiente la solidaridad internacional y dependiendo siempre en última instancia el desenlace de cualquier eventualidad de este tipo, de la capacidad organizativa y política que alcancen los sectores populares, los cuales en el caso de Honduras a pesar de su precario nivel de organización política ha tenido el inmenso mérito de resistir firmemente a lo largo de todo el período que llevan en el poder las fuerzas golpistas; pero tampoco basta con la disposición de lucha: es necesaria la existencia y acción permanente de una fuerza política interna vinculada estrechamente con el pueblo, y que con la acción protagónica y autónoma del movimiento social ponga en movimiento las fuerzas avanzadas, progresistas y revolucionarias de la sociedad en defensa de los intereses populares, nacionales y regionales.
8. Hace ver el rotundo fracaso en el intento de la derecha por frenar el fortalecimiento del movimiento popular, en vista de que tal fortalecimiento está teniendo lugar aún en mayor medida como respuesta del pueblo hondureño ante el golpe de Estado.
9. Considera que independientemente del rumbo que tomen los acontecimientos a nivel de la clase política hondureña y de las maniobras que la derecha promueva nacional e internacionalmente, ya las fuerzas populares se han levantado en rebeldía contra el obsoleto sistema establecido, y que el deber de la izquierda es ser consecuente con esa voluntad popular y levantar con el movimiento popular las banderas que conduzcan a los cambios que la realidad socioeconómica y política demanda, incluyendo el proceso de la Constituyente y ahora, a raíz del golpe de Estado, también la exigencia de que los golpistas no queden impunes, pues ello sería un peligroso precedente para la democracia latinoamericana y una grosera indiferencia ante la sangre que ya está siendo derramada por el pueblo hondureño en su lucha por la democracia y la justicia social.
10. Asume el compromiso de continuar apoyando la lucha del pueblo hondureño que es la de toda América Latina y el Caribe, exigiendo entre otras cosas la inmediata liberación de los presos políticos, el fin del toque de queda en Honduras y el cese de toda persecusión política tanto contra los ciudadanos que ejercen su legítimo derecho a la protesta como contra los medios de comunicación independientes que han sido clausurados y/o intervenidos.
11. Se compromete a promover la unidad de todas las fuerzas democráticas, progresistas y de izquierda en Honduras, tanto para la resistencia contra el golpe, como para el proceso de transformaciones que demanda no solamente la sociedad hondureña, sino una cantidad creciente y mayoritaria de los ciudadanos en toda la región latinoamericana y caribeña.
12. Ratifica su compromiso de apoyar a la izquierda en el futuro proceso electoral en Honduras con el objetivo de contribuir a la vigencia de las libertades democráticas y al triunfo de los sectores populares en la lucha por sus reivindicaciones.
13. Dedicará una sesión del XV Encuentro del FSP a analizar la situación de la República de Honduras.