Costa Rica: exitosa Jornada Nacional de lucha contra el TLC

2006-10-26 00:00:00

Gerardo Cerdas Vega
Minga Informativa de Movimientos Sociales
Grito de los Excluidos Continental

Una vez más, la ciudadanía costarricense ha salido a las calles a expresar su repudio al TLC que el gobierno de Abel Pacheco negoció con los Estados Unidos, y que el actual presidente, Oscar Arias Sánchez, respalda por completo. Se estima que unas 75 mil personas participaron en la Jornada Nacional de lucha contra el TLC convocada por la Coordinadora Nacional y múltiples organizaciones populares.

Qué pasó en esta Jornada

La principal característica de la manifestaciones realizadas entre el 23 y el 24 de octubre ha sido el importante grado de descentralización logrado por el movimiento: además de San José, donde normalmente se han concentrado las acciones, esta vez se desarrollaron las protestas en al menos 13 puntos estratégicos, en todas las provincias del país. Las acciones desarrolladas incluyeron marchas, bloqueos, perifoneos y distribución de material informativo entre la ciudadanía. En la ciudad capital, miles de manifestantes se dirigieron al Congreso, para exigir el retiro inmediato del TLC y de la agenda de proyectos de implementación del Tratado, que incluyen proyectos para romper el monopolio estatal de las telecomunicaciones, la electricidad y los seguros, entre muchas otras cosas.

Cada vez son más los sectores que se suman al movimiento anti-TLC, eso se refleja en la gran diversidad de actores que se observaron durante las acciones de esta Jornada de dos días: estudiantes, empleados públicos, campesinos, iglesias, personalidades de partidos tradicionales (en franca rebelión con las cúpulas de los mismos), excombatientes de la Guerra Civil del 48, maestros y maestras, artistas, ecologistas y movimientos barriales, entre otros. Además, esta diversidad se refleja en el hecho de que las últimas encuestas de opinión muestran como mayoritaria la oposición al Tratado, aunque también persisten grandes sectores de la población desinformados al respecto, que deben ser ganados para la causa del No.

Es también muy importante destacar la gran solidaridad internacional que está despertando este movimiento, ya que desde Honduras, Guatemala, El Salvador, Panamá, Brasil, España, Bolivia, Perú y República Dominicana han llegado cartas a las embajadas de Costa Rica en esos países, donde solicitan a las autoridades diplomáticas que intercedan por el retiro definitivo del TLC de la corriente legislativa; en Honduras se realizó un plantón frente a la Embajada de Costa Rica. Todas estas acciones refuerzan a nivel internacional lo que está pasando dentro de Costa Rica, y dan a los manifestantes la sensación de que no estamos solos, que hay otros pueblos que se solidarizan con nuestra lucha. También, el premio Nóbel de la Paz, Alfredo Pérez Esquivel, envió una misiva al presidente Oscar Arias, señalando entre otras cosas que “...hay preocupaciones que hacen a la situación de llevar al país a la firma del TLC con los Estados Unidos de Norteamérica. Tanto usted como los legisladores saben que esos acuerdos de “libre comercio” no tienen absolutamente nada; la dependencia será total, como usted bien sabe, las grandes potencias son los que imponen los precios y condicionan la vida y desarrollo de los pueblos”.

Pero el éxito alcanzado en esta nueva Jornada no debe cegarnos ni hacernos caer en el triunfalismo vano; el gobierno de la República, en defensa de los intereses de la clase dominante y los de las grandes corporaciones estadounidenses, ha radicalizado sus campañas televisivas, radiales y en la prensa escrita, difundiendo un discurso intimidador y desmovilizador y dando claras muestras de que su voluntad será impuesta a la población haciendo oídos sordos al clamor popular. La prepotencia y el ejercicio autoritario del poder, con una fachada democrática, van ganando terreno en las actuaciones del gobierno, lo cual abre serias interrogantes sobre hasta dónde estará dispuesto a llegar para defender su posición. Máxime si tenemos en cuenta que desde que asumió su mandato, Arias ha venido recurriendo al uso de la fuerza y la intimidación policial en todas sus apariciones en público; esto ha trascendido al nivel internacional y por tal motivo, durante esta Jornada de protestas el gobierno tuvo que limitar el uso de la fuerza desmedida, aunque la Comisión Costarricense de Derechos Humanos (CODEHU) y el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), denunciaron la presencia de oficiales armados en todos los puntos donde hubo manifestaciones, el uso de helicópteros militares en la provincia de Limón y el enfrentamiento entre la policía antimotines y los manifestantes de la localidad de Santa Rosa de Pocosol, en San Carlos (Zona Norte), que dejó como saldo varias personas civiles heridas, que requirieron ser atendidas en un centro hospitalario cercano, entre otros hechos.

TLC abre portillos para la producción de armas

Desde hace dos semanas, cuando el diputado del Partido Accesibilidad sin Exclusión (PASE), Oscar López, denunció que la empresa estadounidense productora de armamento y equipos militares, RAYTHEON Inc., compró una finca en la localidad de Paquera con el fin de instalar una fábrica en Costa Rica, estalló la polémica acerca de los portillos que abre el TLC para la fabricación de armas en el país. Dicha polémica se agudizó luego de que el Poder Ejecutivo emitiera un decreto donde regula la producción de armamento, incluyendo armas pesadas y enriquecimiento de materiales radiactivos, hecho que no ha podido explicar convincentemente y menos aún demostrar que el mismo no se relaciona con la pretendida aprobación del TLC (que desgrava el comercio de armas entre EEUU y Costa Rica).

Para un presidente y premio Nóbel de la Paz (1987) como Oscar Arias, esta es una contradicción difícil de explicar, cuando además fue a las Naciones Unidas a defender el desarme mundial. La polémica suscitada en torno al tema de las armas ha causado gran indignación entre la población costarricense, y en buena medida ha influido en la opinión pública causando mayor rechazo al TLC.

Lo que viene después de esta Jornada

El gobierno ha insistido en que ratificará el TLC en el mes de diciembre o máximo en enero, cuando para los movimientos sociales es más difícil actuar coordinadamente debido a las fiestas de fin de año y a las vacaciones de los maestros, estudiantes y empleados públicos. Sin embargo, tampoco está claro que tenga todos los votos asegurados para ratificar el Tratado, lo cual supone que la lucha dentro del Congreso será intensa y decisiva. Por eso, los movimientos sociales han comprendido que la movilización callejera determinará la decisión de los pocos diputados que aún no se definen por completo a favor o en contra, lo cual puede volcar la votación si ésta llega a darse. Sin embargo, el movimiento anti-TLC exige el retiro inmediato del mismo de la corriente legislativa así como el paquete de leyes de implementación al que hicimos referencia, independientemente de cuántos votos tenga asegurado el gobierno con relación al Tratado.

La consolidación político-organizativa del movimiento es indispensable, en especial consolidar la unidad dentro de la Coordinadora Nacional de Lucha contra el TLC y de las coordinadoras subregionales que se han organizado hasta ahora y las que puedan organizarse; las acciones de formación, debate y divulgación también son fundamentales,

Las próximas acciones serán debatidas y acordadas dentro de la Coordinadora Nacional, y se espera que la convocatoria vuelva a tener amplio respaldo popular. En los próximos meses habrá una intensa lucha entre los sectores opositores y el gobierno, solo que el movimiento popular luchará a base de entrega, movilización y argumentos, mientras que el gobierno lo hará mediante campañas publicitarias manipuladoras y políticas de intimidación, con el apoyo de las cámaras patronales y la gran prensa.

Para los movimientos sociales será clave lograr el apoyo activo de la ciudadanía que se opone al TLC pero no se manifiesta todavía en las calles, lo cual podrá lograrse solo si son capaces de explicar con toda claridad los alcances y peligros que encierra el Tratado, venciendo con ello el discurso manipulador de la publicidad masiva del gobierno. La población costarricense ha ido comprendiendo que el TLC es bueno solo para la minoría que siempre se ha beneficiado del desarrollo económico bajo la era neoliberal, por eso, y a pesar de las dificultades encontradas en el terreno, es que hoy más del 60% de la población considera que el Tratado beneficia solo a los estadounidenses y que Costa Rica perderá mucho más de lo que podrá ganar. Con todo esto, los próximos cuatro o cinco meses verán el desenlace de una lucha que lleva cerca de cuatro años, y que decidirá el futuro del país cualquiera que sea su resultado.