El Grito de nuestra América
La coordinación continental del Grito de los Excluidos y Excluidas, reunida en el marco de la celebración del 12º Grito de los Excluidos en Brasil, hemos reflexionado sobre distintos aspectos relativos a la problemática de nuestros países y a las distintas vías que los pueblos están construyendo en su proceso de resistencia y liberación.
Nuestra América está viviendo un tiempo especial, marcado por procesos de transformación política, económica y social, donde se destacan la revolución bolivariana en Venezuela, el proceso de construcción del poder popular en Bolivia y el ejemplo histórico de resistencia y dignidad de la revolución cubana. Porque se trata de procesos y no de sociedades perfectas, estos ejemplos nos dan constancia de luchas que avanzan en el camino de la liberación de los pueblos frente a las potencias imperialistas que los someten desde hace muchos siglos. Así, son un llamado a que también en otros países, levantemos a través de nuestras luchas, la utopía por una transformación profunda de la realidad social.
Sin embargo, no podemos olvidar que el enemigo, representado por el gran capital extranjero y nacional, también se está reagrupando, reconstituyendo su poder allí donde se ha visto duramente golpeado por la acción de los pueblos en contra del neoliberalismo.
Hay ejemplos recientes de países donde la esperanza de transformación política ha sido golpeada mas no vencida, como son los casos de Perú y México, este último aun en resistencia civil contra el fraude y la democracia simulada. En Colombia, la derecha se fortalece con la reelección de Álvaro Uribe y su política belicista; en todos los países de América Central, gobiernos de derecha reafirman la profundización de políticas neoliberales. En Brasil, Argentina y Uruguay, gobiernos aparentemente progresistas, en realidad han dado continuidad a las políticas del Consenso de Washington. En Paraguay, asistimos a una creciente presencia militar estadounidense, lo que representa un riesgo para toda América del Sur. En el Caribe, Cuba está más amenazada que nunca, Haití está ocupada por una fuerza militar latinoamericana al servicio de Estados Unidos, a República Dominicana le fue impuesto un TLC, Puerto Rico, Martinica y otras islas siguen bajo un régimen colonial abierto... es decir, el panorama actual nos presenta grandes desafíos y no podemos cruzarnos de brazos creyendo que ya está todo hecho.
Asistimos, en toda la región, a un proceso de recolonización a través del saqueo de recursos naturales, de una mayor explotación de los trabajadores y trabajadoras, del mecanismo perverso de la deuda y de una irrestricta “libertad” para las transnacionales, “sacramentada” por tratados de “libre” comercio cuyas reglas se sobreponen a la soberanía de nuestros países. Cuando hablamos de imperialismo y recolonización, no estamos solo refiriéndonos a los Estados Unidos, también debemos señalar el papel que juegan en todo esto Europa y las oligarquías nacionales.
Ante esta realidad de opresión y exclusión, la esperanza resurge más fuerte que nunca. La esperanza está en la articulación y consolidación de los movimientos sociales, que encarnamos las fuerzas transformadoras hacia una humanidad libre. No nos conformemos con pequeños avances, busquemos la transformación profunda de nuestras sociedades. El pueblo debe definir su futuro, a través de su lucha constante.
Los caminos de salida vamos a encontrarlos desde los más golpeados de los golpeados, los más excluidos de los excluidos, desde el fondo de nuestros pueblos, sin necesidad de las elites intelectuales divorciadas de las luchas sociales del Norte o del Sur que nos vengan a decir qué es lo que debemos hacer. Tampoco los politiqueros y oportunistas solucionarán los problemas, ni detendrán la rueda de la transformación.
Desde el Grito, pensamos que esta lucha debe extenderse cada día más por todos los países de Nuestra América. La articulación, la organización y la formulación de proyectos y alternativas populares deben seguir orientando nuestros pasos. Asimismo, creemos que la mejor forma de participar en los procesos revolucionarios que actualmente se desarrollan en nuestro continente, es profundizando la lucha en nuestros países respectivos.
Finalmente, hacemos un llamado general a la solidaridad para con todos y todas los militantes políticos y sociales de América Latina y el Caribe, que por motivo de sus causas, ideas y luchas sufren persecución y represión por parte de los gobiernos, los ejércitos, la policía o las fuerzas paramilitares.
Continuemos adelante ! Nuestros sueños se construyen cada día y son necesarios e imprescindibles para mantener viva la llama que podrá un día transformarse en una gran hoguera.
En Aparecida, São Paulo, Brasil, septiembre de 2006