La exclusión social en el mundo
Simón Espinoza Cordero, 1999/10
La globalización tiene la espalda enferma. Así lo diagnosticó la Asamblea General de las Naciones Unidas al término de una
consulta médica de 180 países participantes en el examen del mundo de hoy. La enfermedad se llama 'exclusión social'. El
presidente de los EEUU recetó, de inmediato, vacunar a los pobres contra el virus de la ignorancia.
'ONU reprueba a Brasil y condena la globalización', reza el título de una nota firmada por el analista Frei Betto, desde Sao Paulo.
'Exclusión: la otra cara de la globalización' se titula un resumen del libro La arqueología de la modernidad, del economista peruano
Oscar Ugarteche. Ambas notas vienen en la revista América Latina en Movimiento, del 29 de septiembre.
BRASIL
"Brasil ha reprobado en el informe de 1999 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. La razón principal es la falta
de distribución de la renta. Entre 174 países, Brasil está clasificado en el puesto 79, atrás de Chile (34), Argentina (39), Uruguay
(40), México (50), Cuba (58) y Ecuador (72)", informa Betto.
De los 163 millones de brasileños, cerca de 26 millones son analfabetos. El promedio de vida de un brasileño está en 66 años y
ocho meses, el de los argentinos, en 72,9 y el de los uruguayos, en 73,9. Y con todo, Brasil tiene una renta per cápita de 6 480
dólares, por encima del promedio latinoamericano. ¿Cómo se explica esta paradoja? La respuesta de Betto es contundente: "Por
ser el campeón mundial de la desigualdad". El 20% más rico se lleva el 64% de la renta nacional, pero el 20% más pobre se reparte
solo el 2, 5% de la renta nacional. Con razón Ugarteche afirma: "Existe un proceso de exclusión social en el ámbito del mundo,
que define un norte (de riqueza) en el Norte, y un sur (de miseria) en el Norte, así como un norte en el Sur y un sur en el Sur. En
cada subconjunto Norte y Sur, el sur está creciendo".
EXCLUSION
La cara de la globalización es hermosa y sana, sanísima. La espalda de la globalización es fea y enferma, enferma de muerte.
Ugarteche trae esta cita: "La globalización es la integración de las economías con más de diez mil dólares per cápita. Esos son los
sectores sociales que se integran. El resto queda afuera".
Y Klaus TÜpfer, director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en una entrevista publicada, en
la revista Newsweek, del 27 de septiembre afirma: "Soy realista. Sé que la globalización ya no es un proceso. Es una realidad que
trae grandes ventajas.
Estamos retados por la globalización de los mercados, la globalización de la información y comunicación, la globalización de los
bienes y servicios. Así que tengo que preguntarme por las consecuencias de esta realidad. Nos urge que la economía mundial
crezca. Pero tenemos que vencer la pobreza. La pobreza es un tóxico en el mundo... Hay un abismo creciente entre quienes se
benefician del desarrollo económico y tecnológico y quienes no".
Las erupciones del Guagua Pichincha han puesto de manifiesto la exclusión de los pobres de Quito de las comodidades de tener
una buena despensa para los días difíciles, unas máscaras de mejor calidad que realmente protejan, una intelección más clara del
fenómeno natural y sus consecuencias, de salir a casas de campo alejadas de Quito. ¿Cuántos quiteños pueden acceder a las
páginas web para tener la última y más exacta noticia sobre la actividad del Guagua? Pero la gente alrededor del Tungurahua está
aún más excluida de la información que los pobres de Quito.
La sustitución de importaciones, política latinoamericana entre 1930 y 1980, envejeció cuando hizo su aparición un nuevo patrón
basado en el microchip y la información. "Industrias desarrolladas antes, altas consumidoras de energía, se convirtieron en
redundantes conforme se volvieron ineficientes comparadas con las nuevas tecnologías creadas con una demanda de materias
primas, energía y mano de obra menor, en un esfuerzo por aumentar la productividad... La nueva tecnología está orientada a
aumentar la productividad tanto de la mano de obra como del capital mediante la reducción del consumo de mano de obra,
energía y materias primas en el producto final", acota Ugarteche.
Los países exportadores de materia prima están principalmente en América Latina y Africa, ahora menos importantes para el
mercado mundial. El nuevo empleo es menor y el resultado es la exclusión social aguda. Baste mirar el aumento de los emigrantes
ecuatorianos al Norte. Ugarteche afirma que "el desarrollo del capitalismo a fines del siglo XX requiere que partes de la sociedad
y del mundo se vuelvan excedentarias", es decir, puestas al margen. Realmente está muy enferma la espalda de la globalización.
Esta enfermedad se traduce en menosprecio propio, menosprecio del país, depresión anímica y social, violencia y
quebrantamiento de la ley. La enfermedad provoca el menosprecio de los que tienen hacia los que no tienen, refuerza el racismo y
mata la sensibilidad humana.
POLITICOS PREMODERNOS
La crisis económica, financiera y social del Ecuador ha ocurrido en este contexto de la globalización. No cabe discutir si Ecuador
quiere o no la globalización mediante un voto en el Congreso.
Ecuador está en el mundo y el mundo está ya globalizado. Pero parecería que el Congreso y los políticos no han caído en la
cuenta de que Ecuador debe salir de la exclusión, debe pasar de la espalda enferma al rostro sano y de que ha perdido 20 años y
aún sigue perdiendo el tiempo. En términos de productividad, la política ecuatoriana resulta cara e ineficiente.
La globalización exige salir de la crisis mediante Presupuestos equilibrados, pago de impuestos proporcionales y redistribuidores
de la riqueza, seguridad jurídica, educación reformada a fondo para crear una mente abierta y dar a los jóvenes destrezas
técnicas, y exportar materia prima con un agregado ecuatoriano.
Cada día de retraso en estos cambios tiene un costo económico, social y de imagen para el Ecuador.
La receta del presidente Clinton es educar a los ignorantes del sur. Receta eficaz a largo plazo; pero la receta a corto plazo tiene
que ver con la democracia formal y mentirosa. Permitir a América Latina el que busque otras formas de Gobierno más efectivas
para salir de la exclusión social, la espalda enferma de la globalización. (P. 10 A)