El Grito de los Excluidos

2000-08-08 00:00:00

Luis Alberto Luna Tobar, 1999/10

Un grito unánime, enronquecido por la decisión de conmover y sacudir conciencias, pero cada instante más definido y
estremecedor, resonará en toda esa Latinoamérica, que lucha por "el trabajo, la justicia y la vida": es el grito latinoamericano de
los excluidos. Grito es en este espacio de dignidad humana la reacción definidora de la mayor porción de seres libres que
pretenden que el hombre de América Latina, aunque esté excluido del mercado neoliberal, no se excluya de la vida ni de la
historia.

El primer Grito de los excluidos nació de la garganta aridecida de los trabajadores cristianos brasileros, cuando su país celebraba
en el año 1995, uno de sus cumpleaños nacionales. Todos esos trabajadores, excluidos por los representantes neoliberales que
gobiernan desde la economía toda la organización social nacional, gritaron su derecho al trabajo, a la justicia y a la vida, para
quitarle tiranía absorbedora al egoísmo de los mercados nacionales e internacionales. El grito de los excluidos brasileros,
impulsado por las comunidades cristianas de base, le ha propuesto a la conciencia latinoamericana, que sí existe y es poderosa
entre pobres excluidos, que su fuerza y su categoría sean totalmente latinoamericanos. Por eso nos hemos unido, todos los
"excluidos de la Latinoamérica", para gritar en el día de nuestra identidad, el próximo 12 de octubre; gritaremos que somos,
simplemente somos hombres, libres, hermanos.

Los sistemas presentes de desarrollo, con sus críticos logros de mercado y sus permanentes fracasos sociales, con sus
tendencias comerciales globalizantes y su práctica tiránica despersonalizante, han conseguido que un campo inmenso de seres
empobrecidos pero no embrutecidos, lleguen a la convicción de que el máximo principio del pensamiento neoliberal genera
multitudes excluidas, que toleren la hegemonía económica de los agentes de su negocio, por el que toda pérdida es socializada y
toda ganancia privatizada. Los agentes del negocio neoliberal son los bancos politizados y los políticos educados por la banca.

Pero si los sistemas e ideologías socioeconómicas han engendrado estas multitudes necesitadas, que en primer momento son
manejadas por el hambre personal y la confusión social informativa, la nativa conciencia libérrima de nuestro americanismo, se ha
despertado y el grito latinoamericano de los excluidos, define ese amanecido a la libertad, a la dignidad, a la solidaridad de toda
América. Pretendemos que el calificativo de 'excluidos' se dignifique en la presencia y actitud de todos los que han sido signados
por él, pero asumen la calificación como estímulo de reacción vital. Los excluidos por el sistema económico, por el mercado en el
que ese sistema cifra su sentido, por la injusticia social que es generada y mantenida por la globalización despersonalizadora, por
el satánico egoísmo de las privatizaciones que enriquecen a muy pocos y envuelven en miseria a la comunidad... Excluidos
latinoamericanos, tenemos fe en nuestro grito. Ese grito despertará todo lo dormido y alentará la dignidad de lo porvenir.(P. 4 A)