Utopía y realidad: el Forum Social Mundial de 2005

2005-04-18 00:00:00

Utopía y realidad: el Forum Social Mundial de 2005

Los Foros Sociales Mundiales se parecen y son diferentes. Esta quinta edición en enero de 2005 marca, ciertamente, un gran avance en el alcance de los objetivos del Foro.

Territorio Social Mundial.

A lo largo del ancho río Guaíba, desde los antiguos muelles del puerto hasta el estadio “Gigantinho”, en medio del “Parque de la Armonía”, se situaba el “Territorio Social Mundial”. Bellísimo espacio de colores del río, de los árboles, de la tierra y del cielo. Distribuidas en once “espacios temáticos”, como aldeas sucesivas, centenas de tiendas blancas (para 50, 100, 500 o hasta 1.000 personas) eran los lugares de debates (talleres, mesas ‘redondas’, seminarios), encuentros y exposiciones. Un sol abrasador iluminó los seis días (y transformó las tiendas en saunas...).

Preparada por el comité organizador brasileño, la infraestructura era de primera calidad y facilitó la participación de las 155 mil personas inscritas (un récord; en la primera edición, en 2001, hubo 35.000 inscritos), viniendo de 135 países, e representando 6.580 organizaciones distintas. Unos 35.000 jóvenes estaban acampados en el medio del espacio del foro.

Para llegar a propuestas más concretas, el consejo internacional reagrupó en 11 líneas las 1.800 propuestas de temas enviadas libremente hasta agosto de 2004[1]. A partir de allí, las más de 5.000 propuestas de actividades (talleres, seminarios e otras) fueron colocadas en uno de los once ejes temáticos. Se pidió a las organizaciones promotoras intentar unirse con otras para tratar de temas semejantes. Este proceso de reagrupamiento ya representaba un gran avance para una mayor integración de las organizaciones. Al final, hubo 2.500 actividades, que se realizaron durante los días del foro, en los once ‘espacios temáticos’. Este programa, totalmente auto-gestionado, surgido de las organizaciones mismas, podía desembocar más fácilmente en propuestas concretas.

En realidad el foro transciende los días ‘oficiales’. Muchos movimientos, organizaciones o redes internacionales se encuentran ya antes del Foro, aprovechando la venida de miembros del mundo entero. Así, por ejemplo, 170 teólogos cristianos de todo el mundo se reunieron durante 4 días con más de 300 participantes, para intercambiar sus experiencias sobre los rumos de la teología hoy. Mencionemos también apenas el seminario mundial sobre las migraciones, organizado por la Congregación de los Carlistas.

Es probable que el Foro Social Mundial – desde su preparación hasta su realización – sea hoy el mayor evento democrático mundial, con la mayor participación de organizaciones de tantos países.

“Otro mundo es posible”: el espíritu del Foro.

En el alma del FSM palpita el viejo sueño de la humanidad, siempre vivo y fuerte, de que es posible otro mundo más justo, fraterno, de paz y felicidad. El FSM es una inmensa cantera de obra, un laboratorio de construcción democrática de otro mundo, que no es solamente posible, sino también necesario y urgente.

Por su tamaño, por su organización y por todo lo que representa, el Foro Social Mundial es algo muy particular, bastante extraordinario, difícil de imaginar, pero bien real. Es la mayor expresión de la emergencia de la sociedad civil como nuevo actor político. Es, ciertamente, un fuerte signo de los tiempos, una expresión de confianza y esperanza, un evento profético que anuncia y denuncia, una manifestación espiritual.

El “pretexto” del Foro Social Mundial es denunciar las mentiras y los peligros del Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), donde se reúnen anualmente las ‘elites’ económicas y políticas del modelo neoliberal que lleva a la humanidad y al planeta, a su presente y su futuro, hacia un callejón sin salida. Pero Porto Alegre no es solo para denunciar la mentira de que “no hay alternativa al modelo actual”. El “texto”, el objetivo mismo, del FSM es consolidar lo que ya existe de este ‘otro mundo posible’, y dar pasos adelante en su construcción, sin miedo a todas las dificultades del camino.

Así, el Foro es un momento – y un espacio – de encuentro en el cual los participantes comparten sus experiencias, las más diversas, sus prácticas y reflexiones, sus aspiraciones y motivaciones. El objetivo primero no es profundizar la reflexión , sino compartir, intercambiar, discutir y reflexionar juntos sobre lo que ya se hace e sobre lo que se puede hacer en el futuro. En todas las formas de expresión del foro (debates, actividades culturales, exposiciones, etc.), la gente visualiza e escucha la riqueza de las experiencias de las múltiples organizaciones. Hay una multitud de temas discutidos. Allí se expresa la diversidad planetaria, la pluralidad de las culturas, razas, géneros, valores, religiones y visiones del mundo. La fuerza del Foro radica en ser un encuentro plural, muy diverso, respetuoso de las diferencias.

Hay mucho para compartir y los participantes vinieron para eso: para exponer lo que hacen, los éxitos y las dificultades, para conocer otras experiencias que pueden enriquecer las suyas. El Foro no podría acontecer sin los millones de experiencias alternativas que las organizaciones ya promueven en sus países respectivos o a nivel internacional. El foro es apenas la punta del iceberg de las muchas iniciativas que surgen en todo el mundo. En este momento privilegiado de comunicación se fortalecen las redes ya existentes o se tejen nuevas para nuevos intercambios y nuevas acciones comunes.

Poco a poco, el FSM fue encontrando más espacio en los medios de comunicación internacionales. La repercusión de los temas tratados – esenciales para el futuro de la humanidad y del planeta – y su propio crecimiento suscitaron la atención y el interés mediáticos. De cierta manera, Porto Alegre consiguió alterar la agenda de Davos. Así sea de manera muy formal (pues eso fue decidido cuando los “convidados” [cada uno tiene que pagar 25.000 dólares; y apenas 5 en Porto Alegre] ya habían llegado). Davos colocó la lucha contra el hambre y la pobreza como temas prioritarios. Hoy la prensa internacional no puede hablar de Davos sin mencionar paralelamente el Foro que acontece al mismo tiempo.

Llegar a propuestas concretas.

Inevitablemente, desde dentro o desde fuera, surge la pregunta, repetida cada año, sobre los resultados del FSM. Por ser un encuentro muy especial, ‘extraordinario’, que representa una enorme movilización, antes, durante y después – y todo eso no podría acontecer sin la dedicación generosa y eficiente de 2.800 voluntarios – cada uno se pregunta sobre los “resultados” de tal evento de la sociedad civil mundial.

El propio éxito del Foro, su continuo crecimiento, con la participación activa de tantas organizaciones, ya es una señal de que éste responde a las expectativas de muchos. Y eso ya es en sí mismo un importante resultado. El crecimiento significa que a partir de cada edición se multiplican las redes de intercambio y acciones comunes, cuyos miembros quieren se encontrar. La atención creciente de la media internacional al Foro (como fue mencionado) es otro señal de resultado positivo del foro.

El mayor resultado positivo – que no se percebe fácilmente – es la dinámica de intercambios en el ámbito nacional, regional o mundial. Los foros sociales mundiales (el 1° fue en 2001) suscitaron numerosos foros sociales nacionales, regionales o temáticos. Los FSM favorecieron la cristalización y la coordinación de muchas energías latentes en la sociedad civil, que tiende a rechazar el modelo de desarrollo neoliberal. El Foro, ciertamente, consolidó la articulación de los altermundistas a escala mundial. Ya la organización del FSM en Mumbai (India) en 2004, y la probabilidad que sea descentralizado en 4 países en 2006, y organizado en Àfrica en 2007 son otras señales del éxito del Foro y de que este está consiguiendo provocar una mayor organización de la sociedad civil en la construcción de ese ‘otro mundo posible’.

La metodología descentralizada y participativa de este año (reagrupar las propuestas de temas en once bloques y promover el reagrupamiento de las actividades) facilitó la elaboración de un “mural de propuestas”, que en el día de la clausura del Foro ya tenía 352 sugerencias de diferentes grupos y organizaciones. Este mural, que estará pronto disponible en internet, puede inspirar a muchas otras organizaciones en el mundo todo.

Un foro político.

Sea durante foros nacionales o regionales, sea antes o durante el Foro mundial, numerosos participantes apuntaron al desafío de dar una mayor fuerza política al Foro, en vista de alcanzar transformaciones más concretas por parte de gobiernos ‘progresistas’. En América Latina – y podemos pensar que hay situaciones semejantes en otros continentes – la izquierda democrática está en crisis. La elección en los últimos años de varios presidentes más populares, y en particular la de Lula en Brasil, levantó expectativas de transformaciones políticas, sociales y económico-financieras que reduzcan las desigualdades y promuevan mejoras concretas en el campo social. Desgraciadamente, la desilusión es profunda, en particular en el caso de Lula. Las organizaciones internacionales mantuvieron su control sobre las políticas de los nuevos gobiernos ‘populares’. En Brasil, muchas figuras políticas ilustres, fundadores e militantes del Partido de los Trabajadores con Lula durante más de 25 años, dejan el partido. Se esperaba un nuevo Brasil con Lula, y no viene. La desilusión se deja notar mucho más allá de las fronteras del país.

De ahí la necesidad para algunos de conjugar mejor la dimensión socio-cultural e ideológica de la transformación con su vertiente política. El desafío es real y muy difícil. La sociedad civil no casa fácilmente con la sociedad política, y viceversa. Si quiere construir un otro mundo, el foro no puede ignorar la dimensión política, o desconfiar de ella. No sin razón, los fundadores del Foro temen que partidos izquierdistas radicales minoritarios – muy presentes, activos y ruidosos, y con comportamientos poco democráticos – intenten transformar el Foro en una nueva internacional socialista, desnaturalizándolo de esta manera.

Este desafío central para la identidad y el futuro del Foro no tiene solución fácil. Siempre existirá como tensión dinámica. Buscar y encontrar cómo articular o casar lo social, lo cultural, lo ideológico y lo político, puede ser uno de los aportes principales del Foro. Algunos comentaristas insistieron sobre los contrastes entre los dos presidentes, Lula y Hugo Chávez, presentes en el foro. Parece más significativo percibir cómo la participación y los discursos de los dos, más allá de las diferencias, destacan positivamente la dimensión política del foro.

En la tentativa de abrir camino para esta dimensión, un grupo de intelectuales, demócratas auténticos, – en un procedimiento que algunos organizadores del Foro consideraron demasiado verticalista – propusieron un manifiesto de “doce propuestas para otro mundo posible”. Para que este manifiesto no sea considerado como un manifiesto oficial del Foro, aceptaron integrarlo a las 352 propuestas del “mural”. Nos parece interesante presentar un resumen de este manifiesto. [2]

El llamamiento de los movimientos sociales
No es posible dar cuenta de la riqueza de las muchas contribuciones de grupos. La larga distancia geográfica entre las extremidades del Territorio Social Mundial refleja bien parcialmente la diversidad de los aportes. Vale la pena mencionar apenas, y de manera bien parcial, las 471 actividades sobre los Derechos humanos (fue el tema con más actividades), y un buen número también de talleres y seminarios sobre la economía alternativa solidaria, la cancelación de la deuda externa e ilegítima de los países del Sur, y contra los injustos acuerdos de ‘libre’ comercio. De tanta riqueza, el llamamiento de los movimientos sociales es un pálido reflejo. Los foros sociales son para ellos momentos de encuentro privilegiados. Ellos reagrupan numerosos militantes con una fuerte conciencia critica y bien organizados. Ya existen importantes redes internacionales (La Vía Campesina defiende los pequeños y medianos agricultores, la seguridad alimentaria de cada país, y combate contra los Organismos Genéticamente Modificados).

Como en los otros FSM anteriores, la coordinación de los movimientos sociales preparó un amplio llamamiento. Empieza con una declaración política más general, contra la guerra, el neoliberalismo, la explotación y la exclusión de los pueblos pobres. Siguen breves contribuciones de más de 20 movimientos organizados al nivel mundial. El documento refleja la dificultad de articulación de luchas bien diferentes, y la difícil articulación entre lo social y lo político, mencionada más arriba.

La participación de los cristianos.

En 2001, fuera de la actuación de Francisco Whitaker, entonces secretario general de la Comisión Brasileña de Justicia y Paz y uno de los fundadores del Foro, la presencia de los cristianos fue mínima, casi imperceptible. La situación se transformó rápidamente. Este año, hubo nuevos avances significativos. Fueron formas bien distintas de participación. Recordemos primero que muchos cristianos/as participaron en los movimientos, asociaciones, campañas donde acostumbran actuar sin ‘etiquetas’ institucionales específicas, pero promoviendo los valores evangélicos que los animan. El seminario de cuatro días, justo antes del foro, sobre la situación de la teología hoy, atrajo muchos religiosos/as. Se mencionó la presencia de más de 600. Bien presente también estaba el grupo ecuménico “Movimiento continental de Cristianos por la paz, con justicia y dignidad”.

La iniciativa más novedosa de los católicos fue el papel de coordinación asumido por Caritas Internacional, con representaciones de muchos países y el liderazgo eficaz y discreto de Caritas Brasil. El día de la apertura por la mañana, antes de la larga, bella y alegre Marcha por la Paz en la tarde, Caritas organizó una eucaristía alegre en la cual participaron más de 400 miembros de varias entidades católicas. La gorra que cada uno recibió (bien útil para proteger del sol implacable), permitía también de reconocerse entre muchos otros. La CIDSE (coordinación de organizaciones de solidaridad internacional católicas) también organizó varios ricos talleres y seminarios. Entre los 153 miembros de la delegación ignaciana, de 17 países diferentes, con muchos amigos y colaboradores laicos, estaban más de 30 jesuitas y habitantes de India y SriLanka.

Los cristianos contribuyeron bastante en las actividades. Su visibilidad era bien mayor que en foros anteriores. Las comunidades, movimientos y otros grupos de la Iglesia tienen larga experiencia, ricas perspectivas y valores evangélicos y de la Enseñanza Social. Mucho compartimos en los debates y conversas, y más recibimos, escuchando y acogiendo las experiencias diferentes de otros. Señal de búsqueda de sentido en un mundo que idolatra el dinero, los debates sobre Mística, Religión y Espiritualidad, con testimonios muy personales de ‘figuras famosas’, atrajeron mucha gente. Retomando las palabras de un obispo brasileño ya después de la primera edición, “el Foro es un evento salvífico, un sacramento de esperanza”.

Los próximos años 2006 y 2007
En 2006 el Foro será descentralizado, y se realizará en varios países, uno por cada región. Algunos países ya se propusieron como sede de la próxima edición: Venezuela (América Latina); Marruecos (África); Corea del Sur (Asia). El Consejo Internacional debe confirmar esta propuesta en abril, si los países presentan un plan de realización suficientemente coherente con el “espíritu del Foro”. En 2007, el Foro será en un país de África.

Más allá del magnífico encuentro de Porto Alegre, el foro continua con la participación y iniciativa de todos los que, en el día a día, creen que un nuevo mundo es posible, y que éste depende de nosotros. Nacido hace apenas 5 años, el Foro se amplió y consolidó rápidamente. Por su fuerza simbólica y su capacidad de hacer propuestas alternativas concretas, el FSM superó a Davos, incapaz de percibir y corregir los numerosos callejones sin salidas del modelo que promueve.

Pe Bernard Lestienne SJ

Presidente de la Red Internacional Jesuita para el Desarrollo (IJND)

Brasilia

6 / 02 / 2005

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[1] 1) Pensamiento autónomo; reapropriación y socialización de los saberes y tecnologías. 2) Defendiendo las diversidades, la pluralidad y las identidades. 3) Artes y creación: construyendo las culturas de resistencias de los pueblos; 4) Comunicación: prácticas contra-hegemónicas, derechos y alternativas. 5) Afirmando e defendiendo los bienes comuns de la Tierra y de los pueblos, como alternativa a la mercantilización y al control de las transnacionales. 6) Luchas sociales y alternativas democráticas - contra la dominación neoliberal. 7) Paz, desmilitarización y lucha contra la guerra, el libre comercio y la deuda. 8) Hacia la construcción de un orden democrático internacional y la integración de los pueblos. 9) Economías soberanas por y para los pueblos - contra el capitalismo neoliberal. 10) Derechos humanos y dignidad para un mundo justo y igualitaria. 11) Ética, cosmovisiones y espiritualidades- resistencias y desafíos para un nuevo mundo.

[2] 1) anular la deuda pública del Sur. 2) aplicar tasas internacionales a las transacciones financieras. 3) desmantelar los paraísos fiscales. 4) garantir a ciudadano, el derecho a un trabajo, a la protección social y a la pensión. 5) promover todas las formas de comercio justo; excluir totalmente la educación, salud, servicios sociales e cultura de las negociaciones de la OMC. 6) garantir la soberanía alimentar de cada país. 7) prohibir el patenteamiento del conocimiento e de los seres vivos, y la privatización de los bienes comunes de la humanidad, en particular el agua. 8) luchar por políticas publicas contra todas formas de discriminación. 9) tomar medidas urgentes para colocar un fin a la destrucción del medio-ambiente. 10) exigir el desmantelamiento de las bases militares extranjeras. 11) garantir el derecho a la información. 12) reformar e democratizar las organizaciones internacionales