Intervención ante el Parlamento Ecuatoriano
INTERVENCION DE LA HERMANA ELSIE MONGE AL PARLAMENTO ECUATORIANO EN
REPRESENTATION DE LAS ORGANIZACIONES Y MOVIMIENTOS PROMOTORES DEL
GRITO DE LOS EXCLUIDOS/AS EN ECUADOR
Sr. Presidente....
Venimos aquí, a este recinto de la democracia, haciéndonos eco del clamor de millones de ecuatorianos y ecuatorianas que viven
una intolerable situación de sufrimiento y dolor; de los excluidos de la Patria. Venimos aquí, este 12 de octubre, día de nuestra
identidad, cuando en Latinoamérica se está desarrollando el "Grito de los excluidos y excluidas", motivados por la esperanza de
un nuevo milenio diferente al que está por concluir. Venimos, en suma, a decir que ya basta de someter al país a un esquema
económico irracional y cruel que atropella los derechos y la dignidad de las personas y sin contemplación alguna destruye la
naturaleza, para saciar la inagotable codicia de los dueños del mercado.
Ecuador es un país privilegiado, por las riquezas y potencialidades que tiene. El problema radica en que es tremendamente
injusto y excluyente. Los altos índices de pobreza solo se explican por la inequitativa distribución de la renta. Tan es así que en
esta materia, según el informe correspondiente a 1999 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el país se
encuentra disputando la cola en la región, con el puesto 72 en el concierto mundial.
Ahora mismo, cuando el país vive una de las mayores crisis de la historia, todos somos testigos de como los grupos
económicos, particularmente los vinculados a la banca, han traficado con ella para hacer el mejor negocio del siglo, socializando
las pérdidas y privatizando las ganancias. )Acaso todo el debate del deficit presupuestario, cuya factura de una u otra manera
tendrá que pagarlo el pueblo, no tiene que ver con el hecho que sin más ni más se entregó a un par de banqueros más de mil
millones de dólares bajo el argumento de evitar el colapso bancario? Ojalá en este parlamento, por elemental responsabilidad
cívica, se pueda establecer claramente los montos y beneficiarios del encubierto "bono de la riqueza", que ha servido sobre todo
para beneficiar a banqueros corruptos e ineficientes, respecto al cual el tan promocionado "bono de la pobreza" resulta, por decir
lo menos, una ridiculez.
Para no hablar de memoria, veamos algunas cifras que dan cuenta de la inequitativa distribución de la renta. Según el Consejo
Nacional de Desarrollo el 20% de la población del extremo más pudiente percibe el 54% del ingreso nacional, mientras que el 20%
más pobre de la población recibe apenas el 4,2%. Nada sorprendente entonces que el 69% de los ecuatorianos se encuentre en
condición de pobreza; porcentaje que incluye a 2 millones de personas en situación de indigencia.
Si miramos la participación de los salarios en el PIB, vemos que ha descendido del 31,9% en 1.980 al 10,3 % en 1.998, y todo
indica que estos datos se agravarán en el curso de este año; mientras el ingreso de quienes manejan el capital representa las 2/3
partes de los ingresos totales. En lo que va del año se estima que la tasa de desempleo se incrementó al 18,1% (643 mil
desempleados); la tasa de subempleo, al 54,4%, lo que significa 1 millón 930 mil personas, la más alta en América Latina.
Somos concientes que el país vive una grave crisis económica y social. Acaso la mayor registrada históricamente. Uno de sus
principales factores tiene que ver con el excesivo -y por cierto inmoral- pago de la deuda externa, que según estimaciones últimas
ha significado el 54% del presupuesto. Dicho desde otro ángulo, en 1998 Ecuador pagó más del 27% de sus exportaciones por
concepto de deuda externa y registró un déficit comercial de casi 7% del PIB y del 10% en la cuenta corriente de la balanza de
pagos.
Aunque de toda evidencia resultaba insostenible continuar con tales pagos, no cabe duda que fueron las movilizaciones
sociales registradas en meses anteriores las que gravitaron en la decisión gubernamental de entrar en una moratoria de pagos del
tramo de la deuda externa en bonos Brady. Este es un paso importante que merece un respaldo nacional, a condición de que
quienes nos lanzaron al pricipicio ahora no aparezcan como salvadores. Lo que importa es asumir sin tapujos que la crisis tiene
causas estructurales: la subordinación de la economía a los intereses del capital internacional, en cuya lógica se inscribe el
desmantelamiento del patrimonio nacional. Sino, cabe preguntarse, por qué se presiona para vender a precio de huevo servicios
que son altamente rentables, como la telefonía, la electricidad, los productos y derivados de petróleo, entre otros.
Por las nuevas condiciones de exclusión en que vive la mayoría de los habitantes del mundo, se necesita un nuevo enfoque. El
neoliberalismo ha cambiado mucho la naturaleza de las violaciones a los derechos humanos y el balance del poder entre
ciudadanos. El Estado cada vez pierde influencia en la economía y las políticas estatales han cedido el paso a las políticas
transnacionales que fomentan la lógica de producir con eficiencia consumir con opulencia, en donde el valor supremo es la
ganancia sobre todas las cosas. En tal sentido se necesita una nueva política que fomente el desarrollo centrado en el ser
humano, que coloque a la persona como sujeto de desarrollo y no como objeto del consumo.
El presupuesto es uno de los instrumentos que puede garantizar el funcionamiento de sociedades más justas y humanas. Pero
para ello es preciso que la preocupación por el ser humano determine el orden de prioridades, asegurando los recursos
necesarios para la salud, educación, vivienda, apoyo a los pequeños productores agrícolas, artesanos y medianos agricultores.
Esto es, que se priorice el pago de las deudas sociales, no el de la deuda externa.
El actual presupuesto general debe responder a las aspiraciones de la mayoría de los ecuatorianos, por lo que su elaboración y
control debe contar con la participación ciudadana de todos los sectores sociales, única manera para fortalecer una democracia
basada en la justicia social. En tal sentido, queremos expresar nuestro respaldo a la propuesta presentada por la CONAIE y los
movimientos sociales para la aprobación del Presupuesto General del Estado.
Pero los cambios que se puedan dar en el presupuesto en favor del ser humano no bastan, necesitamos que el Congreso junto
con los demás poderes y la sociedad civil nos sentemos a revisar este modelo insostenible y repensar nuestro futuro. Queremos
un Ecuador donde la política y la economía se basen en valores éticos que prioricen al ser humano, donde se pueda realizar a
base de este imperativo humano una reforma agraria, educativa, en salud, en vivienda; dotando un salario justo para todos/as;
incentivando a la pequeña producción; respetando los derechos humanos y el medio ambiente; incentivando la cultura y las
artes, es decir, un proyecto de desarrollo donde todos y todas nos sentamos incluidos como verdaderos ciudadanos.
El motivo de nuestra visita no es solamente para denunciar las injusticias sociales de este modelo excluyente, sino que hace
parte del compromiso para contribuir a mejorar las condiciones de vida y aportar al desarrollo centrado en el ser humano.
Queremos participar activamente desde las iniciativas populares, partiendo de que nuestros pueblos tienen una historia inmensa
fuente de resistencia, una memoria viva, una actitud creativa en la búsqueda de nuevas alternativas para canalizar las
aspiraciones de "Trabajo, justicia y vida".