Líderes sociales del Continente presentan propuestas a las Naciones Unidas

2000-10-18 00:00:00

Nueva York - Líderes de los mayores movimientos sociales de América Latina
continúan sus actividades en la Ciudad de Nueva York, como parte de la
delegación del Grito de los Excluidos/as. Ayer se reunieron con
representantes del Secretario General de las Naciones Unidas, Koffi Annan,
con responsables de los Derechos Humanos, y con el responsable para América
Latina del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas.

La meta principal de la delegación del Grito de los Excluidos/as es llamar
la atención sobre el paquete de ayuda a Colombia, el Acuerdo de Libre
Comercio de las Américas (ALCA), la crisis de la deuda en América Latina y
la situación de los inmigrantes indocumentados en EE.UU.

La delegación está integrada por el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez
Esquivel y el Obispo Federico Pagura, de Argentina; Gilmar Mauro,
representante del Movimiento Sin Tierra de Brasil; Blanca Chancosa,
secretaria de asuntos internacionales de la Confederación de Nacionalidades
Indígenas del Ecuador; y también otros líderes del Congreso Nacional
Indígena de México; de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones
del Campo y de la Coalición Nacional de Trabajadores Indocumentados en
EE.UU.

Estos líderes se reúnen por primera vez en EE.UU. para discutir propuestas
concretas con relación al desarrollo sustentable y los derechos humanos en
América Latina. Pidieron a la ONU que intervenga para parar la inminente
guerra en Colombia, que puede afectar a toda la región. También aportan
una propuesta para transformar los pagos de la deuda externa en programas
sociales que provean atención de salud, educación, vivienda y otros
servicios sociales a los pueblos latinoamericanos.

Hoy, la delegación se reunirá con organizaciones no-gubernamentales basadas
en la ciudad de Nueva York, a fin de articular propuestas futuras. El
Grito de los Excluidos/as se inició en Brasil en 1995 y hoy se organiza en
14 países de América Latina. Desde hace dos años, el Grito de los
Excluidos/as se hizo un movimiento social continental, incluyendo a
organizaciones norteamericanas. Constituye un movimiento masivo de base
que ha movilizado a aproximadamente 12 millones de personas este año,
incluyendo organizaciones de sectores urbanos y rurales, como también
grupos religiosos.