Lecciones del Grito y del Plebiscito (Brasil)

2000-09-21 00:00:00

El proceso del Grito de los Excluidos y del Plebiscito de la Deuda Externa
se inició ya hace algunos años, cuando las pastorales sociales, en conjunto
con otros movimientos sociales iniciaron las semanas sociales brasileñas.
La primera, en 1991, tuvo como tema: Mundo del Trabajo, Desafíos y
Perspectivas. Ya la segunda, realizada de 1993 a 1994, trató sobre: Brasil
- Alternativas y Protagonistas. Desde entonces participan el Movimiento Sin
Tierra (MST), la Central de los Movimientos Populares (CMP), la Central
Única de los Trabajadores (CUT), el Consejo Nacional de las Iglesias
Cristianas (CONIC) y la Coordinadora Ecuménica de Servicios. Las relaciones
se vienen concretizando desde hace varios años, o mejor, hace casi una
década. Es un movimiento no solo ecuménico, sino pluralista y democrático,
donde los comprometidos asumieron una causa común.

Al final de la Segunda Semana Social Brasileña, en la evaluación de las
pastorales, se preguntaban como podríamos mantener la articulación y las
relaciones que ya estaban bastante consolidadas. Alguien sugirió que
realizáramos el Grito de los Excluidos. En 1995 tuvimos el primero, con el
tema, la vida en primer lugar.

De 1997 a 2000 realizamos la 3ra Semana Social Brasileña, con el tema:
"Rescate de las Deudas Sociales, Justicia y Solidaridad en la Construcción
de una Sociedad Democrática". La fundamentación de ésta está en Levítico
25. En la celebración del Jubileo, realizado cada 50 años, una de las
actividades concretas era el perdón de las deudas. En 1994 el Papa Juan
Pablo II escribió la Carta Apostólica "Tertio Milenio Adveniente" y, en el
número 51, él dice que en el cambio del milenio sería conveniente pensar en
el perdón de las deudas que pesan sobre los hombros de los países pobres. A
partir de entonces ganó fuerza la Campaña del Jubileo 2000. En Brasil ella
se concretizó a través del Simposio y del Tribunal de la Deuda Externa,
realizados en 1998 y 1999, respectivamente.

En este proceso nos dimos cuenta que las deudas sociales tenían raíces
históricas y culturales como la dominación política y cultural y la
esclavitud. Percibimos también que hay raíces actuales que profundizan las
deudas sociales. La deuda externa apareció como la principal raíz del
actual agravamiento de las deudas sociales. De ahí surgió la propuesta del
Plebiscito para suscitar la discusión sobre la deuda y exigir una auditoría
de la misma.

Protagonismo popular

Al principio, el Gobierno intentó ignorar el asunto, después, a través del
Ministro Malan, intentó descalificarla buscando partidarizarla, fingiendo
desconocer que en la organización estaba la Conferencia Nacional de Obispos
del Brasil (CNBB sigla en portugués), el CONIC, el MST, la CMP, en fin una
vasta gama de organizaciones sociales. Solo que la crítica del ministro
sirvió para calentar aún más la discusión sobre la deuda externa. De modo
que, uno de los objetivos que era el de suscitar la discusión sobre la
temática, en nuestra evaluación, fue conseguido.

Frente a la repercusión que el Plebiscito provocó, a través de los 5,5
millones que acudieron a las urnas, articulado con el Grito que se realizó
en 1.700 localidades, colocando en las calles un millón trescientas mil
personas, el Gobierno no puede ignorar más los hechos. Todo el proceso del
plebiscito que desencadenó un movimiento unificado y articulado, tenía un
único objetivo y fue realizado por el pueblo brasileño. Fue un verdadero
trabajo colectivo; un ejercicio de superación de ciertas visiones y
actitudes departamentalizadas. Prevaleció el protagonismo popular, porque
se integraron entidades, trabajadores urbanos y rurales, estudiantes,
sindicatos y profesores, abogados, juristas, periodistas, diversas iglesias,
comunidades y parroquias, trabajadores de la salud, cámaras municipales,
políticos, economistas, niños, jóvenes, mujeres, negros e indios.

Tanto el Plebiscito como el Grito cuestionan profundamente el gobierno de
Fernando Henrique Cardoso y su política de exclusión, de sumisión al FMI y
al capital internacional, que aumenta el desempleo y las desigualdades. Se
trata de cambiar de rumbo en el sentido de priorizar el rescate de las
deudas sociales y discutir en toda la nación el problema del endeudamiento.
En fin, es necesario decir no a la actual política neoliberal y construir
nuestra propia soberanía. Será muy difícil al Gobierno continuar insensible
al clamor del pueblo ante la expresiva votación de más de 5,5 millones de
votos, siendo que más del 90% dijeron no al FMI y a las deudas externa e
interna.

El Plebiscito continuará exigiendo que el Congreso Nacional apruebe la
propuesta de convocatoria a un Plebiscito Oficial, que definirá, con la
soberanía popular, la política de endeudamiento que nuestro país deberá
seguir y exigir una Auditoría Pública de la Deuda Externa y Interna con la
participación de las entidades que organizan el Plebiscito.

Hacia el Grito Continental

El Grito señala la necesidad de continuar reforzando el Calendario Común de
Movilizaciones como viene aconteciendo en los últimos años. Inclusive en el
aspecto internacional profundizando la vinculación con la Campaña Jubileo
2000, con la Marcha Mundial de Mujeres, con la lucha por los derechos de los
inmigrantes a través de la Coalición de los Inmigrantes Indocumentados de
los Estados Unidos, apoyando la lucha contra el racismo y la xenofobia y
principalmente con el Grito de los Excluidos/as Continental -2000- Por
Trabajo, Justicia y Vida, que se realizará en Nueva York, el 12 de Octubre,
al igual que en los demás países de las Américas. Como objetivos el Grito
Continental denuncia el modelo neoliberal excluyente y perverso; lucha
contra la exclusión social; fortalece la soberanía de los pueblos y la
defensa de la vida; busca rescatar las deudas sociales; lucha contra el pago
de la deuda externa y se opone a la Organización Mundial del Comercio (OMC)
y al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Pe. Luiz Bassegio, Secretario del Grito de los Excluidos/as Continental.