Las migraciones en América Latina y la ciudadanía universal

2006-06-23 00:00:00

En el marco del II Foro Social Mundial sobre las Migraciones (II FSMM), que se realiza en Rivas Vaciamadrid entre el 22 y el 24 de junio, se llevó a cabo la mesa-conferencia "Estado actual de las migraciones en América Latina".

Los ponentes de esta mesa fueron Neide Patarra, de Brasil; Diego Carrasco, de Chile; Gerardo Cerdas, de Costa Rica y Rodolfo García, de México. Con una participación superior a las 100 personas, la mesa suscitó un importante debate al plantear una radiografía de los flujos migratorios y la realidad de las migraciones en los países latinoamericanos y caribeños, así como en los países receptores de dicha migración.

La migración ha sido uno de los componentes fundamentales en la configuración histórica de América Latina y el Caribe, sin embargo la migración contemporánea difiere de las habidas en siglos y décadas anteriores en el tanto en que se produce como resultado directo de las políticas neoliberales a nivel planetario, y de la forma en que dichas políticas han afectado a las economías y las sociedades de nuestro continente.

Por ejemplo, en el caso mexicano, la millonaria migración hacia los EEUU se conforma con un 65% de migrantes rurales, lo cual refleja la violenta destrucción del agro mexicano, acontecida con especial rigor en las dos décadas y media de hegemonía neoliberal, y más aún en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Para Rodolfo García, la migración continuará con un patrón de crecimiento acelerado en los próximos 15 años, ya que México se ha convertido, bajo dominio neoliberal, en una inmensa fábrica de petróleo, maquilaje y migrantes. Eso hace inviable a la sociedad mexicana en el largo plazo y la dependencia de las remesas es perversa, ya que se ha vuelto estructural, tanto como la dependencia de trabajo barato en los EEUU.

Diego Carrasco, quien es representante del OCIM (Observatorio de Control Interamericano de Migraciones), presentó de manera detallada la situación de los migrantes en la región, señalando entre otras cosas que la situación de los niños/as migrantes y de las mujeres migrantes se ha agravado sensiblemente en el último año. La tendencia en los países receptores de migrantes, tanto en América del Norte como en Europa, es la creciente fortificación de fronteras y la criminalización de las migraciones, y en los países "emisores" se registra un marcado desinterés en los derechos humanos de las personas que se marchan del territorio nacional en calidad de migrantes. En ese escenario, el futuro aparece como poco promisorio.

Para Neide Patarra y Gerardo Cerdas, los migrantes deben ser los dueños de su propia historia, lo cual plantea todo un desafío a los movimientos sociales para incorporar dentro de sus agendas la temática de las migraciones, así como el poder construir espacios de encuentro para ver y escuchar a los migrantes en sus aspiraciones y demandas concretas. La organización política de los migrantes es un imperativo ético si queremos que la ciudadanía universal sea algo más que una declaración retórica.

En ese sentido, la ciudadanía universal no es solamente el derecho a acceder a ciertos derechos considerados como fundamentales, o a la ampliación progresiva de estos derechos. La ciudadanía universal es ante todo participación, movilización y demanda colectiva, es decir, se trata de viabilizar una ciudadanía activa y no pasiva. Los migrantes no deben seguir siendo considerados como objetos de políticas, sino como sujetos políticos con voz propia que deben ser escuchados y con quienes los movimientos sociales deben trabajar desde adentro.

Las reacciones del público fueron polémicas y mostraron que el debate está aún en una fase de construcción, lo cual es también indicador del tamaño del reto que tenemos delante y de lo importante de dar continuidad al mismo en nuestros países y organizaciones.