Convivencia intercultural, derechos humanos e integración
Bajo este nombre, se celebró una concurrida mesa-conferencia durante el segundo día del II Foro Social Mundial de las Migraciones, en Rivas Vaciamadrid. La mesa contó con las ponencias de Oscar Chacón (de Enlaces América, EEUU), de Carlos Giménez (de la Universidad Autónoma de Madrid, España), de Bill Hing (de la Universidad de California Davis, EEUU) y de Iván Forero (del CEAR, España).
Las distintas ponencias pusieron de manifiesto la necesidad de avanzar hacia sociedades interculturales, sobre la base de una multiculturalidad asumida por todos pero que no lleve al sobredimensionamiento de la diferencia entre nacionalidades o grupos étnicos.
Para Carlos Giménez, es necesario que la sociedad comience un diálogo plural que identifique, en primer término, aquellas cosas que unen a los migrantes y a los habitantes de los países de destino, aquellas cosas que los hermanan y acercan, antes de discutir sobre las diferencias entre ambos. Solo así las diferencias permitirán avanzar sobre una aspiración y un proyecto común de sociedad, ampliamente democrático, contrapuesto con el mundo uniforme, racista, estático y dominado por una minoría, que promueven ideólogos como Samuel Huntington, con el respaldo de los halcones de la Casa Blanca.
Iván Forero preguntó con insistencia de qué hablamos cuando hablamos de integración: si la integración consiste en sumarse o asimilarse al capitalismo neoliberal, antidemocrático y racista, o si esa integración supone un nuevo modelo capaz de gestionar la multiculturalidad y la interculturalidad, con visión de largo plazo y aspiraciones comunes de desarrollo y libertad.
Por su parte, Oscar Chacón analizó la realidad de los migrantes "latinos" e "hispanos" en EEUU, a partir de las movilizaciones multitudinarias de los migrantes en dicho país contra la represiva ley de migración que se encuentra actualmente en discusión en la Cámara de Representantes. Para él, las movilizaciones demuestran que la comunidad latinoamericana y caribeña está pasando a convertirse en un sujeto político activo, que debe desafiar a la ciudadanía estadounidense no solo para que se sensibilice sobre la situación de los migrantes, sino también sobre sus propios problemas, entre ellos la eliminación de la seguridad social, la falta de democracia y la limitación de las libertades civiles, que en los últimos años se han producido en el marco de la "lucha contra el terrorismo" de la Administración Bush.
En esta dirección, la convivencia y el respeto a los derechos humanos pasará no solo por lo que puedan hacer los migrantes organizados, sino también por la dirección que tomen las sociedades que acogen a estos últimos. Por eso, la convivencia es compleja y plantea ante todo la necesidad de dialogar y escuchar, en un plano de igualdad, para todas las partes involucradas.
Carlos Giménez señaló que la aspiración de una sociedad intercultural es una utopía, pero no una quimera. Por eso, abogó por profundizar este debate en el seno mismo de las sociedades, construyendo lo que Iván Forero denominó el "consenso social sobre las migraciones", como un camino viable y necesario con el que los movimientos sociales, ONG's y organismos humanitarios deben asumir un compromiso radical