La Integración es de los pueblos y desde los Pueblos, o no es Integración.
Se respira un aire práctico en el VI Foro Social Mundial. La gente trae experiencias y desafíos y busca caminos. Los intercambios son para definir derroteros. Las presentaciones y debates plantean estrategias. Lo alternativo persigue definiciones y caminos. Hay afán de saber y nombrar lo que debe hacerse. El foro que tuvo como tema “La construcción de alternativas, aportes de la sociedad civil americana al ALBA; ASC” genera el optimismo del llamado realista a la acción practica mientras pone sobre la mesa las dificultades y los obstáculos enormes que se enfrentan.
Elisangela Paim del Brasil, Sandra Larrain de Chile y Néstor Busso de la Argentina provocaron desde su tarea como panelistas a un público ávido e interesado. En su orden hablaron sobre integración en Infraestructura, Megaproyectos Energéticos y Comunicación, sustentando sus ideas en experiencias y ejemplos concretos para sembrar propuestas. Tanto, que el ánimo de estas palabras es compartir con amplitud suficiente para que quienes no pudieron asistir puedan participar con quienes allí estuvimos, en el debate que queda abierto y en el trabajo que se necesita.
La Integración como Amenaza:
La característica esencial de la Integración Neoliberal orientada por el imperio corporativo transnacional, es que privatiza las ganancias y externaliza los costos. Son los pueblos y los territorios (y los Estados en su nombre) los que hacen la inversión y asumen las consecuencias, mientras los grandes consorcios económicos acumulan. Los ejemplos concretos ilustraron la forma en que este principio de acumulación que se roba la riqueza colectiva se aplica de la misma manera a la construcción de autopistas o ferrovías, a gasoductos y proyectos energéticos o al negocio de la comunicación.
Sara Larrain señala tres puntos que permiten reconocer la amenaza de la integración en curso así:
1. Se desarrollan proyectos sectoriales, que se negocian sector por sector sin someterse de manera integral a los marcos constitucionales de las naciones. Con argumentos técnicos y para promover ventajas comparativas, la integración que se impone con el modelo ALCA, fragmenta las naciones en sectores que se negocian por separado y en proyectos que se realizan de manera desarticulada. Por esta vía, las transnacionales extraen lo que les interesa y desarrollan lo que les conviene en su afán de acumulación, negando fronteras, realidades y necesidades de los pueblos.
2. Existe una contradicción entre los intereses y decisiones de Estado frente a los derechos y necesidades de los pueblos y ciudadanos. Un ejemplo de esto son los grandes gasoductos que se construyen sin tener en cuenta por donde van a pasar. Se sacrifican los pueblos para beneficiar los proyectos.
3. A la contradicción Estado-Ciudadanía se suma necesariamente la contradicción Estado (megaproyecto)- Territorio. Se imponen sobre áreas protegidas, procesos culturales, hábitat colectivos.
Con la comunicación pasa otro tanto, dice Néstor Basso: “La comunicación es sometida a un proceso de triple concentración”:
1. Una concentración corporativa, en la medida en que los monopolios de las grandes corporaciones mediáticas se apropian de la comunicación como negocio y manejan la información como mercancía.
2. Una concentración geográfica, porque la comunicación viene del centro a la periferia. De las grandes ciudades hacia fuera, de los productores de mensajes mercancía hacia los consumidores y del primer mundo hacia abajo y
3. Una concentración temática o de contenidos de manera que la comunicación es controlada y orientada por pocos en función de sus intereses: “Es la comunicación del Imperio, desde el Imperio, de manera que la producción de tecnologías define y orienta la producción de contenidos.”
Esta triple concentración condena al silencio a las grandes mayorías. Les quita la palabra. Se las niega. La propia Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe anual del 2002, publicado en Abril del 2003, reconoce que por estas razones hoy, en América Latina, no hay libertad de expresión. “Si la participación es la base y el fundamento de la democracia, no puede haber democracia con mayorías silenciadas”. En la medida en que aceptamos como normal que tiene la palabra quien tiene el poder económico para comprarla y transmitirla, negamos la comunicación como un derecho humano fundamental.
Lo que sabemos, creemos, decimos y pensamos es poder. La lucha por el poder es una lucha simbólica y mediática. Busso ilustra este punto con un ejemplo evidente. La versión oficial habla de una Guerra de Liberación en Irak. La verdad nombraría una invasión, pero el espacio para la verdad queda supeditado al interés del propietario de los medios. “Conocemos bien las calles de Nueva York o de San Francisco, pero casi nunca vemos nuestras calles y nuestros pueblos. Cuando vamos por las carreteras de nuestros países en buses, nos muestran una película en ingles y es de los EEUU. Todo esto es normal y lo aceptamos así”.
Semillas para la Integración Necesaria hacia el Otro Mundo Posible
En consecuencia, “debemos denunciar, reconocer y desmitificar una integración construida de arriba hacia abajo”, dice Larrain. “En este contexto vienen trabajando sobre tres ejes prácticos que les permiten aprender desde los hechos, realizar monitoreo y promover alternativas”:
1. Un seguimiento al “Anillo Energético Sur Americano” conformado por proyectos de integración desde los Estados que son un “perfecto ALCA” en la medida en que garantizan la seguridad de las inversiones, el monopolio de los mercados sin control estatal, mientras que los pueblos asumen los gastos.
2. Un seguimiento minucioso al comportamiento y actividades de multinacionales particulares (como Repsol y Endesa) y
3. Una vigilancia a empresas nacionales que tienden a transnacionalizarse y a comportarse como multinacionales ( como Petrobrás, ENAP de Chile y PDVSA)
La propuesta que hace Larrain al foro para los pueblos del continente comprometidos con otro mundo posible y necesario consiste en confrontar los proyectos concretos de integración en la práctica y promover alternativas de facto, dando prelación al tema del anillo energético Sur Americano. “Ejercitarnos en estos proyectos para mostrar que es posible un modelo diferente que no reproduce al modelo dominante.”
Existen en la practica, intentos y practicas de integración desde el respeto y la diversidad de los pueblos y territorios que, aunque pequeños, constituyen semillas de integración alternativa que funcionan o podrían funcionar si se les da oxigeno y se les apoya. Una integración diseñada desde las bases y por los propios pueblos.
En este mismo sentido las prioridades en la comunicación incluyen:
1. Movilizarnos para generar políticas que liberen la comunicación de las reglas del mercado para que los pueblos recuperemos la palabra.
2. Fortalecer los medios propios en su diversidad y creatividad teniendo en cuenta que no se puede seguir aceptando que lo popular y lo propio deba ser pequeño y lo masivo monopolio de grandes consorcios comerciales.
3. Revolucionar la conciencia política de los movimientos sociales y de sus líderes para que inviertan en sus propios procesos y modelos de comunicación. Mientras esto no suceda, seguirán siendo pequeños y dependientes, a la vez que financian y alimentan a los monopolios.
4. Generar formas concretas de control social de los medios de comunicación para que sean públicos.
5. Apropiarse del uso de nuevas tecnologías.
En otras palabras, pensar y hacer otra comunicación para que el otro mundo necesario sea posible. Ganar la batalla de la comunicación popular es ganar el poder y la conciencia para transformar la realidad. Las experiencias acumuladas en los procesos populares ya marcan el camino que debe ser recorrido.
Finalmente, vale la pena compartir los puntos esenciales del debate que se dio entre los participantes:
1. Hay países “liberados en lo electoral”, como Venezuela, Brasil y Bolivia, que solamente serán democráticos en la práctica si aprovechan estos espacios ganados para garantizar que los pueblos sean quienes desarrollen sus propios proyectos de integración desde las bases. En este sentido, por ejemplo, Venezuela debe consultar y exigir que se consulte a las comunidades indígenas sobre el proyecto de gasoducto hacia la costa pacifica.
2. Las transferencias de recursos y tecnologías deben realizarse no para entregarle a los pueblos tecnologías y recursos, como para apoyar a los procesos en la realización de sus propios estudios de factibilidad y proyectos de integración y acompañarlos en su gestión e implementación y
3. Así como la tierra debe ser liberada de la propiedad colectiva para que pueda seguir protegiendo y recreando la vida, las palabras deben ser liberadas para que sean de los pueblos, porque los pueblos sin sus palabras son esclavos y no existen ni pueden integrarse para la libertad en la diversidad.
Una compañera de Barinas, propuso llevar a los mecanismos de participación comunitaria que ya existen en Venezuela, los planteamientos y propuestas de este foro, de manera que desde el poder popular (que ya se ha ganado), se oriente al Gobierno en la dirección de una integración democrática que promueva el camino hacia el otro mundo necesario que vamos haciendo posible.