Campaña para la Desmilitarización de las Américas (CADA)

2006-01-27 00:00:00

Una de las iniciativas que mayor acogida recibe por
parte de los luchadores y luchadoras sociales reunidos
en el VI Foro Social Mundial es la Campaña por la
desmilitarización de las Américas (CADA). La necesidad
de denunciar el incremento de la presencia militar de
los Estados Unidos en el continente comienza a formar
parte ya de las agendas de trabajo de muchos de los
movimientos congregados en el Foro.

Por la importancia del tema, y por la urgencia con que
debemos impedir que el gobierno norteamericano fomente
el militarismo dentro y fuera de nuestros países,
incluimos a continuación fragmentos de las
intervenciones de dos de las mayores promotoras de
CADA, la brasileña Maria Luisa Mendoza y la mexicana
Ana Esther Cedeña, en el taller Estrategias contra la
presencia estadounidense en América Latina y el
Caribe, que sesionó el miércoles 26 en el teatro
Teresa Carreño de Caracas.

Los orígenes

La CADA se creó a partir de la campaña continental
contra el ALCA. En muchos países, cuando hablábamos
del control económico de los Estados Unidos, de los
acuerdos comerciales, de las políticas de ajuste
estructural y del consenso de Washington, hablábamos
también de la militarización. Las dos cosas tienen una
conexión muy estrecha. La intervención de los Estados
Unidos en nuestros países no es nada nuevo, pero en
este momento se nos presentan grandes desafíos. Una
ventaja es que tenemos movimientos de luchas en todos
los países del continente, de ahí la importancia de
coordinar esos esfuerzos para monitorear este proceso
de militarización en nuestro continente.

Hemos comprobado que la presencia de las bases
militares coincide geográficamente con las regiones
más ricas, donde se concentran mayor cantidad de
bienes naturales o recursos. Pero no son solo
recursos. En realidad cuando hablamos de recursos o de
servicios, realmente nos referimos a un proceso de
privatización de derechos y bienes recursos tales como
los recursos energéticos, la biodiversidad, el agua, y
también de derechos básicos como la educación, la
salud y la seguridad social. Ambas cosas vienen
juntas. Por ejemplo, el Plan Puebla-Panamá es un
proyecto estratégico económico, pero también es un
proceso de militarización en América Central. Lo mismo
pasa con la región de la triple frontera.

El secretario de defensa de los Estados Unidos viajó a
Brasil en marzo del 2005 con una agenda muy clara. Uno
de los principales temas fue el interés de los Estados
Unidos en un proyecto que se llama SIVA (Sistema de
Vigilancia de la Amazonía) que posee la capacidad de
monitorear 5.5 millones de kilómetros cuadrados en
toda la Amazonía.

Otro tema de la agenda fue la presencia militar en
Haití, asegurar que el gobierno de Brasil continuara
haciendo el “trabajo sucio”. También se mostraron
preocupados por la presencia de células terroristas en
la región de la triple frontera, aunque luego se
comprobara que no era cierto. En una entrevista a la
revista brasileña Carta Capital, el ex director del
FBI en Brasil dijo: “Investigamos exhaustivamente
nosotros, la CIA, los servicios secretos de nuestros
países y no conseguimos comprobar la existencia de
células terroristas ahí.” De cualquier manera, sabemos
que existen fórmulas para reprimir a las comunidades
árabes que viven en nuestra región. Otro tema fue
asegurar que Brasil representara un freno para la
relación de Venezuela con otros países de América
Latina.

Otra escuela de las américas

Uno de los temas que debemos priorizar es el
relacionado con el establecimiento en el Salvador de
la Academia Internacional para el Cumplimiento de la
ley (AICL), la cual es una versión de la Escuela de
las Américas para policías latinoamericanos. Los
Estados Unidos intentaron implementar el proyecto en
Costa Rica, pero los compañeros de allá organizaron
una movilización muy fuerte, y el congreso
costarricense rechazó la propuesta.

El banco mundial

Importante también es estrechar alianzas con otras
organizaciones que se dediquen al tema económico.
Debemos concentrarnos en la lucha contra el FMI, la
OMC, y en especial contra el BM que creemos es el
cerebro que elabora las políticas que más tarde
utilizan el FMI y la OMC. El BM actúa directamente en
acciones militares, cuestión que está muy clara para
su actual presidente, Paul Wolfowitz, quien antes
fuera subsecretario de defensa de los Estados Unidos.
El Banco Interamericano de Desarrollo, uno de los
hijos del BM, tiene ahora como presidente a Luis
Alberto Moreno, uno de los creadores del Plan Colombia
y antiguo embajador de Colombia en Washington. El BM
trabaja en proyectos de reconstrucción en situaciones
“posconflictos en países como Afganistán. Y en este
momento, a partir de la tragedia que representó el
tsunami en Asia, promueve la privatización de la costa
de varios países, lo que significa que los pescadores
serán desplazados de sus comunidades.

Aumento de la presencia norteamericana

En los últimos tiempos nos hemos dado cuenta de que el
continente se ha militarizado de una manera
impresionante. Concretamente, en los últimos años
el mismo periodo de la incursión de Estados
se han afianzado yUnidos en el Medio Oriente
diversificado las posiciones militares fijas en
América Latina. Sin embargo, hasta hace no mucho
tiempo, lo que veíamos muy claramente era un enclave
militar en Colombia, enclave a partir del cual, más o
menos, se cubría la zona más importante de
Latinoamérica: la de la zona amazónica, que abarca
incluso Centroamérica y el canal de de Panamá, hasta
llegar al sur de México. Esta área se cubría con el
enclave en Colombia, que además era un lugar que por
las acusaciones de narcotráfico y la producción de
narcóticos justificaba la presencia de soldados,
bases, radares y equipos de comunicaciones. No
obstante, no fue suficiente, y en los dos últimos dos
años se han construido otros dos enclaves.

Tres enclaves estratégicos

Hay tres enclaves con los cuales se cubre el área
latinoamericana. Uno de ellos está en Haití y no
reviste las mismas características de los otros dos.
Haití es un experimento para imponer en la práctica la
constitución de la fuerza de seguridad hemisférica, es
decir, un ejército multinacional americano. Esta
fuerza sería la encargada de dar respuesta a las
amenazas de seguridad nacional para los Estados
Unidos. Hasta ahora, las discusiones en torno a la
constitución de esta fuerza hemisférica multinacional
no han llegado a un consenso. Varios ejércitos de la
región, incluido el brasileño que está en Haití, se
resisten desde hace tiempo a la conformación formal de
esa fuerza. Sin embargo, en el caso de Haití, por
ejemplo, esto funciona eficientemente.

El otro enclave es el de la región del cono sur. El
cono sur era el área menos cubierta militarmente y,
justamente, el área más importante. No solo por la
triple frontera y el Acuífero Guaraní, sino porque el
60 % del agua dulce del mundo está en los glaciares y,
entre los dos polos, el 70 % del agua dulce se
encuentra en el sur. De manera que el polo sur es un
punto estratégico para el control del proceso de
reproducción mundial.

Por otro lado, se hacía necesario controlar esta parte
del continente, en la cual hay muchas riquezas y
también insurgencias. Se trata de un área movida, un
área donde los argentinos son capaces de mantener
movilizaciones durante un año seguido; un área donde
tenemos procesos de lucha como el boliviano, gente que
se levanta contra las medidas neoliberales. Es una
zona estratégica, ahí está la Patagonia con toda su
riquezas, el cobre en la cordillera de los Andes. Son
zonas muy importantes que están relativamente
despobladas. Todo esto requiere de un implante militar
directo en el continente que se intentó mediante
convenios antiterroristas, mediante presiones para
aceptar los convenios de inmunidad de tropas, mediante
el intento de ejercicios militares cada vez más
intensos. Esas variantes fracasaron hasta que
finalmente lograron el acuerdo con Paraguay.

Tenemos entonces un panorama en el que hay tres
enclaves: uno en Centroamérica y el Caribe, otro en la
cuenca amazónica, y otro en la punta del sur, para
cubrir, entre los tres, todo el territorio del
continente.

El mar

Pero claro que hay mar. Cuando hablamos de
militarización siempre pensamos en la tierra, en un
cuartel y un radar que se ponen y ya, pero resulta que
hoy los mares están militarizados, hay estrategias y
ejercicios para responder a contingencias tipo
invasión, catástrofes, etc., en cinco puntos del
planeta simultáneamente.

Estos ejercicios ya los realizó el Pentágono el año
pasado. Por sus condiciones específicas, nuestro
territorio es el más importante para los Estados
Unidos como estrategia de lanzamiento de sus
posiciones. América es una isla muy grande, una isla
muy grande que les permite tener un foso alrededor.
El continente permite una situación de autosuficiencia
en un periodo de tiempo relativamente extenso. Con las
riquezas que hay en el continente los norteamericanos
pueden mantener el ritmo de reproducción actual por un
buen tiempo.

Ahora, ¿cómo se combina el cuidado de la tierra con
esto que yo llamo la militarización de los mares?
Hemos monitoreado simultáneamente la presencia de las
tropas en los territorios y la presencia de tropas en
el mar y resulta que por lo menos en los últimos cinco
años han recorrido todo el continente. A lo largo del
año siempre está cubierto el mar. Los documentos de la
defensa y de la marina de los Estados Unidos aclaran
que la medida tiene la finalidad explícita de
intersectar cualquier tipo de nave que salga de tierra
con dirección al mar.

Tenemos finalmente que hay una situación de
militarización que se establece mediante capas.
Primero, algunas pistas de aterrizajes; luego, pistas
de aterrizajes mayores, y, más tarde, cuarteles. Hay
cuarteles dentro de América latina, como el de Tres
Esquinas, en Colombia, que son todo un establecimiento
militar donde hay tecnología de punta de todo tipo,
como para monitorear desde ahí a todo la región.