Teología viva

2006-01-27 00:00:00

En sólo unos minutos la sala se llena de gente. Se
esperaban entre treinta y cuarenta personas y ahora
hay más de cien. Algunos conversan entre sí, se
saludan, preguntan por su gente, por la familia, otros
van de un lado para el otro y reparten papelitos que
promocionan otras actividades del VI Foro Social
Mundial de Caracas.

Uno de los coordinadores del taller, Alejandro Daussá,
del Centro Memorial Martin Luther King, jr (CMMLK), de
la Habana, aprovecha un segundo de tranquilidad,
enciende el micrófono e invita a todos y todas a
presentarse. El micrófono pasa entonces de mano en
mano. Hay gente del norte y del sur. Jóvenes y viejos.
Mujeres y hombres. Católicos y protestantes. Gente que
pasaba por allí y se quedó a escuchar. El otro
coordinador, Valmore Amaris, del Encuentro Ecuménico
Juan Vives (ECUVIVES), nos presenta el tema del
taller, la pertinencia y actualidad de la práctica y
el discurso de la Teología de la Liberación en el
continente. Después, el grupo se divide en siete
equipos que se dispersan en la sala y van a trabajar.

Las preguntas

Los coordinadores invitan a los participantes en el
taller a pensar en las siguientes preguntas: ¿Tiene
vigencia la teología de la liberación? ¿Cómo se
articula con el movimiento con el momento coyuntural
que experimenta América Latina? ¿Dónde estarían las
dificultades? Luego, Valmore entrega dos textos para
leer y comentar en los grupos: Teología de la
liberación, de Víctor Codina, y ¿Una vez más liberar
la teología? Una invitación autocrítica
latinoamericana, de Otto Maduro.

Alejandro pasa por cada uno de los equipos y sugiere
que quizás sea más interesante aproximarnos al texto
desde nuestras experiencias, desde nuestras prácticas
cotidianas. En uno de los grupos se acuerda hacerlo
así, después de leer fragmentos de los textos que sean
esclarecedores, como este fragmento del ensayo de
Maduro:

“A fines de los sesenta del siglo pasado, laic@s,
religios@s y pastor@s, protestantes y católic@s –
trabajando en comunidades oprimidas a lo largo y
ancho de las Américas, compartiendo con frecuencia la
opresión y represión que son parte de la vida
cotidiana de los pobres del mundo entero—dieron
origen, entre otras cosas, a la teología de la
liberación latinoamericana (TDLLL) como movimiento
teológico explícito y con este nombre, plasmado
entonces en los escritos de Gustavo Gutiérrez, Rubem
Alves y algunas otras personas. Desde entonces, la
TDLLL se distinguió de muchas otras teologías de la
opresión por una osadía entre otras: la osadía de
denunciar y relativizar la teología dominante de
nuestras iglesias como una teología particular, como
una teología más entre otras posibles (…)”

El grupo reacciona a este y otros fragmentos de los
textos sin perder de vista su condición crítica y hay
debate, pero alguien recuerda la opción de Alejandro y
vamos a las experiencias particulares.

“Trabajando en un movimiento para los oprimidos, a
donde van a parar las mujeres, los negros, los
inmigrantes, uno se da cuenta de que sí tiene vigencia
la teología de la liberación. Claro, no tenemos el
mismo contexto de los años sesenta, donde habían
condiciones para una transformación socialista de la
realidad, pero sí está vigente.”

“En mi contexto el pueblo percibe aún el matrimonio
entre la iglesia y el sistema”. Y una religión será
legítima siempre y cuando esté al servicio de los
excluidos”.

“En Venezuela tenemos a Hugo Chávez, un militar que
pone en práctica la teología de la liberación.”

“Yo viví muy fuerte la teología de la liberación.
Cuando llegué a Perú, me encontré con los problemas de
Gustavo Gutiérrez con la Iglesia, razón que provocó la
existencia de una línea más subterránea que se
mantiene. En las comunidades campesinas hay más
libertad, pero en Lima es sumamente difícil. Hay que
generar las artes para que no nos desarticulen.”

Las opiniones parecen aclarar que en realidad el
contexto demanda la renovación de una teología de la
liberación que no ha dejado de estar presente, que
tiene vigencia.

Valmore y Alejandro reparten frutas. Son frutas de
aquí, de Venezuela, que tendremos que multiplicar como
los panes y los peces, porque somos más de lo que
imaginamos. La consigna es que todos y todas
disfrutemos su sabor, que tomemos tiempo para pensar
en la sensación que no has quedado de este debate en
los equipos.

Las frutas tienen cáscaras, semillas, y sabores
diversos

Uno de los grupos devuelve sus sabores así:

La teología ha sido una teología transgénica y puede
que las frutas sean transgénicas. Parece que el mayor
logro de la teología de la liberación en América
Latina es que evitó la contaminación de los
transgénicos occidentalistas europeos. Hemos hablado
mucho y ha sido de una gran riqueza el debate en el
grupo. Les voy a leer lo que hemos escrito para el
resto del grupo. Creemos que los procesos de
liberación se están dando y están presentes en los
diferentes procesos en nuestros pueblos. Jesús, Dios,
o como le queramos llamar, está con nosotros cuando
trabajamos por las mayorías excluidas, en donde hay
una unión de fe y política en las entrañas de Dios
Padre y Madre. La teología de la liberación es la
teología contextualizada, historizada en un momento
concreto, ayer y hoy, donde nos toque vivir. No es su
pretensión ser reconocida, canonizada, legalizada,
sino que su pretensión es liberar que es nuestro hilo
conductor desde la perspectiva del Reino. El Reino
tiene una palabra y una postura política concreta en
la realidad histórica. También hemos dicho que hay
esfuerzos de liberación que están en las entrañas de
la fe de nuestros pueblos. La teología de la
liberación son teologías contextualizdas de una
cultura, una historia, una lengua para liberar a la
creación del sufrimiento impuesto. La teología de la
liberación sigue formando parte de las grandes praxis
liberadoras que hay en las entrañas de la historia y
de los procesos liberatorios de la humanidad (...)
Creemos que hay mucha teología de la liberación, y ya
es hora de que no tengamos miedo. Como escuché en una
conferencia, el laico le ha tenido miedo al cura, el
cura le ha tenido miedo al obispo, el obispo le he
tenido miedo al Papa, y el Papa le ha tenido miedo a
la teología de la liberación.

Palabras y frases: qué hacer

Conexión, unidad, necesidad de articulación,
coherencia, dinamizar, diversidad, relaciones humanas,
cariño, redes, correos electrónicos, activar
comunidades de base…. Las palabras y las frases
terminan por resumir lo que no se quiere dejar, lo que
no se debe olvidar o lo que se puede hacer de ahora en
adelante. Hay mucho optimismo en la sala. Al final,
queda la sensación de que es mucho mejor renovar la
teología de la liberación que pensar en su posible
pertinencia en el contexto actual latinoamericano. Eso
ya ha quedado demostrado esta tarde.