Soberanía Alimentaria frente al Cambio Climático
Bajo la consigna "El agronegocio calienta el planeta, la agricultura campesina lo enfria", diversas organizaciones sociales de base campesinas e indigena se dieron cita ayer en Asunción para debatir las opciones de la soberanía alimentaria frente al control de los agronegocios y los impactos del cambio climático.
El evento convocado por la Iniciativa de Acción contra los Agronegocios AAI (www.agribusinessaction.org), contó con las exposiciones de compañeros de la Confederación Agraria del Perú y de la propia AAI. Se analizó fundamentalmente como la industria de alimentos y la agricultura a gran escala de monocultivos está contribuyendo a las emisiones de gases altamente contaminantes del medio ambiente debido a la reconversión de tierras, al uso intensivo de agroquímicos y la creciente dependencia de la industria de la energía fósil.
Los expositores señalaron como las grandes companías, (Cargill, Archer Daniels Midland, Monsanto, Tyson y otras), son responsables de destruir la soberanía alimentaria, el conocimiento milenario de los pueblos y el equilibrio con la naturaleza, a través de su afán por controlar semillas, tierras, fuentes de agua, comercialización de productos y hasta las opciones de quienes consumen fundamentalmente en las grandes urbes a través de los supermercados.
Toda esta situación está provocando serias consecuencias no sólo para los pueblos campesinos, sino para la humanidad como tal, ya que amenaza con un control planetario sobre recursos y fuentes de vida esenciales como son los alimentos y el agua.
Un aspecto que fue bastente discutido es como los organismos internacionales, parte del problema, se ofrecen con soluciones de tecnología avanzada que incluye desde paquetes de semillas y fertilizantes, hasta organismos genéticamente modificados y supuestos mecanismos de compensación y fijación de carbono.
El Banco Mundial y la FAO apoyando inciativas de mercados verdes y supuestas salidas biotecnológicas están contribuyendo con los planes del agronegocio, sin querer aceptar que la agricultura y ganadería intensiva son altamente responsables de la actual situación del cambio climático.
Los distintos participantes relataron las experiencias de sus pueblos y comunidades en el combate a los efectos de estos cambios que tienen impactos directos sobre sus territorios. La Soberanía Alimentaria como principal herramienta de resistencia y construcción de iniciativas campesinas destacó en el esfuerzo por la Reforma Agraria, pero también por el uso de abono naturales, de controladores biológicos, mercados alternativos y por mayores articulaciones entre los grupos urbanos y los productores directamente ligados a la tierra. Surge como un reto fundamental en este contexto avanzar en la contrucción de un sujeto político urbano capaz de articularse en esta lucha por la soberanía alimentaria, para la defensa del Buen Vivir y la lucha contra la criminalización y militarización que sufren hoy los territorios y pueblos indígenas y campesinos.
Si reconocemos que el pilar fundamental de toda sociedad es la alimentación, como sostenía un companero boliviano en el panel: "tenemos que avanzar en la valoración del saber y conocimiento de nuestros pueblos originarios y reconocer que los organismos internacionales y la industria de los agronegocios no tienen soluciones para el cambio climático y el hambre a nivel mundial. Vivir Bien supone una opción politica por nuevas sociedades, con educación, salud, justicia y equidad".