Economía para la vida
Las mujeres en la construcción del Buen vivir
“En la búsqueda de cambio, el buen vivir no sólo es una utopía hacia el futuro, sino una realidad del aquí del ahora, del día a día que hacen viables esta propuesta” manifestó Magdalena León, del Consejo Hemisférico del FSA - Ecuador.
En un contexto marcado por la crisis generada por el capitalismo, lleno de inequidades e injusticias, ancladas en el dinero y lucro, las mujeres desde la perspectiva del vivir bien muestran los caminos posibles para transformar una realidad económica, política y cultural, por eso resulta necesario articular las miradas desde las experiencias de los pueblos para contribuir a la formación de un nuevo paradigma que haga frente al modelo impuesto por el Neoliberalismo en donde reina el mercado y el dinero. En este marco la Red Latinoamericana de mujeres transformando la economía abre un espacio en el IV FSA (Asunción Paraguay), para compartir y analizar experiencias y posturas sobre este tema.
Estuvieron como expositoras Magdalena León, del consejo Hemisférico del FSA, de Ecuador; Juana Mulul de Guatemala y Graciela López de Bolivia. En algo que coinciden todas la expositoras, es que el Buen Vivir o Vivir Bien, no es un tema que se conoce o se quiere implementar recientemente, en los antepasados era algo que se practicaba pero que se fue perdiendo con la imposición del sistema capitalista.
Magdalena León manifiesta que el Buen Vivir permite avanzar en visiones integrales de economía, es decir que la economía para la vida debe dar cuenta de la integridad de los ciclos de producción y reproducción, asegurando condiciones para que se den esos ciclos, este es el principio y el fin de la economía y esa diversidad económica resulta inherente a la construcción del vivir bien o buen vivir, ya que supone el registro de estas experiencias de producción y reproducción que son la base para la transformación, actuando con un sentido de reconocimiento y fortalecimiento de esa diversidad, esto representa una salida no solo a la reactivación económica sino también de una salida política.
Pero veamos la otra parte, el Buen Vivir o Vivir Bien, tomado desde el punto de vista ancestral y ligado a la naturaleza misma, planteado desde una concepción de vida universal, el vivir bien o buen vivir significa vivir en colectividad comunitaria, acceder a los servicios básicos, a la salud, educación, a la igualdad, desde la propia cultura y recuperando el equilibrio con la naturaleza y respetándola, es el quehacer sumado a las voluntades políticas, lo que significaría cambios para que no hayan desigualdades sociales.
El buen vivir o vivir bien es una propuesta que aún está en construcción y que espera el aporte de todos y todas.