Han empezado a llegar al país cientos de personas de diversas partes del continente para reunirse con los movimientos sociales que acuden al Foro Social Américas, evento que se va a celebrar en el campus central de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Mujeres y hombres de distintas organizaciones, edades, etnias, gustos, oficios y filiaciones vienen para intercambiar ideas y planteamientos teóricos, discutir posiciones políticas y, ojalá, diseñar estrategias para enfrentar al capitalismo genocida que está afectando al mundo con sus coletazos de fiera herida.

Actividades político-culturales, conferencias, debates, talleres y reuniones de alto nivel están programadas para llevarse a cabo en los edificios de nuestra casa de estudios a partir del martes 7 hasta el domingo 12 de octubre. En torno a su realización hay expectativas y opiniones variadas: algunos lo rechazan desde posiciones reaccionarias de derecha, otros lo critican por su concepción y organización; unos más radicales lo consideran expresión del oenegismo que vino a sustituir la organización política revolucionaria. Para nosotras es una oportunidad de ver y escuchar a quienes en sus propios lugares padecen problemas similares y buscan soluciones que muchas veces podemos compartir.

Es preciso decirles a quienes nos visitan que vienen a uno de los países más conflictivos del continente, donde los índices de pobreza y falta de posibilidades de vida son más altos, donde los contrastes sociales dan nausea, y la violencia está cobrando más muertes que durante la guerra. Pero también es un país hermoso donde la gente desea vivir en paz y lucha por sobrevivir, enfrentando heroicamente inmensas dificultades. Somos un pueblo que pese a tanta desgracia, cultivamos esperanzas y nos aferramos a la vida, pensando que todavía es posible construir una sociedad verdaderamente democrática, con justicia y equidad.

Las feministas guatemaltecas nos hemos aliado para proponerle a la sociedad otras formas de relacionarnos más igualitarias, menos excluyentes y destructivas. En ese proceso de fortalecimiento colectivo, hemos identificado causas de las opresiones, manifestaciones específicas como el racismo y la discriminación, y vías posibles de solución. No tenemos una receta para aplicar de manera mecánica, pero sí vislumbramos alternativas viables. Sabemos que hay mujeres en Abya Yala que igualmente buscan combatir las injusticias con iniciativas creativas que ya están dando resultados. Conscientes de las dificultades, pero apegadas a las coincidencias y posibilidades, invitamos a aprovechar este encuentro para consolidar nuestras organizaciones e implementar las formas de lucha que nos acerquen y unifiquen.

Hoy que se están librando batallas contra enemigos poderosos que se oponen a la búsqueda del bien común y de las transformaciones que los pueblos reclaman, es necesario hacer acopio de lucidez, responsabilidad y solidaridad para emprender una etapa más en el camino hacia la utopía que soñamos: un territorio libre y soberano donde la vida sea buena para todos.

* Editora de la publicación feminista laCuerda