Movimientos sociales y medios ante encrucijada del neoliberalismo

2006-06-13 00:00:00

El 8 y 9 de mayo de 2006 se realizó el Encuentro de Comunicación “Recepción activa y movimientos sociales”, organizado por la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, México. Participaron como ponentes los investigadores mexicanos Lenin Martell, Mercedes Charles Creel, Octavio Islas y el periodista ecuatoriano de ALAI, Eduardo Tamayo G. A continuación, la ponencia de Lenin Martell Gámez.

Movimientos sociales en América Latina y medios de comunicación ante la encrucijada del neoliberalismo

Para mis tíos
Hermila Martell Méndez
y David Martell Méndez,
Pilares de esta universidad

Un día sin inmigrantes

El pasado primero de mayo, aproximadamente un millón de latinos, la mayoría mexicanos, se congregaron en las calles de 50 ciudades de Estados Unidos, desde los Ángeles hasta Nueva York. El pretexto fue para protestar en contra de la iniciativa de ley, propuesta por el congresista republicano James Sensenbrenner, que “castigaría hasta con un año de cárcel la presencia de indocumentados en Estados Unidos” .

Los manifestantes marcharon para pedir ser reconocidos como ciudadanos y no como mercancías. Para solicitar respeto a sus derechos humanos. Para mostrar su lealtad a ese país. Para ejemplificar que en el mundo global, cuyo modelo fue impulsado por los empresarios y el expresidente Ronald Reagan, el concepto de ciudadanía es intercambiable. En la conformación de la globalización, la identidad, es y seguirá siendo asumida de forma voluntaria. Los ciudadanos que marcharon marcaron su lealtad hacia Estados Unidos y se reconocieron como mexicanos y americanos. ¿Y qué no pueden pertenecer a ambos lados? La evidencia fue la lengua, el Spanglish que se escuchaba por las calles.

La marcha Un día sin inmigrantes es una expresión de un movimiento social que integra los elementos de una lucha dentro del marco de la globalización. Es un ejemplo de lo que quiero discutir: ¿cuál es el papel que juegan los medios de comunicación en la construcción de los movimientos sociales en América Latina en el marco del neoliberalismo?

El movimiento social de latinos en Estados Unidos no empezó ayer, se viene gestando fuertemente desde los años noventa, a medida que los latinos fortalecen su identidad en aquel país. Uno de los antecedentes lo marca las movilizaciones tras la golpiza de policías de Los Ángeles a Rodney King, en abril de 1992. Los latinos se unieron a tales movilizaciones. Se inició entonces un semillero de lo que sería un movimiento social de grupos subalternos. Al mismo tiempo, más migrantes latinos se expandían por casi todos los estados de aquella nación.

A finales de los noventa se le llamó el fenómeno de La vida loca como referencia a la participación del cantante Ricky Martin en el mundial de Fútbol de Francia 1998. La visibilidad de los latinos en la escena internacional era inminente y se cristalizaba en uno de los eventos más importantes a nivel global. El movimiento fue creciendo hasta reflejarse en una marcha de un millón de hispanos en las calles de Estados Unidos.

Este movimiento social, al igual que otros recientes en América Latina, no puede entenderse sin la mediación de los procesos comunicativos. Mediaciones que articulan la vida cotidiana con los movimientos sociales (Martín-Barbero, 1993). Sobre todo, no pueden entenderse sin los medios de electrónicos de comunicación. En este sentido, la reciente marcha de latinos en Estados Unidos nos ha enseñado cómo se gestan los nuevos movimientos sociales en América latina. Aunque se necesitaría hacer un análisis más exhaustivo al respecto, comparto las primeras hipótesis.

1. Redes sociales. Se trata de la emergencia de un nuevo actor social que se organiza espontáneamente a través de redes sociales (vecinos, compañeros de trabajo, familiares).

2. Conformación del actor social. Este nuevo actor social, que es cualquier ciudadano, de cualquier estrato social y nivel educativo, no necesita de un líder, sino simplemente de una causa social que lo motive a congregarse con otros ciudadanos.

3. Trasnacionalización del movimiento social. El espacio en donde se efectúa el movimiento no sólo se circunscribe en una localidad, sino traspasa los límites regionales, nacionales e incluso internacionales. Es decir son trasnacionales.

¿Qué es la trasnacionalización ? Para el investigador Jesús Martín-Barbero (op cit, 1993: 224-225):

Con la cuestión trasnacional lo que es nombrado no es la mera sofisticación del viejo imperialismo, sino una nueva fase en el desarrollo del capitalismo, en la que justamente el campo de la comunicación entra a jugar un papel decisivo. Lo que aparece en juego ahora no es la imposición de un modelo económico, sino el salto a la internacionalización de un modelo político. Lo cual obliga a abandonar la concepción que se tenía de los modos de lucha contra la dependencia, pues “es muy distinto luchar por independizarse de un país colonialista en el combate frontal con un poder geográficamente definido, a luchar por una identidad propia dentro de un sistema trasnacional, difuso, complejamente interrelacionado e interpenetrado”. Y como la trasnacionalización juega primordialmente en el campo de las tecnologías de comunicación—satélites, telemática—de ahí que sea en el campo de la comunicación donde la cuestión nacional encuentra ahora su punto de fusión.

4. Medios de comunicación. La forma de interconectar estas redes es un medio de comunicación: la radio, la televisión, el teléfono celular, el correo electrónico, los chats, y otros soportes del Internet.

Eddie Sotelo es una de los locutores más populares en la radio en español en Estados Unidos. No es conocido precisamente por ser el conductor (DJ) más perspicaz. Ni tampoco ejerce un servicio público en su programa. Sin embargo, en esta ocasión invitó a que los latinos se congregaran a la marcha del primero de mayo.

Lo cierto es que, al menos momentáneamente, este y otros medios de comunicación en español hicieron un pacto con la ciudadanía. Y esta complicidad es necesaria para que hoy en día ocurra un movimiento social en cualquier parte del mundo. Si no hay visibilidad mediática no hay movimiento social.

Otro ejemplo fue Radio Bilingüe, una red de siete estaciones públicas en el estado de California. Desde 1976, ha brindado una barra programática de servicio público a la población hispana que vive en Estados Unidos (Martell, 1997). Su compromiso con los ciudadanos de origen latino, ha sido desde siempre un ejemplo de lo que puede realizar un medio de comunicación. Esta vez, no fue la excepción. Los conductores se dedicaron a orientar y a explicar a los escuchas sobre por qué se debería marchar, cuáles serían las posibles consecuencias. El primero de mayo, dedicó toda su programación al hecho. Los días siguientes, siguió hablando sobre el tema.

El canal CNN en español no hizo precisamente un pacto con la ciudadanía, sino un negocio a partir de este movimiento social. No es la primera vez que lo hace, de hecho, se especializa en producir esta especie de coberturas. Son los líderes mediáticos del espectáculo, en donde el ciudadano es puramente una mercancía.

Tiananmen

CNN fue la televisora pionera. Con la producción de la telenovela de la guerra del golfo Pérsico, en 1992, mostró al mundo una nueva forma de producir televisión en la era del capitalismo global—una era, gobernada por estados neoliberales.

La tradición iniciada por CNN ha sido copiada por la mayoría de los emporios mediáticos, incluso por algunos medios públicos, pues se han dado cuenta que espectacularizar los movimientos sociales es redituable política y financieramente.

Autores como Daniel Hallin (1994) han estudiado este fenómeno con acuciosidad. Han profundizado, cómo durante la década de los ochenta y noventa, empresas como ABC, Sony y Time Warner cubrían las reuniones diplomáticas, como las cumbres Reagan-Gorvachov que daban fin a la Guerra fría. Dichos encuentros representaron fuertes cargas simbólicas al ser cubiertas por conglomerados de comunicación y dirigirse a una audiencia mundial ficticia. La cobertura de la invasión inglesa a las Malvinas o la invasión del golfo Pérsico fueron espectáculos que dejaban a las audiencias perplejas, mientras se censuraban las transmisiones se manipulaba la información. Sin embargo, no se puede soslayar que en ocasiones, dependiendo de la coyuntura política internacional y de los intereses de los mismos medios de comunicación, y se generan debates para buscar una solución a la crisis.

Es decir, la esfera pública, aquel lugar en donde los ciudadanos debaten con el estado sobre la forma en que quieren vivir, se ha fragmentado en diferentes esferas: una microesfera a nivel local, una mesoesfera a nivel regional dentro de un estado nación, y una macroesfera a nivel internacional. Esta fragmentación del espacio público ocurrió a partir de finales de los ochenta, tras la entrada del capitalismo global (Keane, 1997).

La matanza de Tiananmen es un ejemplo sobre cómo se creó una macroesfera pública para dar fin a largo plazo a un régimen político. Los estudiantes protestaban enfrente de las cámaras de televisión de CNN, con pancartas en inglés. Sabían además que, si traían consigo teléfonos celulares y cámaras de video de ocho milímetros, las posibilidades para ser atacados por el ejército del estado se reducirían, pero ganarían el apoyo de los estados-nacionales y ciudadanos del mundo. Y así fue. Al respecto, Alec Miran, productor ejecutivo en de la CNN en China en ese entonces, dijo:

La gente se nos acercaba en las calles y nos decía: sigan, sigan transmitiendo, porque ellos no estarán mientras ustedes estén al aire. Lo cual resultó cierto. Las tropas entraron cuando apagamos nuestras cámaras (Keane, 1997).

Finalmente la masacre de Tiananmen terminó con el deceso de centenares de estudiantes opositores al régimen comunista chino, pero lograron crear una macroesfera pública, mediada por los medios de comunicación, que tuvo repercusiones importantes en la estructura social de aquel país y a nivel mundial.

En las últimas dos décadas, la revolución del Internet, ha fomentado la creación de redes de macroesferas públicas, propagando comunidades virtuales que generan debate público global y regional, y con tres ventajas a comparación de los medios masivos tradicionales de comunicación: a) aprovechan la falta de restricciones legales para generar y distribuir la información, b) la globalidad informativa y c) la informalidad de las comunicaciones para emitir sus mensajes (Ibid.).

El movimiento Zapatista

Esta encrucijada mediática se instauró en México para bien y para mal, con la apertura de los mercados y con la consolidación del neoliberalismo en 1994. Lo marcó el régimen de Carlos Salinas de Gortari, el cual triunfó simbólicamente el primero de enero de 1994 con la entrada del Tratado de Libre Comercio con América del Norte.

En esa misma fecha, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional se levanta en armas. Toma los edificios de los poderes ejecutivo, legislativo y la iglesia de San Cristóbal de las Casas, para legitimar su lucha. Asimismo, trasmite desde Radio Las Margaritas, que lucha por la justicia de los pueblos indígenas de México, de América Latina y del mundo. También utiliza otros medios de comunicación, uno, es el periódico El Tiempo, del periodista y luchador social, Amado Figueroa Avendaño, del internet y el fax. Con ello integra y actualiza su discurso de acuerdo a las exigencias de los nuevos tiempos de la globalización.

El levantamiento zapatista del primero de enero, lograría traspasar su mensaje de la esfera local al espacio público nacional e internacional.

Uno, porque su discurso tenía un sostén dentro del contexto nacional: se pedía la justicia de los pueblos indígenas y dignidad. Y en 1994, el contexto iba en contra de dichas exigencias.

Dos, el discurso atrajo simpatizantes ciudadanos, algunos legisladores, actores sociales de la clase política, intelectual y del espectáculo a nivel nacional e internacional (Ofelia Medina, el grupo Manu Chao, por ejemplo) .

Tres, algunos medios locales (como el periódico El Tiempo y La Jornada en México; y el periódico electrónico Z y el Christian Science Monitor, y la radio pública en Estados Unidos, y el periódico Le Mond en Francia) establecieron un vínculo informativo al explicar y poner en contexto al emergente movimiento social. Un movimiento que integraba el lenguaje que exigía la globalización.

Otros medios, como Televisa y CNN, prefirieron trivializar el movimiento como un levantamiento de rebeldes sin causa. Por lo que en sus notas subrayaban y subrayaban el sex appeal del subcomandante Marcos. La razón se debía a que el sex appeal, y no las verdaderas razones del movimiento (justicia y dignidad para los pueblos indígenas) dejaba más dinero.

En el resto de México la resonancia del movimiento fue inmediata y también sus lecciones. Por ejemplo, el discurso de las radios comunitarias urbanas recibe aire fresco tras el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas. El contenido de su programación simpatiza con las demandas del EZLN, sobre todo en cuanto a demandar la situación de pobreza extrema, desigualdad social y alto desempleo. En este sentido, su discurso es renuente con el TLC dado que avizoran en él una solución a los serios problemas del país.

Un ejemplo fue la Asamblea de Barrios que comenzó a transmitir ilegalmente en 1993 a través del transmisor de un vatio, con una antena colocada en el toldo de un carro. Así se impulsó la que después fuera una red de radios libres, Tele Verdad. Este proyecto que duraría hasta febrero de 1995, se instaló desde mediados de octubre de 1994 en la esquina de Insurgentes y Reforma, pero al mes llegó el personal de la SCT con la Policía Judicial y desalojaron las rudimentarias instalaciones.

Tele Verdad fue clausurada, pero otras iniciativas se crearon: Radio Pirata, en Coyoacán, otras dos radios en San Cristóbal y Guadalupe Tepeyac, Chiapas, una más del Frente Potosino. Radio Interferencia (89.3 FM) nace el 19 de febrero de 1995 en San Juan Ixhuatepec, Estado de México, con el fin de “proponer alternativas, criterios de juicio y directrices de acción que exigen las situaciones de miseria e injusticia que día a día afrontan (sic) los ciudadanos”.

Así podemos mencionar varios ejemplos en los que la radios comunitarias hicieron sonar a la voz ciudadana, proyectos a los que también se unieron organizaciones como la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) en 1992, el Centro Promotor de la Radio Comunitaria en México (CEPRAC), en 1995, el Centro Nacional de Comunicación (CENCOS), entre otras (Callejas; Solís, 2005).

Dichos organismos, vinculados a los movimientos sociales civiles, defendieron y capacitaron a las radios comunitarias. Otorgaron, de otra forma, un carácter institucional a estas radiodifusoras—un carácter institucional que había sido saboteado por el gobierno, el cual se dedicó a negar permisos a estas emisoras para operar. El estado incurría en negar la participación ciudadana. ¿Con cuál fin? Con ningún otro más con el de seguir marcando las diferencias sociales y mantener el estatus quo administrado por el sistema político mexicano heredado por el PRI desde hace 80 años. Por cierto, al par del nacimiento de la radio.

Aguas Blancas y Acteal

El movimiento del EZLN hizo resonancia 1995, pues en aquellos años se inició una casería de brujas en contra de cualquier organización indígena. Esto es especialmente cierto, una vez que el CISEN—el organismo de inteligencia mexicana—fue creado a raíz del levantamiento zapatista. Aunque la resonancia ocurrió en todo el país, las más fuertes tuvieron lugar en Aguas Blancas, Guerrero, y luego en Acteal, Chiapas.

¿Qué pasó en Aguas Blancas? El miércoles 28 de junio de 1995, en el vado de Aguas Blancas, agentes de la policía motorizada y judicial del estado de Guerrero emboscaron a una camioneta que transportaba campesinos a Coyuca de Benítez, que iban a comprar y vender mercancías, así como a miembros de la Organización Campesina del Sierra del Sur que pretendían participar en un mitin en Atoyac de Álvarez. Los policías acribillaron a los campesinos. Los sobrevivientes aseguran que los herido fueron ejecutados con un tiro en la cabeza. Diez y siete campesinos resultaron muertos. Después de la matanza los policías colocaron armas de fuego en las manos de los campesinos muertos y aseguraron que ellos habían actuado en legítima defensa.

El periodista Ricardo Rocha mostró un video que le llegó en forma anónima a sus oficinas en su programa de televisión. La matanza evidenciaba la inocencia de los indígenas y el abuso de autoridad. Además, contradecía a las versiones oficiales. Como resultado, el gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa, tuvo que renunciar.

Luego vino Acteal, 1997, Rocha hizo un reportaje sobre otra masacre de indígenas en Chiapas. En 1999, produjo una segunda parte del reportaje de Aguas Blancas. El resultado en esta ocasión, fue un exilio corto en Nueva York y su salida de Televisa.

Sin embargo, las dos masacres, Aguas Blancas y Acteal, tuvieron incidencia en las elecciones del 2000 cuando el PRI perdió la presidencia. Sobre todo, estos dos acontecimientos en los que un actor social (el periodista Ricardo Rocha) y no una televisora comercial, reconocieron a un movimiento social indígena.

La huelga de la UNAM

El cambio de siglo en México fue ensombrecido por la huelga en la Universidad Nacional Autónoma de México. Una huelga que dejó divisiones muy marcadas entre la misma comunidad universitaria, en donde al final se había perdido el objetivo del movimiento. Mas la esencia del problema nunca se perdió de vista: una comunidad de 300 mil ciudadanos, la mayoría jóvenes, quienes protestaban por las limitadas oportunidades políticas y sociales, entre ellas el empleo y la desigualdad social.

En tanto el movimiento estudiantil se dividía, el Consejo General de Huelga (CGH), el grupo estudiantil más radical se quedó aislado del apoyo de otras células sociales. El CGH se vio en la necesidad de crear la K-Huelga en la banda FM, para informar y discutir su postura con la comunidad universitaria. Quizás el discurso de la emisora pudo haber sido sesgado y manipulado, pero demostró una vez más cómo un medio puede ser tan potente dentro de una comunidad y traspasar las fronteras de una discusión estudiantil al seno del debate nacional.

Los piqueteros

Los efectos del neoliberalismo—pobreza y crisis financiera—habían llegado para el año 2000 a Argentina, pero parecía que el gobierno no se quería dar cuenta. En cambio pretendía seguir una paridad del pesos con el dólar uno a uno. En diciembre del 2000 estalló una crisis financiera conocida como el corralito. Entre otras cosas, los ciudadanos no podían sacar el dinero de los bancos. La gente no tenía dinero, de un día a otro más del 50 por ciento de la población en Argentina empobreció. El desempleo creció hasta más del 20 por ciento, algo jamás escuchado en el país que había tenido la clase más estable en toda Latinoamérica. Las políticas neoliberales que se habían instaurado en la época de Menem en los noventa surtieron un efecto que terminó en un movimiento social a nivel nacional.

Lo único con lo que sí podía contar Argentina, era con una ciudadanía organizada a través de asambleas de barrios, sobre todo en el sur y oeste de Buenos Aires. Los vecinos se organizaron y salieron a las calles como respuesta de las medidas financieras tomadas por el gobierno. Marcharon haciendo ruidos con cacerolas como señal simbólica de su malestar. Este fenómeno rápidamente, identificado por los medios como los cacerolazos, adquirió una dimensión política y presencia mediática nacional e internacional. La presión civil hizo dimitir a cinc