CMSI-Túnez:
Me cuidan mucho, me da miedo
Al llegar al Aeropuerto de Túnez, los participantes de la CMSI, fuimos
recibidos amablemente por hombre trajeados, de pelo corto y señoritas
uniformadas que nos acompañaron hasta los ómnibus, nos llevaron a
hacer las acreditaciones y de allí a los hoteles.
Todos muy amables. Tanta amabilidad que en realidad parece una forma
de control. Al segundo día de estar en Túnez esto resulta evidente,
nos están controlando.
Tuve que salir de circuito de amabilidad-control para asistir a una
reunión en Hammamet, un lujoso complejo de turismo internacional a 70
Km del centro, donde se hospedan muchos de los asistentes. Fui a
Hammamet en los transportes especiales. La reunión no se hizo y
entonces me encontré que estaba fuera del esquema de transporte-
control, de la Cumbre. No podía volver porque no estaba alojado en
ninguno de esos hoteles. ¿Cómo regresar? Taxi… Debía volver al hotel
para desde allí ir a Le Kram, donde se realiza la Cumbre. Pero no fue
tan fácil. El taxi compartido (tipo mini bus) me dejó en una “central
de taxis” en el centro de Túnez, aunque lejos de mi hotel. Pregunté a
un Policía uniformado cómo llegar e inmediatamente paró un taxi y
después de una discusión en árabe el taxista aceptó la orden de
llevarme. No tuve otro remedio que subir al taxi que me dejó a unas
cuadras del hotel. Era evidente que no quería llevarme. Llego
caminando al hotel. Después, una hora de espera del Bus con el que se
puede ingresar al centro de conferencias donde se desarrolla la Cumbre.
Desde el hotel nos llevan al centro de exposiciones Le Kram en ómnibus
especiales, previo chequear nuestras credenciales.
El ómnibus debe pasar por varios controles. Hacemos kilómetros por
avenidas vacías y embanderadas, donde no circulan más que los
vehículos autorizados. Nadie puede llegar a cerca de Kram sin
credenciales.
El despliegue policial es impresionante. Al mostrar las credenciales
se van abriendo las vallas. Me doy cuenta que al abrirse para nosotros
se cierran para otros. Se percibe que la población local convive con
controles. Los hoteles están vigilados por policías de civil y con
cordones o vallas en las calles. La policía, mayoritariamente de civil,
esta siempre cerca, al igual que las fotos del Presidente Ben Ali.
Quienes vivimos dictaduras militares sentimos aquí un olor a represión
que nos resulta conocido.
Esta vez yo tengo todas las credenciales y se supone que me cuidan. Me
da mucho miedo.