Comunicación para la Democracia y democracia en la comunicación
Desde que anunciamos el Foro, una de las preguntas que nos han hecho reiteradamente es: "por qué en El Salvador?" Lo que hemos entendido implÍcitamente en esta pregunta, es que un evento de la magnitud de la actual solo debÍa realizarse en un pais con peso geopolÍtico. Aunque también podrÍa deberse a un deconocimiento.
Entiendo que estas dudas se explican por un desconocimiento de lo que han significado las iniciativas y las luchas que se han desarrollado en este paÍs por lograr lo que es el lema de este Foro: la Comunicación para la Democracia, y la Democracia en la Comunicación.
En efecto, en la transición hacia la democracia que se vive aquÍ, estas dos premisas figuran entre las principales aspiraciones de quienes actúan por construir una democracia sólida e incluyente.
Promover la comunicación para la democracia supone desafÍos en el plano teórico; pero ante todo, implica acciones prácticas. Para América Latina, El Salvador representa un ejemplo por el fecundo desarrollo de medios alternativos, comunitarios y democráticos, asumido con profesionalismo y solvencia. Lamentablemente, parece que desde los poderes constituidos, no siempre se ha logrado entender el potencial democrático que ello tiene.
Si partimos del criterio universalmente reconocido de que la vigencia de la democracia depende de la participación consciente de los conciudadanos y ciudadanas, resulta indispensable que ellos estén debidamente informados y tengan la posibilidad real de expresar sus particulares puntos de vista a través de los diversos medios y sistemas de comunicación de los cuales dispone una determinada sociedad. A su vez, para la ciudadanÍa, implica la responsabilidad de asumir este reto.
En el contexto actual de los nuevos desarrollos tecnológicos, esta aspiración ciudadana plantea hoy la afirmación del derecho a la comunicación como un derecho universal.
Es más, siendo que la comunicación se ha convertido en un factor gravitante para la vigencia democrática, por no decir un factor de poder, la importancia que ha adquirido significa que la facultad de arbitrarlo no puede ser prerrogativa solamente de los empresarios de este sector y de quienes están vinculados a ellos. Desde una perspectiva democrática, exige una participación efectiva de la ciudadanÍa. Pero ello plantea un requisito fundamental: que la ciudadanÍa tome cartas serias y decisivas en torno al tema. Este reto es aún más grande, pero a la vez más crucial, para quienes han estado sistemáticamente marginados de la comunicación, como ha sido el caso de los pueblos indÍgenas y negros, las mujeres, la población rural, y en general los sectores excluidos social y económicamente.
Es por ello que en este Foro, se ha dado importancia a asegurar la participación de sectores civiles organizados. También conviene destacar que el Foro no es solo un evento. Se ha convertido en un proceso que inició tiempos atrás, y que se ha venido vinculando con muchas otras dinámicas. Como referentes podemos mencionar al Encuentro Latinoamericano de Medios de Comunicación Alternativos, realizado en Quito en 1993, uno de cuyos resultados fue el de plantear a la Conferencia Mundial de Derechos Humanos que tuvo lugar en Viena en ese mismo año, la ampliación del ArtÍculo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos para que se lo conceptualice como el derecho a la comunicación.
En este año, que marca el 50 aniversario de la Declaración Universal, planteamientos en un sentido similar han sido retomados a través de diversos espacios, entre los cuales podemos detacar el Foro Viena + 5, realizado en Ottawa en junio, donde sectores civiles de todo el mundo evaluaron la evolución de los derechos humanos en el mundo desde la Conferencia de Viena. En ese evento, se volvió a insistir de que es fundamental que la ONU reconozca la importancia que en el mundo actual tiene el derecho a la comunicación, con el planteamiento especÍfico de que para el efecto, convoque a una Conferencia Mundial sobre la Comunicación.
En tal sentido, el Foro de San Salvador y los resultados que salgan de él enfrenta el desafÍo y la responsabilidad de reforzar estos planteamientos a la vez que definir acciones y mecanismos para que se pueda avanzar en la causa de la democratización de la comunicación.
Desde ya, aprovecho esta oportunidad para comprometer a las autoridades y a los representantes de organismos internacionales aquÍ presentes, para que se hagan eco de este clamor ciudadano. Pues, el resultado no será otro que la vigencia de sociedades plenamente democráticas, para todas y para todos.