Saludo de Pérez Esquivel
Quiero darles un fraterno abrazo solidario. Quería trasmitirles este fraterno saludo y destacar la importancia del evento en el que se encuentran para tratar la comunicación y la ciudadanía.
Este año es muy particular en la humanidad como son los cincuenta años de la declaración universal de los Derechos Humanos; uno de esos derechos es el derecho a la comunicación, pues necesitamos comunicarnos en la vida unos con otros en esta época que se habla tanto de la globalización. También quiero recordarles que son los cincuenta años de la creación de la Organización de Estados Americanos, y hay que ver cómo podemos potenciar esa organización en nuestro continente, en los ámbitos donde tenemos que desarrollarnos y que nos pertenece por ser nuestra vida y ser integrantes de este continente.
Bien tengo entendido que en esta reunión va haber muchas organizaciones sociales, organizaciones de base, que por allí es posible introducirse y comprender una nueva posibilidad en el trabajo y en las luchas. Si nosotros nos mantenemos aislados perdemos los objetivos hacia donde vamos. Lo importante es que las organizaciones populares vean la forma de generar oxígeno, de intercomunicarse y abrir espacios hasta poder generar una red que nos permita comprender mejor la realidad que vivimos, de allí la importancia de la presencia de todos ustedes y esperemos que ALAI pueda ayudar a fortalecer esos caminos; estoy seguro que así será.
Al hablar de la comunicación, en este momento de la globalización, creo que hay algunos elementos que son fundamentales como la identidad de nuestros pueblos y cómo abrir los espacios para poder comunicarnos, poder compartir y poder construir una sociedad más justa y solidaria.
Cuando hablamos de los ciudadanos, muchas veces los vemos de forma muy abstracta; y es importante que los pueblos dejen de ser espectadores y se asuman como protagonistas de su propia vida y de su propia historia.
Venimos recorriendo en nuestros continentes muchas instancias de lucha y de resistencia; digo que es un continente que vive entre la angustia y la esperanza. Angustia por todo lo sucedido en El Salvador, en esa tierra querida de Monseñor Romero y de tantos mártires del continente que trataron también de transmitir, de comunicarse y de generar consciencia, y creo que estos son los desafíos de nuestro continente en la comunicación y en la participación social.
Espero que el trabajo realizado nos ayude a todos, en no diluirnos en las situaciones abstractas, sino partir del hombre y de la mujer concretos y de las necesidades de nuestros pueblos en una integración solidaria y en potenciar la creatividad; y para esto necesitamos la resistencia cultural, espiritual, y social, frente a los embates que esta sociedad nos impone como es esa tremenda deuda externa que afecta a la vida de nuestros pueblos.
A través de la comunicación, se puede conocer también lo que es la pobreza, la marginalidad, la exclusión. Esto que estamos permanentemente clamando es el Grito de los Excluidos, por una vida más justa y más humana para todos.
A cada uno de ustedes les reitero mi solidario abrazo de paz y bien, seguiremos caminando juntos por la construcción de una sociedad solidaria más justa y más humana para todos. Buen trabajo.