Los réditos de Microsoft en el acuerdo con la ONU

2004-02-05 00:00:00

Bill Gates llegó el pasado 23 de enero al Foro de Davos
con el mensaje bajo el brazo de que todo marcha sobre
ruedas en el imperio Microsoft. Eligió el lugar adecuado
y el momento oportuno para lanzar su último órdago al
anunciar la millonaria inversión en un proyecto de
desarrollo alcanzado recientemente con el Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). La nueva
sociedad entre Microsoft y el organismo para el
desarrollo de la ONU contará con un fondo de mil millones
de dólares de ayuda, durante cinco años, para revitalizar
el proyecto 'Microsoft Unlimited Potential', que impulsa
desde hace un año la Fundación Gates y que pretende
llevar la tecnología de las computadoras a las naciones
en desarrollo.

La contribución de Gates al proyecto tendrá una doble vía
de inversión: a través de la aportación efectiva de
dinero y de material de tecnología software de su
empresa. "Se trata de una nueva iniciativa de asociación
(...) y es totalmente inusual en concepto de donación
corporativa", indicó el fundador de la empresa líder del
sector de la informática, presente -según la revista
Forbes- en el 80% de los ordenadores de todo el mundo.
Gates, eso sí, no quiso decir cuánto, de los mil millones
de dólares, se gastaría en el programa con Naciones
Unidas, pero seguro que no tantos como los réditos que
tiene esta alianza para ambos socios.

En un primera fase Microsoft pondrá sobre la mesa el
montante del proyecto dejando al PNUD la parte
operacional del mismo (construcción de centros
educativos, formación educativa...) Con ello Gates se
garantiza penetrar vía Naciones Unidas en los mercados de
países en desarrollo carentes de tecnología, mientras que
el PNUD podrá cumplir con una parte de los objetivos
marcados en el Informe sobre Desarrollo Humano de 2001:
la implementación de las TIC (Tecnologías de la
Información y la Comunicación) en los "países pobres".
Además, a través de esta 'cooperación interesada'
Microsoft fortalece su imagen de marca tanto en
occidente, omnipresente en el sector de la informática,
como en los países beneficiarios de esta donación:
Egipto, Mozambique y Marruecos.

Así se traduce a vote pronto esta "nueva iniciativa de
asociación", que de novedosa tiene más bien poco por el
carácter meramente comercial de la iniciativa. De hecho,
se esconden otras motivaciones detrás de este acuerdo
anunciado por Gates en el Foro Económico, donde la máxima
es el beneficio. El magnate estadounidense dejó claro que
la inversión material del citado acuerdo no suponía el
favoritismo de sus productos, aunque lo cierto es que los
equipos y los programas de enseñanza pertenecen a su
compañía: "No hay exclusividad de nuestra marca, pero
nuestro papel incluye también la capacitación de los
programas de las computadoras, que son muy populares, y
que casualmente pertenecen a Microsoft", indicó Gates.
Además afirmó que se trataban de las versiones más
recientes de su software, pero que los centros de
informática que creará el PNUD en estos tres países
tendrán la libertad de expandirse con otro tipo de
software, "incluido el de la fuente abierta Linux",
aseguró.

Buenas intenciones que tienen bastante de media verdad
encubierta. Este ejercicio de monopolio de Microsoft
tiene un antecedente cercano en la firma de un acuerdo
entre la multinacional de la informática y el gobierno de
México. Ambos se comprometieron a instalar equipos
informáticos en las 1.200 bibliotecas públicas mexicanas
como parte de la iniciativa 'Hacia un país de lectores',
firmada en abril de 2002. Una excelente propuesta social
sino fuera que las arcas públicas tienen que costear, dos
años más tarde, más de 3.500 millones de dólares a
Microsoft en concepto de licencias y renovación de las
computadoras, según reconoce el informático Miguel de
Icaza, principal promotor del uso de software libre en
México. Afganistán, experiencia piloto

Los buenos resultados comerciales de la experiencia
piloto entre Microsoft y el PNUD puesta en marcha en
Afganistán han sido clave para que Gates invirtiese mil
millones de dólares en este proyecto. El proyecto
iniciado en abril de 2003 ha dado acceso a computadoras y
programas de aprendizaje en 16 centros regionales de
Afganistán y espera capacitar a 12.000 afganos por año.
Es paradójico cómo uno de los países más pobres del mundo
se lanza a toda prisa a la era de las computadoras y de
Internet cuando todavía carece de la infraestructura
básica -carreteras, electricidad, agua potable-, así como
de estabilidad y paz, aunque eso parece importar más bien
poco al PNUD. Eso sí, Microsoft ha agradecido la
complacencia de los afganos permitiendo que sus
habitantes recuperen su dirección de Internet. Ahí es
nada.

Otros de los futuros beneficiarios del plan 'Microsoft
Unlimited Potencial' -nombre bastante clarividente, por
otro lado- son Egipto y Marruecos. Ambos son importantes
aliados de la administración estadounidense y su elección
atiende a intereses políticos además de comerciales. El
litigio que mantuvo el gobierno norteamericano contra
Microsoft a principios de 2000 devaluó la imagen pública
de la compañía. Por lo que la inversión en estos dos
países no hace sino perpetuar la sintonía entre Microsoft
y el gobierno de Estados Unidos por el bien del futuro
del Imperio Gates.

Como buen empresario, las 'donaciones corporativas'
representan para Bill Gates inversiones y deben, por lo
tanto, fincar compromisos como ha ocurrido en México.
Compromisos que se deben alcanzar por cualquier vía,
incluso la coercitiva: caso de la India. Después de que
el Departamento de Información indio anunciara que todos
los servicios en línea de las instituciones educativas y
gubernamentales correrían en plataformas de software
libre Linux, Bill Gates contraatacó afirmando que la
Fundación que lleva su apellido donaría una considerable
cantidad de recursos para combatir la propagación del
sida en ese país. Poderoso caballero es don dinero.

* Mateo Balín. Agencia de Información Solidaria