Visita de la Relatoras de la Comisión Interamericanas de Derechos Humanos

Informe sobre las Mujeres Indígenas Colombianas

2005-09-16 00:00:00

“La
situación de las mujeres indígenas, que representan el
49% de la población indígena total, es particularmente
preocupante. Por una parte, los pocos indicadores disponibles indican
que los niveles de desarrollo humano de las mujeres (educación,
nutrición, salud y otros) están por debajo de la de los
hombres indígenas y de la población no indígena
en general. Al menos el 60% de las mujeres en
situación de desplazamiento no tienen acceso a los servicios
de salud. Las niñas y niños que han sido desplazados
presentan altas tasas de desnutrición, enfermedades
respiratorias, diarrea y deshidratación y muchos de ellos son
forzados a migrar a las zonas urbanas para evitar el reclutamiento
por parte de los grupos armados”.

Informe
Final del Relator Rodolfo Stavenaguen[1]
Presentación
del informe
Este
es un informe que busca visibilizar la situación e impactos
que tiene la guerra en las mujeres indígenas, ubica
problemáticas que a nuestro modo de ver son los más
relevantes en cuanto al impacto del conflicto armado en las mujeres
indígenas. En este sentido, se plantea cómo la
ingerencia, la presión de los grupos armados y la política
de seguridad democrática del actual gobierno golpea a los
Pueblos Indígenas incluidas a las mujeres, en particular en
cuanto al desplazamiento forzado, bloqueo y confinamiento,
asesinatos, desapariciones, torturas, agresiones, acoso sexual y el
impacto de las fumigaciones con glifosfato en zonas de cultivos de
uso ilícito.

Las
violaciones a los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas se
han incrementado durante este gobierno; los asesinatos, masacres,
desplazamiento forzados, agresiones, desapariciones, tortura,
bombardeos, bloqueos y confinamientos han aumentado
notoriamente[2].
Por ejemplo, en los pueblos Kamkuamo, Nasa, Koreguage y Wiwa
han eliminado un número importante de autoridades y líderes.
Infortunadamente, tenemos que decir que ya son tres Pueblos Indígena
(Pueblos, Kankuamos y Wiwa, y la organización, Consejo
Regional Indígena de Caldas) que cuentan con Medidas
Cautelares de la Corte Interamericana de DDHH y pese a ello, se
continúan asesinado, señalando y deteniendo a sus
líderes.

La
actual política gubernamental de “lograr la paz a las
buenas o a las malas”, enmarcada en la política de
seguridad democrática para imponer su particular concepción
de estado comunitario y reelección presidencial han
incrementado aun más el conflicto social y político
colombiano y por consiguiente el impacto sobre nuestros pueblos y
comunidades. Eso lo vemos con la implementación de la campaña
militar contra las FARC, denominada “Plan Patriota”
que se está desarrollando en el sur del país, en
la que el ejército dispara primero y pregunta después;
con la criminalización y persecución a los movimientos
sociales y líderes indígenas expresada a través
del señalamiento de líderes y autoridades indígenas
y las detenciones masivas y preventivas, que por demás son
arbitrarias; con la red de informantes, instalación de
batallones en territorios indígenas, reclutamiento forzoso de
jóvenes y soldados campesinos, que no hacen otra cosa que
desconocer a las autoridades, gobierno y justicia propia de los
Pueblos Indígenas.

Como
si fuera poco, con la política y lucha antidrogas las
fumigaciones en los parques naturales y resguardos indígenas
se han incrementado, sin que ello signifique una reducción del
sembrado de la hoja de coca de uso ilícito, pero
si perjudicando a la población indígena y los
ecosistemas.
No
es casual que la guerra se esté agudizando
en los territorios indígenas, pues éstos constituyen
zonas de una alta importancia geoestratégica para la
acumulación de capital extranjero y nacional, pues sus
áreas concentran riqueza mineral, energética,
forestal, hídrica, de biodiversidad y son estratégicas
para el desarrollo de la infraestructura vial (marítima,
fluvial y carreteable). Por ejemplo el proyecto de
la siembra del monocultivo de la Palma Aceitera que se viene
desarrollando en varios lugares del país, algunos coinciden
con territorios indígenas como el Uraba Chocoano, Costa
pacífica de Nariño, Meta y Arauca; o la construcción
de represas Multipropósito en Territorio Kankuamo y Katío,
han estado acompañadas de campañas de extermino,
criminalización o desestructuración social y cultural
de la población indígena. Ante estos hechos los
Pueblos Indígenas han reafirmado y estructurado planes
de resistencia en sus territorios y por la autonomía de ellos.

Es
importante señalar que no es fácil mostrar un panorama
completo de la situación de Derechos Humanos y Derecho
Internacional Humanitario, pues existe insuficiencia de datos
estadísticos e información sistematizada y discriminada
entre hombres y mujeres indígenas, así como el
componente étnico aun no se encuentra bien desarrollado ni se
ha incorporado la variable de los derechos de los Pueblos
Indígenas. En cuanto al número de mujeres solo se tiene
un aproximado (49% de la población indígena), pero en
ella no se cuenta la gran cantidad de mujeres indígenas que
están en las ciudades o que hacen parte de los pueblos
que no han sido reconocidos por el Ministerio del Interior y la
Dirección de Etnias entre muchas acciones que tienden a
invisibilizar a los Pueblos Indígenas.

Por
lo anterior, somos conscientes que este informe presenta carencias
estadísticas. Es un esfuerzo de las mujeres indígenas
por visibilizar su situación, la cual se reforzará en
el y transcurso de su visita con la entrevistas con las
organizaciones y mujeres.
Finalmente
somos conscientes que este informe solo abarca una parte de la
situación de las Mujeres Indígenas y sus derechos como
partes de los Pueblos Indígenas, en el transcurso de su visita
las mujeres irán relatando su situación y visión
frente al conflicto y la misma realidad de los Pueblos Indígenas.
Contexto
general de los Pueblos Indígenas en Colombia[3]

En
Colombia -un país diverso y multicultural- existen 92 Pueblos
Indígenas, con una variedad lingüística de 64
lenguas que constituyen el 2% de la población general de las
cuales el 49% son mujeres, y están distribuidos más o
menos en un 27% del territorio colombiano. De los 92 pueblos 84 están
reconocidos por la Dirección de Etnias del Ministerio del
Ministerio del Interior. Un 35% de Pueblos Indígenas no
sobrepasa 200 personas en su población.

Ubicación
geográfica de los Pueblos Indígenas en Colombia.

Las
mujeres indígenas queremos seguir en el territorio, fortalecer
la cultura y criar a nuestros hijos en paz!

Dentro
de ese contexto las mujeres indígenas sufren toda clase de
atropellos, no solo físicos sino culturales, tal como ha
ocurrido por ejemplo con los asesinatos de las compañeras
Wayúu de bahía Portete y con el etnocidio de los Wiwas,
Kankuamos en la Sierra Nevada de Santa Marta. Lo anterior se da
porque, sin excepción alguna, es en los territorios indígenas
donde se desarrolla las confrontaciones armadas, unas veces por ser
lugares estratégicos desde el punto de vista militar y otras
por ser sitios de importancia económica para el narcotráfico
y multinacionales.

Impacto
de la presencian de los grupos armados. Conflicto armado.

“El
Conflicto colombiano puede provocar la desaparición de pueblos
indígenas... Incluso existe el temor que, si la tendencia
presente se mantiene, algunos grupos más pequeños y más
vulnerables y sus culturas, puedan desaparecer, en la medida que son
forzados a abandonar sus tierras ancestrales y a dispersarse-
posiblemente para nunca volver",

Señaló
el portavoz del ACNUR Ron Redmond a periodistas reunidos en Ginebra a
finales de mayo en la Asamblea anual sobre los Derechos Humanos de
las naciones Unidas”.
A
la Mujeres Indígenas les toca vivir la otra cara de la guerra,
enfrentar el terrible problema del desplazamiento forzado. Así
habla una mujer indígena respecto a su situación “Si
es un desplazamiento interno se presentan
problemas porque están rompiendo con el equilibrio de nuestros
ecosistemas. Si es a centros urbanos se complica un poco más,
ya que la mayoría de nuestras compañeras no saben muy
bien el español, se asustan ante la inmensidad de la ciudad,
el anonimato y la falta de solidaridad de sus habitantes, nos mata el
recuerdo de nuestros montes y selvas y de sus sonidos.
Nos enfrentamos a nuevos problemas para criar a nuestros
hijos y relacionarnos con nuestros compañeros, por no ser la
ciudad nuestro medio habitual. Nos persiguen las imágenes
de la angustia cuando tuvimos que salir corriendo con lo poco que
teníamos o podíamos cargar para hacerle quite a
la muerte y desolación, en medio de esta angustia, quedamos a
cargo de la familia aceptando actividades que no son tradicionales a
nuestras culturas como el emplearnos en el trabajo doméstico,
o en el peor de los casos llegar a vender nuestros cuerpos”.
Otras mujer comenta frente al desplazamiento “ A las Mujeres
Indígenas nos toca pelear para que nos reconozcan como
desplazadas, pelear para acceder a la salud y la educación que
no es propia, preparar alimentos con comida ajena a nuestra
cultura y cuerpo, ; luchar para que nuestras familias no se
desintegren y los hijos no pierdan nuestra cultura”.

El
desplazamiento forzado ya ha sido una estrategia empleada por los
diversos grupos armados para expulsar a los Pueblos Indígenas
de sus territorios, en Colombia hay cerca de 20.000 indígenas
en situación de desplazamiento producto de la presión
de los grupos armados. Estos 20.000 implican un gran número
para los Pueblos Indígenas pues puede ser un pueblo entero.
Sin embargo hay otras formas de desplazamiento que igualmente pueden
son silenciosas, como las migraciones de las mujeres indígenas
para emplearse como trabajadoras domésticas en las cabeceras
urbanas y grandes ciudades, o el tráfico con mujeres y sus
hijos en las grandes ciudades para hacer parte de una red de
mendicidad, por ejemplo, actualmente en Bogotá se encuentran
cerca de 34 familias Embera Chami y Katío de los
departamentos de Risaralda y Choco, en situaciones de indigencia y
prostitución.

Igualmente
a las mujeres indígenas les toca afrontar el acoso sexual de
los militares (de cualquiera de los grupos armados), bien sea a la
fuerza o ver como ellos seducen a las Mujeres Indígenas
jóvenes. Son ya reiteradas las quejas de las autoridades
indígenas en el país, por que no ha sido posible que
ni la justicia indígena, ni la nacional, puedan
responder frente al creciente madresolterismo producto de la
presencia de los grupos armados y colonos.

En
los departamentos de Vaupés y Vichada en los asentamientos del
ejército, cercanos o en los territorios indígenas, han
aumentado el número de jóvenes solteras embarazadas; en
Araracuara Vichada, existe un número aproximado de 20 Jóvenes
embarazadas por los soldados de un Batallón del Ejercito; “
las jóvenes y sus mamás gritaban angustiadas,
pidiendo responsabilidad de los soldados mientras los aviones se
lleven la tropa”, Relata un líder indígena
de la zona.

El
enamoramiento de mujeres indígenas jóvenes no solo es
utilizado como una estrategia distractora de las tropas, también
se constituye en un mecanismo para sacar información sobre “el
enemigo” y apoyo al usar a las mujeres jóvenes y niños
como estafetas y correos humanos, en el caso de las mujeres se
utiliza un acercamiento por la vía sentimental
para crear una base de apoyo.

Otro
tanto ocurre con el maltrato de miembros de los grupos armados hacia
las mujeres indígenas, quienes son obligadas a cocinarles,
lavarles la ropa y atenderlos como si fueran parte s de sus familias
o de la comunidad.
Unas
de los actos más aberrantes y denigrantes de la guerra
es el acceso carnal violento de las mujeres; como una
demostración de fuerza y de humillación del enemigo.
Pero, si en algo, existen subregistros es en este tipo de
violaciones, en los dos últimos años solo se han
registrado 28 casos. Pues para muchas culturas indígenas
la violación de una mujer es motivo de vergüenza
pública y de toda la comunidad, así que estos casos son
tratados o por las autoridades tradicionales y/o médicos
tradicionales, haciendo lo posible porque no trascienda la esfera de
la familia.

Por
otro lado en el caso de los Nukak Maku, entregan a los niños a
los dueños de los grupos armados y narcotraficantes para que
desde pequeños trabajen en los cultivos de coca o en los
ejércitos armados.

Cuadro
No. 1 Registro de violaciones .AÑO 2004

Cantidad

Edad
De Las Víctimas

Responsable

Departamento

P.Indigena

6

17,20,16,16,40,18

Fuerza
Publica

Choco

Embera

1

16

Auc

Nariño