Los pueblos indígenas y afrodescendientes de Abya Yala, somos pueblos milenarios. Originarios unos, obligados a establecerse en estas tierras los otros, pero que en nuestra esencia hemos sido respetuosos de la pacha mama. No somos sus dueños, somos sus hijos, así como los otros seres vivos y espirituales que aquí existen.

La armonía con que hemos convivido con la naturaleza la demuestra el hecho de que hoy en nuestros territorios existe la mayor biodiversidad del planeta, después de que fuimos despojados de nuestros territorios por los colonizadores y empujados a lugares para ellos inhóspitos.

Los modelos capitalistas se han caracterizados por el saqueo, la explotación de los recursos naturales y humanos, con el único fin de acumular bienes materiales en manos de cada vez menos; por esa causa los pueblos indígenas y afrodescendientes hemos sufrido y seguimos sufriendo: represión con violaciones a nuestros derechos humanos y como pueblos, ocupación militar, paramilitarización, invento de delitos o coptación de nuestros dirigentes, desalojos de nuestras tierras, migración forzada, externa, así como el peso de la deuda y la criminalización de la protesta social.

A pesar de que hemos sido obligados a vivir en resistencia durante más de 500 años, hoy no necesitamos las alternativas de desarrollo que nos ofrecen gobiernos y organismos multilaterales. Sus alternativas no son más que cuentas de vidrio y espejos que ya no nos van a engañar. Nos sumamos al rechazo generalizado de planes, megaproyectos y tratados comerciales.

Hacemos un extrañamiento al sistema de Naciones Unidas por haber declarado un Decenio de las poblaciones indígenas hueco, ya que no realizó las acciones necesarias para aprobar la Declaración universal de los derechos de los pueblos indígenas y a la OEA por su falta de disposición para modificar la Declaración Americana de los Derechos de las “Poblaciones” Indígenas con la participación y decisión de los pueblos indígenas.

Tanto los pueblos y nacionalidades indígenas como los afrodescendientes, diseñaremos y estableceremos nuestros propios modelos de libre determinación teniendo como base la afirmación de lo propio; en el marco del respeto a la soberanía de nuestros países, pero sin esperar el reconocimiento legal por parte de ellos; para así construir estados plurinacionales, democráticos, incluyentes, participativos, que ofrezcan una vida digna a todos sus habitantes.

Las realidades que nos lastiman, también agreden a los otros sectores de la sociedad, por lo que en este espacio establecemos nuestro compromiso de caminar junto a los movimientos sociales y organizaciones que luchan por un mundo donde quepan muchos mundos, con una agenda común que ratifique nuestro compromiso con la vida y la libertad.

Quito, julio 30 del 2004.