Bolivia: Masacre a pueblos indígenas
Masacre total y generalizado del pueblo indígenas por el genocida
Gonzalo Sánchez de Lozada.
Los Andes (el altiplano y valles) ha sido convertido en campo de una
de las masacres más sangrientas por unas fuerzas armadas y policía
desbocadas en servicio y protección de Gonzalo Sánchez de Lozada.
Desde el comienzo de esta sanguinaria guerra de exterminio el
Gobierno "democrático" y "constitucional" no ha trepidado un instante
en ordenar el ametrallamiento de un pueblo indígena desarmado y por
el solo hecho de protestar por la defensa del recurso GAS. Desde las
desgraciadas jornadas de Febrero Negro (11 y 12), luego la inicial
masacre de Warisata/Sorata y la conflagración iniciada el jueves 9 de
octubre en el paraje de Ventilla (ciudad de El Alto), esta guerra
unilateral cobra diariamente un promedio de 20 muertos, ahora misma
en apenas media jornada los muertos en distintos puntos de la
ciudades de La Paz y El Alto ya rebasan la decena; y los mineros que
venían de la ciudad de Oruro están siendo literalmente cazados como
animales en las pampas de Patacamaya (100 kms de La Paz)
Gonzalo Sánchez de Lozada, descendiente de colonizadores españoles,
al ordenar la masacre sistemática de aymaras, qhichwas y guaranis
está mostrando su total desprecio a la vida y el sentimiento
colectivo del pueblo indígena. Como colonizador el único y supremo
interés que le anima, como a Gonzalo Pizarro de 1538, es el saqueo de
nuestros recursos naturales y la explotación de nuestro pueblo y para
sostener esta empresa: la violencia más burtal, asesinato en masa y
genocidio.
Ante esta situación la demanda indígena y popular de preservar el
recurso GAS, pasa a un evidente segundo plano, por cuanto la dignidad
de la Presidencia de la República, no puede continuar en manos de un
psicópata, que no solo ordena masacrar a la población civil sino a
los mismo soldados conscriptos, que por negarse a disparar contra su
gente están siendo asesinados por la espalda por los servicios de
inteligencia.
A pesar de los más de 100 caídos en esta masacre los aymaras y
qhichwas de las ciudades, las minas y el campo estan decididos a
cercar al genocida hasta que abandone nuestra sagrada Pachamama o en
su caso pague todos los crímenes de lesa humanidad que está
cometiendo en total impunidad al amparo de un supuesto orden legal y
constitucional.
Las balas y metralla se acaban pero la fuerza del pueblo indígena es
eterna tal cual señalara Tupaj Katari (1781) "Nayaruw Jiwayapkista,
waranqa waranqanakaw kutt'anixa" (Volveré y Seré Millones)
Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu
Chukiyawu/La Paz , 15 de octubre de 2003