El 8 de marzo seguimos luchando, las mujeres indígenas hemos venido luchando desde siempre. Por mucho tiempo fuimos invisibilizadas, debido al sistema dominante occidental patriarcal que nos niega lo espacios que nos son propios. Por mucho tiempo hemos sido sujetas de la discriminación y el racismo. Pero esto se acabó, las mujeres indígenas nos hemos levantado y hacemos oír nuestras voces.
 
Estamos cansadas de la opresión a la que hemos sido sometidas injustamente, por eso luchamos desde nuestros espacios: el hogar, la familia, nuestras organizaciones. Desde nuestros cuerpos y nuestras memorias. Luchamos para defender nuestros derechos, los derechos de nuestros pueblos indígenas y los nuestros propios. Derechos que nos fueron arrebatados, pero que día a día recuperamos, gracias a nuestro propio esfuerzo y entrega. 
 
Las mujeres indígenas luchamos por retomar nuestros espacios, luchamos por que nuestra voz sea escuchada cada día, por que se tomen en cuenta nuestras ideas, perspectivas, inquietudes e iniciativas en todos los ámbitos sociales, económicos, culturales y políticos. Luchamos para ser escuchadas al igual que nuestros compañeros varones, porque estamos conscientes de que ambos tenemos los mismos derechos y los reclamamos con justicia. El velo de la ceguera de la discriminación y la inequidad ha caído. Y las mujeres indígenas luchamos hoy.
 
Las mujeres indígenas luchamos por la defensa de nuestro territorio y la protección de la Pachamama, la Madre Tierra que nos ha dado y da de comer durante miles de años, pero que hoy se ve afectada por la utilización discriminada de sus bienes naturales por parte de las industrias extractivas, que han explotado nuestros territorios en pos de un “desarrollo” o “progreso” que no ha beneficiado en nada a nuestros pueblos. Por el contrario, ha deteriorado nuestros medios de subsistencia ancestral.
 
Por eso ahora las mujeres indígenas luchamos y nos levantamos, exigimos el respeto a nuestros territorios, a nuestros bienes naturales y la continuidad de nuestras prácticas ancestrales, pues somos nosotras las preservadoras y responsables de la cosmovisión indígena, de la identidad de nuestros pueblos.
 
Las mujeres indígenas luchamos por que nuestros derechos humanos y colectivos sean respetados, porque nunca más serán vulnerados. Porque nos cansamos de la opresión,  porque hoy conocemos nuestros derechos y los exigimos. Para nosotras, nuestras familias, nuestras comunidades, nuestras organizaciones, nuestros países. Los exigimos desde nuestros espacios, desde nuestros cuerpos, porque nunca más callaremos.
 
 
Las mujeres indígenas luchamos hoy contra todas las formas de violencia y discriminación, porque durante mucho tiempo hemos callado los abusos que hemos soportado. Porque nos cansamos de llevar el cuerpo adolorido y el alma quebrada, porque esto nunca más se repita, para que haya justicia, y esa justicia llegue a donde quiera que caminemos.
 
Las mujeres indígenas luchamos por lograr el buen vivir para nuestras comunidades, para que se respeten nuestros modos de vida, en armonía y equilibrio con la naturaleza, hoy más que nunca que nuestro planeta nos está pasando factura y da señales de auxilio. Por eso luchamos, para restablecer nuestros modos de vida y que este sea un ejemplo para el mundo entero.
 
Por eso hoy 8 de marzo las mujeres indígenas continuamos luchando. Y lo seguiremos haciendo por nosotras, por nuestras familias, por nuestras comunidades, por nuestras organizaciones y por nuestros países. Pues un mundo sin nosotras ya no es posible.
 
¡Nunca más un mundo sin nosotras!
 
Marzo 8 del 2012,
 
Nancy Iza Moreno
Coordinadora de la Mujer CAOI
Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas – CAOI
Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia, Chile, Argentina
 
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