Solidaridad con los estudiantes chilenos
Basta de represión: la educación es un derecho que el neoliberalismo no puede pisotear. Hay cerca de un millar de detenidos menores de 14 años.
Desde hace seis meses, los estudiantes chilenos de todos los niveles y sectores se están movilizando en demanda de un derecho fundamental: la educación gratuita. Medio centenar de ellos tomó ayer la sede del Congreso y fueron violentamente reprimidos. Una prueba más de que en nuestro continente neoliberalismo y represión son las dos caras de una misma moneda.
Los estudiantes ocuparon la sede del Congreso en demanda de un plebiscito por la educación, cuando se encontraba allí el Ministro de Educación Felipe Bulnes con un grupo de parlamentarios discutiendo el presupuesto público del 2012 para el sector. Mientras los estudiantes eran apoyados por manifestantes en los exteriores del edificio, el Presidente de la Cámara de Diputados Patricio Meleros ordenó a los Carabineros que los desalojara.
El resultado: violentos enfrentamientos y cinco detenidos. Estos se suman a los 1781 detenidos desde que se iniciaron las movilizaciones, según cifras reveladas por la Fiscal Cecilia Pérez, entre los cuales hay 949 menores de 14 años.
Esta es la historia de la imposición del neoliberalismo, que en nuestros países arrasa con los derechos elementales, que concibe a la educación como un “servicio”. El artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece claramente que la educación es un derecho y que ésta debe ser gratuita.
Así como la Ley Antiterrorista con la que se procesa a los presos políticos mapuches es una herencia de la dictadura de Augusto Pinochet, el conflicto por la educación también lo es. Cuatro días antes de dejar el poder, el dictador chileno emitió la Ley Orgánica Constitucional de la Enseñanza, que puso la educación en manos del sector privado y redujo al Estado a un papel tibiamente regulador. En 2009 se dio una Ley General de Educación que poco o nada cambió.
Las movilizaciones estudiantiles fueron iniciadas en abril de este año por la Confederación de Estudiantes de Chile, que agrupa a estudiantes universitarios. Progresivamente fueron sumándose a las marchas y extendiéndolas a todo el país las organizaciones de estudiantes secundarios, alumnos de centros de formación técnica y de institutos profesionales.
Los estudiantes chilenos son también nuevos actores políticos, como los millones de indignados de todo el mundo. Indignados por un modelo económico que ya no sirve, que hay que cambiar. Es una manifestación contra un sistema que ha demostrado su inhumanidad, su desprecio por la vida. Que en nuestros países latinoamericanos fue impuesto a sangre y fuego.
Chile, el gran modelo de los neoliberales, el del crecimiento económico y libre mercado, el que sufrió durante 17 años una de las peores dictaduras del continente, es ahora un modelo de resistencia y lucha contra el sistema capitalista neoliberal que necesita nuestra solidaridad.
La Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI) saluda y se solidariza con la lucha de los estudiantes chilenos, exige el cese de la represión y la atención de sus demandas, que no es más que el ejercicio de sus derechos.
Lima, 21 de octubre del 2011.
Miguel Palacín Quispe
Coordinadora General CAOI
Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas – CAOI
Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú, Colombia, Chile, Argentina