La resistencia de los pueblos como única alternativa…
Durante más de cinco siglos los pueblos indígenas de Abya Yala, hemos resistido y persistido la barbarie de diversos imperios y poderes que a lo largo del tiempo han pretendido arrebatarnos y despojarnos de nuestros territorios. El genocidio y etnocidio han sido los métodos utilizados para exterminar comunidades enteras, provocar miedo, destrucción de la cultura, identidades y cosmovisiones de nuestros pueblos y silenciar las luchas por la vida, ese horror ha sido justificado con el racismo.
Desde las carabelas, hasta las grandes transnacionales explotadoras de estos tiempos, una constante ha sido el despojo y saqueo de nuestras tierras ricas en biodiversidad, la riqueza del suelo y subsuelo, los minerales, agua. Se ha amenazado nuestras tierras fértiles para la siembra de nuestro sagrado alimento: el maíz. Desde el inicio de la invasión los pueblos hemos vivido la discriminación, el racismo y la opresión.
Durante el conflicto armado interno, mediante políticas contrainsurgentes y con el racismo como justificante, el Estado de Guatemala a través del ejército como institución cometió genocidio contra el pueblo maya; políticas de tierra arrasada, adoctrinamiento, desplazamiento, violencia sexual contra las mujeres y otra serie de delitos de lesa humanidad, fueron implementadas contra población inocente, dejando como resultado la destrucción parcial de nuestros pueblos.
El papel que han jugado los gobiernos ha sido de complicidad con las empresas trasnacionales y hacia las políticas neoliberales, criminalizando nuestras luchas, asesinando, secuestrando, manipulando y persiguiendo penal y judicialmente a varios líderes-liderezas comunitarios y dirigentes de organizaciones populares.
Nuevamente, vemos cómo el poder económico y militar de Guatemala, pretende desalojarnos de nuestros territorios para culminar con sus proyectos de acumulación de riqueza a toda costa. Los desalojos violentos son una muestra de que el Estado continúa utilizando los mismos mecanismos de terror y opresión: la tierra arrasada, la violencia sexual, desplazamiento. Casos que son ejemplo: los violentos desalojos en el valle del Polochic, Santa Cruz Mulua, los más recientes desalojos en los municipios del Peten que tuvo como consecuencia 91 familias refugiadas en México, donde el patrón ha sido los asesinatos, destrucción de cultivos, quema de viviendas, y decena de heridos y encarcelados.
En Guatemala, el racismo, en sus diferentes manifestaciones, ha sido utilizado para mantener subyugada a la población maya, y se busca destruirla cuando ésta obstaculiza la concreción de la hegemonía neoliberal. Así mismo, mediante mecanismos de dominación obliga a una población mayoritariamente indígena a despojarse de su base económica y espiritual, limitando de esta forma, el desarrollo integral y una mejor calidad de vida de las comunidades.
Siguiendo el ejemplo de nuestros ancestros hoy más que nunca profundizamos la resistencia, ante el devastador modelo de consumo y extractor de recursos que llevan al límite la crisis ecológica y ambiental que amenaza hoy día la existencia de nuestros pueblos y de la humanidad en general. Los pueblos seguimos nuestras luchas contra ese poder que no cesa de atacarnos con el objetivo de desaparecernos. En todas nuestras comunidades continuamos organizados, proponiendo, defendiendo, practicando nuestra espiritualidad, nuestra forma de organización política, nuestra cultura. Nuestra memoria histórica construida milenariamente por nuestros ancestros y la lucha contra el genocidio e impunidad por la memoria de nuestros mártires con el fin de que los hechos de lesa humanidad no se vuelvan a repetir. Ante ello, se hace necesario un castigo ejemplar a los autores materiales, exigimos una profunda y verdadera investigación a los hechores intelectuales para ser juzgados y castigados conforme a las leyes nacionales e internacionales por el genocidio cometido en Guatemala.
Hacemos un llamado al pueblo en general, en especial al Pueblo Maya a defender el Territorio y la Madre Tierra, a respaldar nuestras luchas para la búsqueda de formas autónomas y alternativas de representatividad. Prepararnos organizativa y políticamente ante la llegada del próximo gobierno electo el 6 de noviembre ya que ninguno de los dos responde a las verdaderas transformaciones a nuestra situación de empobrecimiento, hambre y desempleo, sino más bien son cómplices del modelo neoliberal depredador.
Alertamos del interés por aprobar leyes en el congreso como la Ley marco para la seguridad de la biotecnología, la cual avala el cultivo de semillas transgénicas amenazando la semilla criolla, generando dependencia económica, contaminando nuestros cultivos a través de la polinización, beneficiando a las trasnacionales forzándonos a comprar su paquete tecnológico como a Monsanto, Syngenta, Bayer, entre otros, estas iniciativas son parte de la propaganda de los partidos en contienda electoral. Asimismo la Ley sobre cambio climático, la cual plantea la implementación de los programas REDD+ (reducción de deforestación evitada) de cambio climático, que tiene como objetivo impulsar programas de adaptación y amortiguación implementada a través de bonos a personas, familias o comunidades por el mantenimiento de los bosques. Para nosotros significa la privatización de los bosques y en especifico del oxigeno que se genera, dando pauta a que los países desarrollados continúen contaminando en tanto que los países pobres oxigenamos el planeta.
No nos callaron, no nos callarán.
Nuestros abuelos y abuelas nos guían en este camino.
12 de octubre
“Día de la Dignidad y Resistencia de los Pueblos”