Banco Mundial no puede administrar el Fondo Verde porque financia proyectos de energía sucia causantes de la crisis climática

2011-06-28 00:00:00

La Conferencia de Partes 16 (COP16) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, reunida en Cancún, México, en diciembre del 2010, no logró llegar a acuerdos sobre dos temas centrales: los índices de reducción de emisiones de los gases de efecto invernadero y el futuro del Protocolo de Kioto. Como siempre, los países industrializados, responsables de la crisis climática, eludieron su responsabilidad histórica y se perdieron en el debate de falsas soluciones para la adaptación, sin atacar las causas del problema.
 
Los participantes de la COP16, delegados de 193 países, sí aprobaron una serie de acuerdos que establecen un nuevo fondo global, de cien mil millones de dólares, cuyo objetivo es ayudar a los países en vías de desarrollo a reducir sus emisiones de carbono y enfrentar el impacto del cambio climático: el Fondo Verde.
 
Las respuestas de los movimientos sociales en general y de las organizaciones indígenas en particular, tuvieron una coincidencia central: que el Fondo Verde no sea administrado por el Banco Mundial (BM). Las razones son sencillas: esta institución financiera internacional es manejada por los países ricos y financia proyectos de infraestructura y extractivos que alimentan la crisis climática.
 
Amigos de la Tierra Internacional ha elaborado un informe de 28 páginas titulado Banco Mundial: catalizador del cambio climático devastador. El rol del Banco Mundial en la inversión en energía sucia y los mercados de carbono. Este informe, “analiza las inversiones cada vez mayores que dirige el Banco a los combustibles fósiles, en especial el carbón, y su continuado apoyo a las represas, aunque estas implican el desplazamiento de comunidades enteras, generan emisiones de gases de efecto invernadero y conllevan otros impactos ambientales adversos”.
 
Del citado documento extraemos cifras y datos concretos que demuestran la inviabilidad de entregarle la administración de un fondo destinado a enfrentar el cambio climático precisamente a una entidad que contribuye a producirlo. Una contradicción insalvable. En esta primera entrega, nos referiremos solo a las inversiones del BM en “energía sucia”.
 
Hablan las cifras
 
·         En el 2010, el BM invirtió 6600 millones de dólares en el financiamiento de combustibles fósiles. Un 116% más que en el 2009.
·         De ese total, 4400 millones de dólares se invirtieron en proyectos asociados al carbón: 365% más que en el 2009.
·         Entre el 2007 y el 2010, el BM invirtió 6500 millones de dólares en el desarrollo de energías en base al carbón.
·         Entre 2008 y 2010, los combustibles fósiles representaron el 56% de sus inversiones.
·         Los proyectos financiados por el BM y su brazo prestamista al sector privado, la Corporación Financiera Internacional (CFI), generaron el 2008 emisiones que representaron el 7% del total de emisiones anuales del sector de la energía y casi el doble del total de emisiones anuales del sector energético de África.
 
Centrales de carbón y sus impactos
 
El carbón es el más contaminante de los combustibles fósiles. Las inversiones más importantes del BM y la CFI en este rubro son:
 
·         2008: CFI. 450 millones de dólares a la central eléctrica a carbón de 4000 megavatios de Tata Mundra en Gujarat, India. Se estima que esta central emitirá 25.7 millones de toneladas de CO2 durante 25 años o más.
·         Abril del 2010: BM. Préstamo de 3750 millones de dólares, la mayor parte del cual se usará para financiar la central a carbón de Medupi de 4800 megavatios en Sudáfrica, construida por Eskom, la empresa estatal de energía eléctrica. Emitirá cerca de 25 millones de toneladas de CO2 al año.
·         El préstamo a Sudáfrica implica la apertura de 40 nuevas minas de carbón para alimentar la central de Medupi y sus proyectos asociados.
·         Emisión de residuos de mercurio al aire, agua y tierra.
·         Sudáfrica es hoy responsable del 40% de emisiones de gases de efecto invernadero en África. El préstamo del BM multiplicará estas emisiones.
·         El almacenaje de carbono bajo tierra previsto en el proyecto de Medupi implica riesgos de filtraciones y escapes.
·         Las emisiones de la central de Medupi provocarían entre seis mil y siete mil muertes adicionales por año como resultado de enfermedades cardiopulmonares y cáncer.
·         El BM está destinando menos del 7% del préstamo a Eskom a energías renovables.
 
Financiamiento de represas y sus impactos
 
·         La cartera de inversiones del BM en grandes represas y combustibles fósiles representa cerca de dos tercios de sus inversiones totales en energía.
·         La energía hidroeléctrica ya ha desplazado a 80 millones de personas, empobreciéndolas más.
·         La descomposición de materia orgánica en los embalses creados por las represas generan emisiones significativas de gases de efecto invernadero (metano, óxido nitroso y CO2).
·         Las emisiones de metano derivadas de las represas representan por lo menos un 4% del impacto de las actividades humanas en el calentamiento global y constituyen la mayor fuente de metano de origen antropogénico.
·         La construcción de represas genera una represión violenta de las protestas sociales.
·         Impactos en la salud: problemas respiratorios y oculares debido al polvo producido durante su construcción.
·         Contaminación de recursos hídricos, con agotamiento de poblaciones locales de peces y sus impactos en los medios de vida y alimentación de los pueblos.
·         El BM, junto con el Banco Asiático de desarrollo y otros financistas públicos y privados, financió la central Nam Theun 2 en Laos, inaugurada en diciembre de 2010.
·         Para la central Nam Theun 2, en el 2005 otorgó préstamos por 270 millones de dólares y garantías por 107 millones de dólares.
·         La represa de Laos ha desplazado a 6200 indígenas de la Planicie Nakai y ha afectado a más de 110 mil personas que dependen de los ríos Xe Bang Fai y Nam Theun para su sobrevivencia. Ha dañado el ecosistema del río, ya que la pesca y la calidad del agua han decaído.
·         El BM violó su propio sistema de salvaguardia sobre la reubicación de desplazados, ya que no garantizó fuentes locales alternativas de agua y no indemnizó a los pobladores por la pérdida de tierras agrícolas.
·         El embalse de Nam Theun 2 ha abierto el accedso al Área Nacional Protegida Nakai-Nam Theum, exacerbando la tala y la caza ilegales y poniendo en peligro la biodiversidad internacional.