Una profunda transformación civilizatoria
La revista América Latina en Movimiento, publicación internacional de la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI) dedicó su edición 452, de febrero de 2010, al Sumak Kasay, bajo el título general de Recuperar el sentido de la vida. De esta edición extraemos extractos de tres artículos: Estamos viviendo una profunda crisis civilizatoria, de Edgardo Lander; Hablamos del Socialismo del Buen Vivir, de Boaventura de Souza Santos; y Reactivación económica para el Buen Vivir: un acercamiento, de Magdalena León. Con ello, continuamos difundiendo el debate acerca de la propuesta central del movimiento indígena, esta vez mostrando la postura de destacados intelectuales que examinan el Buen Vivir.
Estamos viviendo una profunda crisis civilizatoria
En lo que puede ser caracterizado como el asalto final del capital a la llamada “naturaleza”, las principales resistencias a este modelo depredador, a este modelo de acumulación por desposesión, ocurre en pueblos y comunidades campesinas e indígenas en todo el planeta, particularmente en el Sur. Son estas experiencias, estas memorias colectivas de que es posible vivir de otra manera, las principales reservas políticas y culturales con las cuales cuenta la humanidad para cuestionar y resistir el avance de este modelo depredador y destructor de la vida. Y sin embargo, la sobrevivencia misma de estas comunidades está siendo amenazada por el avance de este proceso de asalto global a los bienes comunes.
Lo que está en juego no es si podrá o no sobrevivir el capitalismo. El problema fundamental está en si la vida en el planeta Tierra podrá sobrevivir al capitalismo.
No basta, sin embargo, un horizonte normativo anticapitalista. El socialismo del siglo XX nos demostró que era posible, con otras relaciones de propiedad, un régimen productivo tan depredador y devastador de las condiciones que hacen posible la vida, como el capitalismo. Solo una profunda transformación civilizatoria puede hacer posible la continuidad de la vida.
Edgardo Lander, profesor titular de Ciencias Sociales de la Universidad Central de Venezuela, integrante de la Secretaría del Consejo Hemisférico del Foro Social de las Américas.
Hablamos del Socialismo del Buen Vivir
Nosotros tenemos en el continente un debate civilizatorio. No es simplemente una transición del capitalismo al socialismo, es otra cosa mucho más amplia, o distinta por lo menos. Este debate civilizatorio, claro que está en el continente desde la conquista, sopla con la conquista, fue suprimido, fue destruido, de hecho fue destruyendo las culturas diversas indígenas, ancestrales en este continente. Pero debido a una lucha tenaz, sobre todo en los últimos 30 años –algunas son mucho más antiguas- el movimiento indígena, el movimiento afro en este continente han logrado realmente rescatar esta diversidad cultural y eso para nosotros ha permitido ampliar un debate que no existe en otro continente.
¿De dónde viene la palabra Pachamama, de dónde viene el sumak kawsay que nosotros nos apropiamos? Estamos aprendiendo de ellos y esta es la gran riqueza de este debate civilizatorio.
Tenemos que desaprender y ver cómo se puede crear un futuro que tiene que recoger lo ancestral. La modernidad occidental nunca supo: el futuro siempre está delante, nunca atrás. Nosotros estamos rescatando el pasado como forma de futuro, más respetuoso de la diversidad de este continente. Y ésta es la riqueza a mi juicio del Socialismo del Buen Vivir, que quizás es una expresión más linda que del Siglo XXI. Porque a veces cuando oigo hablar del socialismo del Siglo XXI, se parece mucho al Socialismo del Siglo XX. Cuando hablamos del Socialismo del Buen Vivir no hay confusión posible, es otra cosa nueva que está surgiendo.
Boaventura de Souza Santos, catedrático de la Universidad de Coimbra (Portugal) y de la University of Wisconsin-Madison (Estados Unidos).
Reactivación económica para el Buen Vivir: un acercamiento
Esta confrontación entre la lógica del capital y la lógica de la vida ha sido una constante en nuestra historia desde la imposición del capitalismo, pero es, al mismo tiempo, una base para las alternativas en tanto la lógica de la vida resiste y se proyecta como única opción de futuro.
El Buen Vivir articula un acervo de visiones y prácticas presentes en nuestra historia y nuestra realidad contemporánea y que por tanto son el sustento concreto de las alternativas. El Buen Vivir no es solo una utopía hacia futuro, sino que nombra también porciones de nuestra realidad; hay el aquí y ahora, en nuestro día, por así decir, pedacitos de Buen Vivir que hacen viable esta propuesta.
El gran salto que se hace en términos de discurso económico con la noción del Buen Vivir es desplazar a la acumulación como categoría central de la economía, y situar la vida con esa centralidad.
La economía para el Buen Vivir, por lo tanto, debe dar cuenta de la integralidad de los ciclos de producción y reproducción, asegurando condiciones para que todos los ciclos de vida se reproduzcan. Este es el principio y el fin de la economía.
Magdalena León, economista ecuatoriana, integrante de la Red Latinoamericana de Mujeres Transformando la Economía (REMTE).