Pueblos Indígenas del Abya Yala dispuestos a aprobar y hacer cumplir su propia Declaración de Derechos
Ronda de Negociaciones de la OEA se desarrolla en un difícil contexto y con Estados que firman pero incumplen los convenios internacionales.
Washington DC.- En un contexto dominado por la crisis global, los procesos de cambio en el Abya Yala (América) y las movilizaciones indígenas que remecen el continente, se inició hoy en esta ciudad la XII Reunión de Negociaciones para la Búsqueda de Consensos para la elaboración de la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la OEA (30 de noviembre al 2 de diciembre).
La crisis mundial es una crisis de civilización, que se ha traído abajo los paradigmas esenciales del capitalismo originado hace 517 años con la invasión europea al Abya Yala: el Estado uninacional y el libre mercado no pueden seguir sosteniéndose, mientras se continúa saqueando y depredando a la Madre Naturaleza.
Frente a ello, los paradigmas del Buen Vivir, en armonía y reciprocidad con la Pachamama, y el Estado Plurinacional Comunitario, propuestas centrales de los pueblos indígenas, son cada vez más asumidos por el conjunto de los movimientos sociales de todo el planeta.
Sin embargo, los países industrializados, sus multinacionales y los gobiernos neoliberales del continente se siguen aferrando a la negociación de tratados de libre comercio y megaproyectos de infraestructura que propician la invasión de los territorios indígenas, con su secuela de desplazamientos forzados y criminalización del ejercicio de derechos.
Para perpetuar un modelo en crisis, esos gobiernos emiten leyes inconstitucionales y contrarias a los instrumentos internacionales, como el Convenio 169 de la OIT y la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU. Y cuando los pueblos protestan por esta agresión, les responden con más criminalización: la Masacre de Bagua en el Perú y los múltiples crímenes contra los pueblos indígenas en Colombia y el Pueblo Mapuche en Chile, que incluyen detenciones, encarcelamientos, torturas, desapariciones y asesinatos, son muestra palpable de ello.
A todo esto se agregan los procesos de cambios que viven múltiples países en nuestro continente, cuyos ejemplos más saltantes son los nuevos marcos constitucionales en Bolivia y Ecuador. Un proceso de cambios que despierta las iras del imperio norteamericano y las oligarquías nacionales, como lo demuestra el golpe de Estado en Honduras, donde las fraudulentas elecciones convocadas por los golpistas han fracasado estrepitosamente, pues solo ha acudido a votar la tercera parte de la población.
Otro elemento importante de este difícil contexto son los enfrentamientos entre los gobiernos de la región, por ejemplo Colombia con Ecuador y Venezuela, y Chile con Perú y Bolivia.
Este es el retrato de una civilización en crisis que en cinco siglos nos ha conducido al borde la hecatombe climática, cuyos responsables, los países más poderosos, se niegan a asumir acuerdos mínimos para tomar medidas efectivas contra el calentamiento global. El Abya Yala, que alberga la mayor biodiversidad del planeta, es el que sufre los mayores impactos. Y la próxima Cumbre Climática de Copenhague, Dinamarca (7 al 18 de diciembre) amenaza con ser un saludo más a la bandera, mientras el futuro de la humanidad, su propia sobrevivencia, es cada vez más incierto.
¿Qué podemos esperar, entonces, de esta Ronda de Negociaciones, si los gobiernos tienen un doble discurso, porque firman los Tratados pero no los cumplen? Es más, desde la aprobación de la Declaración de la ONU, la violación de los derechos indígenas incluso se ha multiplicado.
Solo queda un camino: que nuestros pueblos indígenas y sus organizaciones, cada vez más articulados entre sí y con el conjunto de movimientos sociales del Abya Yala, den mayor impulso a sus movilizaciones para exigir a los Estados no solo la aprobación sino el respeto estricto a la Declaración Americana sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, garantizando el ejercicio de nuestros derechos esenciales: territorio y bienes naturales, autodeterminación, idiomas, políticas públicas interculturales, consentimiento previo, libre e informado.
Si no lo hacen, los pueblos indígenas elaboraremos, aprobaremos y haremos cumplir nuestra propia Declaración de Derechos.
Washington DC, Estados Unidos, 30 de noviembre de 2009.
Miguel Palacín Quispe
Coordinador General CAOI
COORDINADORA ANDINA DE ORGANIZACIONES INDÍGENAS – CAOI
Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia, Chile, Argentina