Salvemos el planeta, ahora

2009-05-01 00:00:00

La Tierra puede vivir sin el hombre,
pero el hombre no puede vivir sin la Tierra.
 
Reunión del Clima en Estados Unidos no aportará soluciones al calentamiento global sino ataca la raíz del problema: el sistema político y económico depredador de la vida.
 
 
Los países más ricos del mundo están reunidos en Washington, Estados Unidos, en la búsqueda de conseguir un compromiso en Naciones Unidas para reducir el calentamiento global. Quieren lograrlo antes de diciembre, cuando la comunidad internacional se reúna en Copenhague para encontrar un acuerdo de seguimiento al Protocolo de Kioto, que limita las emisiones de los gases de efecto invernadero y que expira en 2012.
 
¿Buenas intenciones? ¿Cambio real de la política estadounidense, país que se negó a firmar el Protocolo de Kioto? ¿Voluntad real de salvar el planeta? Lamentamos dudarlo. Porque si de algo estamos seguros es de que no existe la voluntad política de los Estados poderosos (que, en la práctica, controlan la ONU) para atacar la raíz del problema: el neoliberalismo global que depreda la vida, que saquea, contamina y arrasa con los derechos ambientales, los derechos humanos y los derechos colectivos de los pueblos. Acaso sea una pose para salvar bancos, seguros, la industria contaminante y hacer nuevos negocios, sin resolver los temas de fondo.
 
Ese neoliberalismo que en su crisis estructural arrastra al planeta a otras crisis: ambiental, política, alimentaria, financiera, y que pone en riesgo la vida. Hay que partir entonces de que estamos ante una crisis de la civilización occidental, en la que todos los paradigmas: Estado uninacional, capitalismo, “desarrollo”, libre mercado, se derrumban. La mercantilización de la vida, en la que se pretende poner precio a todo –bienes naturales, tierras, fuentes de agua, salud, educación– nos está conduciendo a la hecatombe global. Y la firma de compromisos de reducción de emisiones de gases tóxicos, que ni siquiera se cumplen, no aportará soluciones reales.
 
El calentamiento global, que provoca la aparición de nuevas enfermedades como la gripe porcina, tiene responsables: los países poderosos y sus multinacionales, que se aferran a un moribundo modelo de desarrollo basado en el uso de combustibles fósiles, niveles de consumo insostenibles, agricultura de gran escala convencional, emisiones de gases industriales, cambios de uso del suelo por deforestación, monocultivos, uso indiscriminado de agroquímicos, que aumentarán con los agrocombustibles… Y es en los países pobres donde se sienten los más fuertes impactos.
 
Ante la crisis del pensamiento occidental, la única alternativa real para salvar al planeta es construir nuevos paradigmas civilizatorios, basados en la armonía entre los seres humanos, entre los pueblos y con la Madre Naturaleza. No más depredación para el enriquecimiento de unos pocos sino producción para el bienestar de todos y todas. No más saqueo, no más inequidad. Comprendamos de una vez que somos parte de la naturaleza, no sus dueños, saqueadores ni vendedores… porque estamos muy cerca de decir “es demasiado tarde”.
 
El Foro Social Mundial reunido en Belem do Pará en enero de este año, hizo suya la propuesta de los Pueblos Indígenas de convocar a una Minga Global por la Madre Tierra (movilización mundial en defensa del planeta, contra la mercantilización de la vida y la criminalización social) del 12 al 16 de octubre próximo. Todas las voces, en su riquísima diversidad, lanzarán un unitario llamado a la sobrevivencia: ¡Salvemos al planeta, ahora!
 
Proponemos poner por delante la defensa de la vida, y ella parte por defender a la Madre Tierra y los bienes que la sostienen. Y parar toda acción depredadora industrial, poner fin al consumismo, utilizando de manera racional lo que la vida nos da de la Tierra, con horizontalidad y reciprocidad.
 
 
Lima, 30 de abril de 2009
 
Miguel Palacín Quispe
Coordinador General CAOI
 
 
 
COORDINADORA ANDINA DE ORGANIZACIONES INDÍGENAS – CAOI
Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia, Chile, Argentina