Ecuador: Ley de Aguas para el buen vivir

2008-11-18 00:00:00

Las comunidades, pueblos y nacionalidades conscientes de la herencia de nuestros padres y abuelos en donde el Sumak Kawsay es parte importante de nuestra manera de ser, sabiendo que nuestra Pachamama es fundamental para la vida de todos nosotros y por lo tanto es necesario respetar a la madre naturaleza.

Conscientes de que el agua es la sangre de la tierra, de que el agua es vida, participamos en la defensa de la naturaleza y la vida, reafirmando nuestra decisión de seguir siendo pueblos nacionalidades y de vivir en nuestro medio pero con dignidad.  La biodiversidad y variedad de situaciones ecológicas son es patrimonio de los todos y todas, pero también de las futuras generaciones.

Los pueblos indígenas contamos con una diversidad cultural rica y extensa en el manejo sostenible de recursos naturales, de armonía y equilibrio con la naturaleza.  Hemos venido luchando desde tiempos, le hemos dicho a los gobiernos neoliberales que el agua no se privatice, le hemos dicho en la calle en el campo y en las oficinas.

Nos hemos opuesto al saqueo de los recursos naturales que a mas contamina y nos deja pobreza y desolación.  Y en el año 1994 cuando los neoliberales quisieron privatizarnos el agua, al Gobierno de turno le dijimos que no y todo estos años hemos estado alertas y movilizados defendiendo el agua como bien común y de la Pachamama.

Pero también en nuestra práctica esta presentar propuestas alternativas.  Así en 1996 presentamos una propuesta de nueva Ley de Aguas, formulada conjuntamente con otras organizaciones, pero fundamentalmente trabajada con las comunidades y organizaciones de base. En el año 2001 luego de grandes jornadas de lucha propusimos la creación del Fondo Nacional de Riego Campesino y en el 2003 propusimos la creación del Instituto de Riego Indígena y Campesino, por citar las más importantes.

Los pueblos y nacionalidades hemos sufrido históricamente la injusta distribución de la riqueza, de los recursos productivos y de las oportunidades que ha caracterizado al Ecuador. Cansados de esta injusta situación hemos planteado refundar el país en base de una nueva Constitución con un proceso democrático desde abajo con la participación de todos.  En esta ocasión también presentamos nuestra propuesta de constitución con aportes específicos en materia de agua.

Varias de estas propuestas fueron recogidas y se concretaron en el reconocimiento de derechos en la nueva Constitución aprobada por la mayoría de ecuatorianos y ecuatorianas. Dentro de este cuerpo legal consta el derecho al buen vivir, derecho al agua, los derechos a la naturaleza, derecho a la soberanía alimentaria, a la participación, etc.

Continuando con esta forma de aportar al cambio de las estructuras del Ecuador, en esta ocasión presentamos esta propuesta de ley de aguas, que como la vez anterior es elaborada con amplia participación de dirigentes y comuneros, esta ley es formulada desde la gente que sufre las sequías y el hambre, que vive en el páramo, en la selva y la montaña, pero que quiere producir, dar de comer a su familia y a las ciudades, que quiere preservar la naturaleza y que quiere dejar esta buena herencia a las nuevas generaciones.

El carácter altamente participativo hace que esta Ley, sea una propuesta genuina, incluyente e histórica.  Es el producto de una gran cantidad de consultas, debates, aclaraciones, sugerencias y aspiraciones sustentadas desde las organizaciones de base de la CONAIE y sus tres regionales ECUARUNARI, CONAICE Y CONFENIAE.  En este proceso a más de las 14 Nacionalidades y los 18 Pueblos, han tenido también un protagonismo muy trascendental, las Juntas de Regantes, las Juntas de Usuarios del agua de consumo doméstico, varias organizaciones populares, instituciones y otros sectores sociales, que luchan por un acceso al agua en términos como derecho humano fundamental en términos más justos.

Entendemos que el derecho al agua, el derecho a la soberanía alimentaria y el cuidado de la Pachamama son una sola cosa indisoluble, vital e imprescindible.  Sabemos que en el Ecuador no hubo una distribución del agua y que está concentrada en pocas manos, al igual que la toma de decisiones de las instituciones que manejan el agua, por eso proponemos que se implante un verdadero cambio a favor de la redistribución y en la democratización del agua.

También sabemos que el apoyo a los pequeños sistemas de riego manejados por comunidades indígenas y campesinas no estuvo considerado en las políticas públicas, a pesar de la importancia en la producción de alimentos, por eso plateamos que se establezca como política de estado y se institucionalice con amplia participación de todos nosotros.  Dentro de nuestra cosmovisión integramos al hombre, a la naturaleza y a la sociedad, y esta ley responde a eso.

Ponemos al servicio nuestra experiencia diaria de sembrar y cuidar la tierra, los páramos y fuentes de agua, nuestra experiencia de organizarnos, trabajar y construir en minga, de distribuirnos el agua colectivamente, nuestra experiencia de pensar y resolver entre todos.

Ponemos a consideración esta propuesta y les invitamos a seguir aportando y construyendo una propuesta colectiva en beneficio de las mayorías y a seguir transformando esta sociedad.

Humberto Cholango
PRESIDENTE CONFEDERACIÓN KICHWA DEL ECUADOR
E C U A R U N A R I