Colombia: Más allá del 6 de Marzo
La fuerza y el sentido de la movilización tiene que ser permanente e integral, es decir, contra el robo a mano armada y no solamente contra homicidios o crímenes aislados de lesa humanidad. El régimen asesina y promueve la guerra para robar. Esto no lo podemos ignorar ni olvidar.
Recibimos respetuosamente la Convocatoria a la Movilización Mundial Contra el Paramilitarismo a realizarse el próximo 6 de Marzo, porque consideramos que esta marcha es absolutamente justa, en la medida en que es justo denunciar abiertamente los crímenes que en ella se señalan.
Es necesaria una movilización popular ya que somos víctimas del establecimiento y de sus aliados y cómplices, quienes desde el poder cometen estos crímenes, los apoyan o los dejan en la impunidad. Nos movilizamos porque nos cierran los espacios y nos niegan los derechos de modo que la acción directa es el principal mecanismo que nos queda para reclamar nuestros derechos, denunciar las injusticias y abusos y luchar por el país que merecemos.
La marcha del 4 de febrero, fue una marcha con el pleno y total respaldo del establecimiento que hace las políticas, maneja los recursos, la (in)justicia, los medios (de propaganda), todo el aparato militar y de inteligencia y es el mayor de los bandos en guerra con respaldo internacional masivo (el Gobierno Colombiano es el mayor recipiente de ayuda militar de los EE.UU. en América Latina). Una marcha con el aval y la propaganda de los medios de comunicación y de todo el poder económico y corporativo Nacional y transnacional. Una marcha a través de la cual el régimen define de manera unilateral, excluyente e incontestable a las FARC como el único causante de los males del país, aprovechando el repudio casi unánime del pueblo contra los crímenes cometidos por la insurgencia, pero ocultando de manera intencional el dolor y los crímenes cometidos a nombre del establecimiento. En otras palabras, con la marcha del 4 de Febrero, el régimen, además del poder institucional y represivo, intenta tomarse el derecho de los pueblos a la movilización.
Del otro lado, estamos los pueblos, quienes, al enfrentar abusos de poder, injusticias, expropiaciones y exclusiones, no nos queda más alternativa legítima que la de la acción directa y la movilización. El poder combinado del Estado, los medios y el económico al impulsar la marcha del 4 de Febrero con la clara intención de definir la agenda de movilización como una agenda exclusivamente contra las FARC, pretende negarles a los pueblos su derecho a levantarse en paz y con vehemencia para protestar la injusticia del orden establecido. ¿Si no podemos decir toda la verdad y solamente la parte que le conviene al régimen es la válida, quedan cerrados los mecanismos pacíficos, democráticos y ciudadanos de participación? ¿Solo es posible la desesperación, la rabia, la guerra? El 4 de Febrero ilustra en la práctica la intención del régimen de promover la guerra.
No nos resignamos al horror y a la polarización. Para quienes no hubo el derecho de expresar su dolor el 4 de Febrero, es justo que lo haya hasta cuando se reconozca, se haga justicia, se repare y se transforme el país para que no siga sucediendo ni vuelva a suceder. Porque nos duele todo el dolor y no solamente una parte, es justa esta convocatoria y esta movilización.
Vemos sin embargo, que la marcha que se convoca para el 6 de Marzo tampoco aborda y por eso sigue posponiendo los temas de fondo que afectan al país. La denuncia del modelo de acumulación económica y sus tratados de libre comercio, del que es instrumento la guerra y el terror, la concentración en la tenencia de la tierra y la necesidad de liberarla, la defensa de la vida, los servicios y derechos esenciales y tantos otros asuntos críticos, que constituyen la agenda de unidad de los pueblos y que son los que ameritan movilización y lucha más allá de la denuncia por el maltrato a las víctimas de unos y otros.
En últimas, SOMOS TODAS Y TODOS VÍCTIMAS DE UN ORDEN SOCIAL INACEPTABLE. Nosotros “nos seguimos movilizando por la Libertad para la Madre Tierra, por el Tejido de Unidad para alcanzar el país posible y necesario y contra la guerra y la muerte.”, porque esa es la palabra que seguimos caminando y defendemos.
Lo que queda claro con la marcha anterior y con esta nueva convocatoria es que mientras seguimos sectorizados, cada quien por su lado y buscando reclamar solamente por su propio interés, desde su propio dolor, el proyecto que nos somete se encuentra unificado y nos causa de manera integral todos los dolores y maltratos que denunciamos por separado y además, nos manipula y se nos roba hasta el derecho a la movilización.
"Nos hemos acostumbrado a privatizarlo todo; el desplazamiento es un problema de los desplazados, el problema de tierras es de indígenas y campesinos, el problema de campesinos no es problema de negros, el problema de negros no es problema de indígenas, las violaciones de Derechos Humanos son un problema de las ONG´s que representan a las víctimas y de las víctimas que buscan ser representadas, el problema del salario es de los trabajadores y de sus patrones, el problema de la educación es de los maestros y de los estudiantes, el problema de la salud es de los desatendidos y de los trabajadores del sector, el TLC es un problema de quienes protestan contra él y quienes protestan sólo lo hacen contra lo que afecta su sector, la parapolítica y los paras son un problema del gobierno y la guerra y el terror son asuntos del Estado"1.
Esta marcha también debería convocar especialmente a los familiares de las víctimas del secuestro para que allí encuentren el espacio que les negaron en la marcha anterior y que los obligó a rezar en una iglesia y a decir “NO EN NUESTRO NOMBRE”. También invitar al Profesor Moncayo, quien se retiró llorando de la plaza de Pasto el 4 de Febrero, cuando la masa enfurecida lo silenció gritando “No más FARC” y lo único que alcanzó a decir fue "No más FARC y no más Paras". ¿Es así como se reconoce a este hombre sencillo y ejemplar que tiene un hijo en cadenas y lucha desde su dolor por la vida? La marcha del 6 de Marzo debería haber convocado a todos y todas las víctimas de todo tipo de violencia, de la violencia que es el régimen que ahora convoca marchas como si tuviera la verdad absoluta.
“Desde nuestra humildad y respeto decimos que nos convoca el desafío de sentir y compartir el dolor de todas y todos y de romper la privatización de la infamia, porque no es solamente el régimen que nos oprime el que se opone a éste llamado, es también la costumbre que hace que cada cual defienda lo suyo y llore su dolor entre los suyos. Así vamos separados sin tejer desde los dolores la razón común que nos causa la opresión y la injusticia2”
Retomamos el llamado que hicimos en Julio de 2007 durante la Visita por el País que Queremos y llamamos a que la marcha del 6 de Marzo aporte a una convocatoria popular amplia, abierta y democrática, sin propietarios: a ponerle fecha a un encuentro nacional popular para tejer la jigra de unidad del país posible y necesario. Basta de este país con dueños y sin pueblos. Por un país sin dueños, de los pueblos, movilizarnos es mucho más que marchar contra la guerra y los asesinos.
Tejido de Comunicación para la Verdad y la Vida (ACIN)