Actores políticos protagónicos

2009-04-22 00:00:00

IV CUMBRE CONTINENTAL DE PUEBLOS Y NACIONALIDADES INDÍGENAS DEL ABYA YALA
Por Estados Plurinacionales y Buen Vivir
Puno, Perú, 27 al 31 de mayo del 2009
 
ACTORES POLÍTICOS PROTAGÓNICOS
Los Pueblos Indígenas del Abya Yala construyen alternativas a la crisis global
 
 
Los pueblos indígenas de Abya Yala, históricamente y ante las coyunturas y procesos políticos, han desarrollado una lucha permanente en defensa de sus derechos colectivos. Desde hace más de 500 años, han resistido la invasión y la colonización. Pero es en las últimas décadas cuando han cobrado protagonismo político y avanzado en el proceso de articulación de sus organizaciones.
Ello motivó la organización y desarrollo de eventos de trascendencia continental. En 1992 se realiza en Guatemala el Primer Encuentro Continental con la contra celebración de los 500 años, denominado “Campaña Continental de Resistencia Indígena, Negra y Popular”. Posteriormente, del 28 al 30 de octubre del 2000, se desarrolla la I Cumbre Indígena en Teotihuacan, México; la II Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala se reúne del 23 al 25 de julio del 2004 en Quito, Ecuador; y la tercera Cumbre tiene como sede Iximche’, Guatemala, del 26 al 30 de marzo del 2007.
Entre los principales acuerdos de la III Cumbre Indígena estuvieron el de organizar la I Cumbre Continental de Mujeres Indígenas del Abya Yala y el Encuentro de la Niñez y la Juventud Indígenas. Asimismo, avanzar en la construcción de la Coordinadora Continental de Organizaciones Indígenas.
La Cumbre de Guatemala acordó también que la sede de la IV Cumbre debía ser una ciudad de la triple frontera Bolivia-Chile-Perú. Luego se definieron las condiciones que aquella debía reunir: una organización nacional indígena que garantice el proceso, presencia de pueblos indígenas en la región, un gobierno nacional adverso a los derechos colectivos, ubicación geográfica y medios de transporte que permitan un fácil acceso y la garantía de recursos logísticos y de infraestructura.
En junio del 2008, una comisión especial recorrió las ciudades de la triple frontera. Sobre la base de su informe respecto a las condiciones señaladas, las organizaciones indígenas de la región acordaron que la sede sería Puno, Perú, a orillas de la paqarina mayor de la Cultura Andina: el lago Titicaca.
 
Evolución de los Acuerdos
 
 
1. Articulación continental
 
La decisión de articular el movimiento indígena y sus organizaciones está presente desde la I Cumbre (Teotihuacan, México), cuya Declaración empieza afirmando que “los Pueblos Indígenas que vivimos en el continente estamos organizados y aunando esfuerzos de coordinación y solidaridad para salvaguardar los sagrados derechos de nuestros pueblos para las generaciones futuras”.
Más adelante, en su quinta demanda, señala el acuerdo de “continuar la coordinación de la unidad indígena”. Y culmina haciendo “un llamado fraternal y de unidad a todos los Pueblos Indígenas para fortalecer el proceso organizativo y de comunicación para que juntos podamos reconstruir un futuro mejor para las generaciones venideras”.
La Cumbre de Quito, Ecuador, avanzó en este proceso, Su primera resolución es “crear un espacio permanente de enlace e intercambio, donde converjan experiencias y propuestas, para que nuestros pueblos y nacionalidades enfrenten juntos las políticas de globalización neoliberal”.
La segunda Resolución va en el mismo sentido: “Trazar una agenda común de acciones y movilizaciones que manifiesten nuestro rechazo al modelo excluyente, y de acción conjunta y concertada ante los organismos que acordemos participar”. Y señala un acuerdo sobre el tema: “Participar en los foros internacionales como en los Foros Sociales Mundial y de las Américas, con propuestas comunes que reflejen la posición del movimiento indígena”.
Finalmente, la Declaración de Iximche’ (Cumbre de Guatemala), acuerda “fortalecer el proceso organizativo y de lucha de los pueblos indígenas con la participación de mujeres, niños y jóvenes”. Y dedica un párrafo especial a este tema:
“Para hacer caminar la palabra y realizar los sueños, de la resistencia al poder: Nos constituimos en la Coordinadora Continental de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas del Abya Yala, como espacio permanente de enlace e intercambio, donde converjan experiencias y propuestas, para que juntos enfrentemos las políticas de globalización neoliberal y luchar por la liberación definitiva de nuestros pueblos hermanos, de la madre tierra, del territorio, del agua y todo el patrimonio natural para vivir bien”.
 
2. Reafirmación de la espiritualidad
 
Con su riquísima diversidad, los Pueblos Indígenas del Abya Yala tienen en común su profunda vinculación con la Madre Naturaleza: son parte de ella, hijos de ella y en ese sentimiento radica su espiritualidad. Y de ella emanan los principios y prácticas ancestrales de armonía entre los hombres y los pueblos con la naturaleza, reciprocidad, dualidad y complementariedad.
La Declaración de Teotihuacan empieza declarando ante el mundo que “los Pueblos Indígenas de América reafirmamos nuestros principios de solidaridad comunitaria”. Luego subraya que “los indígenas seguimos estando siendo guiados por nuestras normas culturales, espirituales, lingüísticas e históricas”.
La Declaración de Quito también enfatiza este tema: “Somos pueblos originarios de Abya Yala. Nuestros antepasados, nuestros abuelos nos enseñaron a amar y venerar nuestra fecunda Pachamama, a convivir en armonía y libertad con los seres naturales y espirituales que en ella existen”.
También la Declaración de Iximche’ comienza ratificando “nuestros principios milenarios, complementariedad, reciprocidad, reciprocidad y dualidad”.
 
3. Instrumentos internacionales
 
El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, y las declaraciones sobre Derechos de los Pueblos Indígenas de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA) han sido también temas constantes en las tres cumbres continentales indígenas.
La Declaración de Teotihuacan señala entre sus considerandos que “si bien el Convenio 169 de la OIT adoptado hace más de once años reconoce varios de nuestros derechos, la mayoría de loa Estados gobiernos no lo han ratificado, y aquellos que lo han hecho, han tomado medidas para debilitar sus contenidos y espíritu”. E incluye en las demandas “que los Estados renuentes a la ratificación del Convenio 169 de la OIT ratifiquen el instrumento como una señal de su voluntad política en la protección y reconocimiento de los derechos indígenas”.
A su vez, la Declaración de Quito denuncia “que los Estados nación de América se han caracterizado por violar instrumentos jurídicos nacionales e internacionales en detrimento de los derechos colectivos de nuestros pueblos, como el Convenio 169 de la OIT, del cual exigimos su ratificación inmediata por todos los países de América y el resto del mundo”.
Y la Declaración de Iximche’ insiste en el tema: “Condenar la actitud intolerante de los gobiernos de los Estados-nación que no reconocen los derechos de los pueblos indígenas, en particular a los que no han ratificado ni garantizan la aplicación del Convenio 169 de la OIT”.
La Declaración de Teotihuacan advierte sobre el Proyecto de Declaración Americana de los Derechos de los Pueblos Indígenas de la OEA, que “sus actuales contenidos no incluyen los derechos y libertades fundamentales de los Pueblos Indígenas. Esto es una consecuencia directa de ser un instrumento elaborado desde la visión de los Estados y sin la participación plena de los representantes de los Pueblos Indígenas”.
Líneas abajo, esta Declaración incluye entre sus demandas “a los gobiernos que conforman la OEA, a que reactiven el diálogo sobre el Proyecto de Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas, y que el Grupo de Trabajo convoque a una nueva sesión sobre el instrumento. Asimismo, se garantice la más amplia participación de los Pueblos Indígenas en el proceso, potenciando el Comité Indígena como forma de enlace con las organizaciones interesadas”.
También se pronuncia al respecto la Declaración de Quito: “Reclamamos a la OEA su falta de disposición para modificar la Declaración Americana de los Derechos de las ‘Poblaciones’ Indígenas con la participación y decisión de los pueblos indígenas”.
Con respecto a la Declaración sobre Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU, la Declaración de Teotihuacan dice que “después de 16 años de constante lucha y esfuerzos de los representantes indígenas, los estados coloniales siguen negando la aprobación de la misma”; y “exhorta a los gobiernos del mundo a que apoyen y adopten el Proyecto (…) en el marco del Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas”.
La Declaración de Quito reclama “al sistema de Naciones Unidas por haber declarado un decenio de las poblaciones indígenas hueco, ya que no realizó las acciones necesarias para aprobar” la citada Declaración. En la misma dirección, la Declaración de Iximche’ responsabiliza a los gobiernos “por la poca voluntad de las Naciones Unidas en viabilizar la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas”. Recordemos que tal Declaración de la ONU fue adoptada recién en setiembre del 2007.
 
4. Modelo económico
 
El cuestionamiento a la globalización neoliberal también ha recorrido las cumbres continentales indígenas. La Declaración de Teotihuacan señala que “la política financiera impuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con la complicidad de los gobiernos, ha impuesto políticas de ajuste para beneficiar el consumismo desmedido de los países del Norte. Esto ha acentuado la dependencia, la opresión y el empobrecimiento de los pueblos indígenas y los sectores populares”.
La Declaración de Quito también denuncia que “los gobiernos nacionales, siguiendo los lineamientos del FMI, BM y BID, nos devastan con el pago de la deuda externa y están revirtiendo nuestro derecho colectivo a la tierra, modificando legislaciones para permitir su privatización, la asociación con empresas y la apropiación individual”.
Asimismo, se opone “tajantemente al establecimiento de planes como el de Integración de Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA), Plan Puebla Panamá, Plan Patriota, Plan Colombia, Plan Dignidad, Plan Andino (…), ALCA y TLC’s, que son impulsados en el marco de la OMC y para el beneficio de los saqueadores del planeta (…). Los caracterizamos como planes de invasión para el saqueo, la destrucción y la muerte”.
Rechaza también “la realización de planes de ordenamiento territorial, prospección y explotación de minerales e hidrocarburos, establecimiento de áreas naturales protegidas y plantaciones forestales; pago por servicios ambientales, privatización del agua y aire, fumigaciones, establecimiento de patentes sobre recursos naturales y uso de semillas transgénicas que se realizan en nuestros territorios, ya que solo están orientados a garantizar la reproducción del gran capital transnacional en detrimento de nuestra vida”.
Sobre el modelo económico, la Declaración de Iximche’ comienza denunciando “la imposición de políticas neoliberales, llamadas de globalización, que contin&u