Del 16 al 18 de noviembre pasado, más de 70 representantes de organizaciones
indígenas, afros y gitanas de los cinco países andinos concurrieron a Quito para
participar en el "Foro Andino por la Diversidad y la Pluralidad", organizado en
el marco de los preparativos para la Conferencia Mundial Contra el Racismo, la
Discriminación Racial, la Xenofobia y la Intolerancia, a realizarse en Sudáfrica
en septiembre 2001.

Las delegaciones presentes, provenientes de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y
Venezuela, señalaron la necesidad de revisar las legislaciones vigentes a fin de
eliminar las normas discriminatorias por razones étnica, de género, edad,
creencias religiosas e ideológicas y orientación sexual, así como la urgencia de
promulgar cuerpos legales que garanticen la plena vigencia de los derechos
humanos. Invitaron a los gobiernos a penalizar el delito de racismo y
establecer compensaciones económicas a los sectores humanos afectados por el
racismo y la exclusión.

Las propuestas y recomendaciones que surgieron de las comisiones de trabajo
sobre racismo, xenofobia e intolerancia, son dirigidas, en unos casos a los
gobiernos, en otros a las Naciones Unidas o a la sociedad civil, y están
referidas a los ámbitos jurídico-legal, político-gubernamental, territorial y de
recursos naturales, educacional y comunicacional.

Las comisiones advirtieron que pese a las conquistas legales y constitucionales,
éstas no han sido plenamente efectivizadas y, en ciertos casos, constituyen
"letra muerta". En igual sentido requirieron el cumplimiento de las
convenciones e instrumentos internacionales contra cualquier forma de
discriminación.

Las representaciones igualmente se pronunciaron por exigir el derecho a la
participación y a la representación política de los pueblos indios, afroandinos
y gitano.

Las comisiones de trabajo destacaron la necesidad de que los gobiernos promuevan
políticas públicas que permitan el desarrollo de las comunidades indígenas,
afros y gitanas, y contribuyan al mejoramiento de sus condiciones de vida.
Resaltaron la necesidad de diseñar y llevar adelante políticas de
territorialidad y de uso de recursos naturales en las zonas de biodiversidad
donde viven los pueblos indios, afros y gitano. Urgieron, del mismo modo, a los
gobiernos a ejecutar reformas educativas que fomenten el respeto a la
diversidad, la pluralidad y la tolerancia frente a las diferencias, así como la
promoción de programas de educación intercultural bilingüe.

Igualmente formularon un llamado a los gobiernos y a la sociedad civil a regular
las programaciones mediáticas y la publicidad que ridiculicen o desvaloricen a
las poblaciones indígenas, afros, gitanas, así como a las mujeres, homosexuales,
lesbianas, jóvenes, adultos (as) mayores y personas con discapacidad.

Durante el encuentro, l@s participantes examinaron las formas nuevas y
emergentes de racismo, xenofobia e intolerancia y la amenaza que el
resurgimiento de estas manifestaciones discriminatorias representa para la
vigencia de los derechos humanos entre los pueblos indios, afroandinos y gitano
y otras poblaciones humanas.

Mesas sectoriales

L@s participantes trabajaron también en mesas sectoriales, que abordaron los
problemas que afectan específicamente a los afroandinos, pueblos indios,
mujeres, jóvenes y a las poblaciones de migrantes, refugiados y desplazados.

La mesa afroandina planteó a los estados promover la inversión económica en
zonas donde es mayoritaria la población afro pues, coincidentemente, suelen ser
deprimidas y pobres.

Los indígenas expresaron su preocupación por el contenido de la declaración
sobre los derechos de los pueblos indios, que están debatiendo las Naciones
Unidas, por no haber sido consultados.

Las mujeres pidieron el reconocimiento del aporte al PIB que significa el
trabajo de las mujeres, inclusive el no remunerado. Insinuaron, además,
incorporar como primer apellido de los hijos el apellido materno.

La mesa sobre migrantes, desplazados y refugiados alertó del peligro latente que
se cierne sobre las poblaciones de la subregión, de convertirse en desplazados
por conflictos armados internos o externos, con expresa alusión al Plan
Colombia.

Propusieron que las embajadas y consulados provean de asesoría legal a sus
nacionales y que se integren los pueblos indios, afros y gitano en el diseño de
políticas para migrantes, refugiados y desplazados.

El Foro invitó a que las acciones en favor de los refugiados y desplazados sean
descentralizadas; a que los gobiernos promuevan acciones productivas que provean
de ingresos a las familias en esta situación; y a la reparación social e
indemnización de quienes hubieren sufrido afectación por la violencia: madres,
viudas, lisiados, huérfanos y presos inocentes.

L@s jóvenes, en tanto, puntualizaron la urgencia de enfrentar los problemas que
les afectan particularmente en el acceso a la educación, en especial media y
superior; a la salud y al empleo. Y exhortaron a los gobiernos a integrar en el
diseño de sus planes de desarrollo el pensamiento de las juventudes.

De igual manera el Foro conoció la declaración de la Agencia Latinoamericana de
Información sobre el derecho a la comunicación como una dimensión necesaria para
la construcción de democracias libres de racismo, discriminación, xenofobia e
intolerancia.

También conoció la Declaración de Quito, promulgada por los representantes de
los pueblos gitanos de Ecuador y Colombia, quienes solicitaron el apoyo indígena
y afro en su lucha por dejar la invisibilidad a la que han sido sometidos.

El Foro fue convocado por el Foro Ecuatoriano por la Diversidad y la Pluralidad,
la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI) y la Confederación de
Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE).