Colombia: La Minga selló un pacto de Común Unidad por la vida

2009-10-20 00:00:00

Bogotá.- Reivindicando un legado ancestral de resistencia pacífica la minga cuestionó ética, política y moralmente a gobiernos y empresas multinacionales que han acelerado el deterioro del planeta al mercantilizar la naturaleza y la vida.
 
El 14 de agosto culminó una etapa más de la Minga indígena y social en lo que a Bogotá se refiere. Fue un miércoles de mucha danza, música, chicha, marcha y lluvia; pero más que un acto folclórico la minga se mostró como la consolidación de su férreo compromiso en la defensa de los derechos de la Madre Tierra y la Naturaleza.
 
Sentó su posición de rechazo a las acciones que han conducido al deterioro ambiental, acelerando el calentamiento global como consecuencia de acciones premeditadas por parte de empresas multinacionales con anuencia de los gobiernos neoliberales.
 
Ese fue el sentir de las autoridades indígenas de la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, de centenares de indígenas desplazados en Bogotá y unos trescientos que provenían del Cauca. El marco de la movilización fue la Minga Global en defensa de la Madre Tierra, que se realiza a nivel mundial del 12 al 16 de octubre.
 
En la capital colombiana la minga confluyó con la marcha obrera, la caminata realizada por las Madres de Soacha -víctimas de los crímenes de Estado-, con la coalición social de organizaciones y, con el paro del Magisterio y de estudiantes de universidades públicas.
 
Al banquillo los verdaderos responsables de la “hecatombe”
 
La manifestación que recorrió las principales avenidas de Bogotá y concluyó en la histórica Plaza de Bolívar, sentó en el banquillo a los verdaderos promotores de la crisis mundial; reivindicando un legado ancestral de resistencia pacífica la minga cuestionó ética, política y moralmente a gobiernos y empresas multinacionales que han acelerado el deterioro del planeta al mercantilizar la naturaleza y la vida.
 
Los gobiernos, y en particular el de Colombia -según la ONIC- no contribuyen a la solución climática; las políticas de regulación del uso del agua son a favor del gran capital, pues promueve la privatización del líquido vital. “Además facilita la entrada de empresas multinacionales y megaproyectos a territorios indígenas en detrimento de sus derechos fundamentales y colectivos; vulnera la autonomía, la integridad física, cultural y territorial de nuestras comunidades”, afirmó Héctor Gañan, vocero de la Onic.
 
La Minga, un pacto por la vida
 
Esta Minga, según los indígenas de los Andes, debía representar el trabajo colectivo de la humanidad y un pacto por la vida y los derechos para evitar que se siga destruyendo lenta e irremediablemente la tierra a causa de la contaminación, la deforestación indiscriminada de árboles y la extracción de recursos sin tomar medidas ambientales y socio-culturales adecuadas al respecto.
 
En este sentido varias organizaciones indígenas de América -entre ellas la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas y la organización Nacional Indígena de Colombina- junto con la coalición de movimientos sociales del continente convocaron a esta Minga en defensa de la Madre Tierra y en contra de las acciones que provocan el Calentamiento Global. (http://www.onic.org.co/actualidad.shtml?x=36303).
 
En Colombia más de 25.000 personas -indígenas, campesinos, afro, sectores sociales y estudiantes- marcharon en distintas partes de Colombia porque la vida está en riesgo y llamaron a la humanidad a tomar conciencia pues, “al estar en riesgo la vida, están en riesgo los seres humanos, la tierra, el territorio, los animales, la naturaleza; la vida en su conjunto”, sentenció Feliciano Valencia, coordinador nacional de la Minga.
 
La minga confluyó de manera extraordinaria; selló y consolidó un pacto -entre indígenas, campesinos, sectores sociales, estudiantes, trabajadores, víctimas del conflicto- de gran trascendencia llamando a la común unidad por la vida, la tierra y la naturaleza.
 
A futuro la Minga invitó a profundizar los vínculos con la naturaleza y la vida, como legado ancestral en la preservación de la vida en su conjunto; “así me lo enseñó mi comunidad arhuaca: los cuatro elementos agua, tierra, aire, sol no tienen color político, ni religión; nos pertenecen y pertenecemos a ellos todos. Bajo estos principios debemos fortalecer esos vientos de esperanza que nos unen”, concluyó Ati Quigua, una mujer indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta, hoy concejala de Bogotá, por el Polo Democrático Alternativo.
 
Las actividades
 
En Colombia la minga se realizó en varias regiones con marchas, ceremonias rituales, actividades culturales, paros, tomas de tierra y espacios de reflexión. No sólo se exigió al gobierno y empresas privadas “pararle bolas” al cuidado ambiental, sino que instó también a ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil a cuidar la naturaleza, respetarla y, emprender una ardua campaña de sensibilización en aras de la preservación del planeta y la pervivencia de los pueblos.   
 
Al cierre de esta nota, las tres capitales de la Minga 2009: Bogotá, Minga Centro, tres mil personas; Cali, Minga Suroccidente, unas 25.000 personas y; Cartagena, Minga Caribe, unas cinco mil personas, reunidas en pre-congresos, confluían propuestas orientadas a la construcción de una agenda política alternativa y participativa de los pueblos.
 
Las conclusiones que salgan de los pre-congresos serán las bases para llegar al primer congreso de los pueblos que la minga proyecta realizar en abril de 2010. En la máxima instancia de los pueblos la minga definirá un mejor derrotero -que ha construido en su largo trasegar- para los pueblos colombianos agobiados por un largo conflicto irresoluto e inconcluso, por la corrupción gubernamental y la degradación del capital que a costa del lucro no valora la vida y, viola todas las leyes naturales y constitucionales.
 
- Sistema de Información e Investigación Indígena de la ONIC, SICO