Desde la Alianza Sexo-Género Diversa Revolucionaria, rechazamos el cinismo del candidato de la derecha, que en su desesperado intento de pescar en río revuelto lleva dos noches irrespetando nuestro duelo; hiriendo nuestros corazones patrios. Hacemos un llamado a nuestro presidente encargado y próximo presidente electo, el compañero Nicolás Maduro, a activar las 3 R: Revisión, Rectificación y Reimpulso, legado de nuestro comandante Hugo Chávez, ante los comentarios que han sido entendidos como homofóbicos.

A Capriles, poco o nada le interesa la inclusión de la diversidad sexual, y menos aún irrumpir con el tradicional machismo caribeño. Fiel a su origen burgués, considera que todo se puede comprar, y que la gente vale según lo que tiene.

“¿Usted quiere que lo toleren, quiere ejercer su derecho a una sexualidad libre? Entonces venga, pague en mi gimnasio exclusivo de homosexuales, y luego vuélvame a pagar para lucir su cuerpo en un crucero, también exclusivo para homosexuales. Ah, y a la vuelta, recuerde volverme a pagar en el bar, sí, exclusivo para homosexuales, si es que quiere besarse con alguien que le gusta. Y no se preocupe, que no se va a mezclar con los malandros, con los catire pelo pintao’, con los chavistas violentos. Nuestros precios son muy altos, para que solo pocos, como usted, los puedan pagar”.

Esa es la idea de “inclusión” de la derecha venezolana. Una burda tolerancia en función de un interés capitalista. No es un tema de exclusión y opresión heredada desde la invasión europea que instauró el machismo como forma de control social. No es un asunto que vaya de la mano con la emancipación de los pueblos nuestroamericanos. Ni siquiera es un reclamo en función de los derechos humanos. Es, única y exclusivamente, una cuestión más que va arreglar el mercado. El mismo mercado que nos llevó a cuarenta años de una democracia de papel, y a treinta años de una dictadura gomecista para el control del petróleo desde las trasnacionales.

Poco importa si Capriles es o no homosexual, porque si lo fuera, tiene real de sobra para pagarse cuanto crucero o fiesta necesite y siempre vivir en el closet. Y si no lo es, probablemente solo le va a interesar el asunto cuando sus amigos empresarios le propongan algún negocio. De cualquier manera, ni en sus campañas para ser alcalde de Baruta, gobernador de Miranda, ni en estas dos derrotas presidenciales, ha hecho alguna propuesta para combatir la homofobia que efectivamente tortura la cotidianidad de compañeras y compañeros homo, trans y bisexuales. El único momento que la palabra homosexualidad salió de su boca, fue para atacar al gobierno. Porque eso es Capriles, un vocero de la nada, que solo critica, desdeña, descalifica, pero no propone, no aporta, no construye. Y es por eso mismo que está en crisis. Se fue el Comandante a la eternidad, y se quedó sin referente para una identidad, un pensamiento, un algo… un lo que sea.

En cambio, esta Revolución bolivariana, humilde como la diseñó Hugo Chávez siguiendo las ideas de Simón Rodríguez y Paulo Freire, está plena de educación, de debate político, de poder popular. Plena para discutir, reflexionar y avanzar hacia la suprema felicidad social, que no es otra cosa que el Socialismo del Siglo XXI. Ha habido y seguirá habiendo errores. En esta oportunidad vino de Nicolás, pero antes fueron otrxs. Hemos sido todxs, incluyendo el propio Comandante. Pero no importa, porque como bien lo explicó en esa última entrevista que le hizo José Vicente Rangel, parafraseando a Nietzsche, “la verdad está en el error”.

Esta Revolución tiene todas las condiciones para hacer de los desaciertos, aprendizajes, y desde ahí avanzar, avanzar y avanzar. ¿O es que acaso no fue un error permitirle a la derecha que nos llevara hasta el golpe de Estado del 2002? Y aquí estamos, once años después, como pueblo invicto, y con su líder y padre invicto, inmortal.

Basta de cinismos Capriles. Basta de insultos. Este pueblo digno se respeta, y eso te lo demostraremos, una vez más, el catorce de abril.

Solo juntxs somos Chávez. Hasta la victoria siempre…

¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!

12 de marzo de 2013