Centenares de hombres mujeres niños y niñas, participaron de la marcha en contra de la resolución emitida por la Corte de Constitucionalidad el pasado 20 de mayo donde se anula la sentencia pronunciada por el Tribunal A de Mayor Riesgo  de 80 años de prisión emitida el 10 de mayo contra el exjefe de Estado José Efraín Ríos Montt.

Encabezada por hombres y mujeres ixiles de diferentes edades, la marcha recorrido desde la zona cuatro frente a las instalaciones de la Cámara de Industria de Guatemala, donde integrante de diversas organizaciones emitieron un mensaje a los empresarios de Guatemala a no intrometerse y a que reconozcan que en el país si hubo genocidio.

El mensaje del pueblo Ixil, de organizaciones y personas particulares que se solidarizaron es claro, demandar justicia y que no prevalezca la impunidad además exigieron que quede firme la condena emitida por el Tribunal presidido por la jueza Jazmín Barrios de 50 años de presión por genocidio y 30 años por deberes contra la humanidad en contra de Ríos Montt.

Rosalina Tuyuc de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala, reiteró que la condena ya está dada para Ríos Montt, por lo tanto no tiene que retroceder la justicia en el país, expresó que el genocidio tiene cara de militares, de poder económico y racismo.

“Estamos para decirle a los tres magistrado de la Corte de Constitucionalidad que  votaron a favor de anular el fallo condenatorio, Héctor Hugo Pérez, Alejandro Maldonado Aguirre y Roberto Molina Barreto que son una vergüenza nacional” dijo Tuyuc, además añadió que  se seguirá la lucha por la justicia y verdad; “no podemos llegar a la reconciliación en este país sino se conoce la verdad, si no hay justicia, sino hay  reparación a todos los daños psicológicos culturales y materiales que impulso el Estado guatemalteco, no hay marcha atrás”, refirió.

Durante el recorrido de la marcha también se denunció  a empresarios y fundaciones de ser enemigas de la paz y la democracia porque no quieren reconocer que hubo genocidio y masacres en el país durante los años 80.

Por: Rocizela Pérez Barrientos

Minga Informativa Centroamericana